Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

martes, 31 de diciembre de 2013

El advenimiento del 2014 deberá estar marcado por el agradecimiento. "También hay que perdonar o simplemente honrar a los ancestros y buscar además mucho recogimiento"

Según astrólogos

Predicciones: El año 2014 traerá cambios radicales

Aunque los primeros meses serán de estancamiento, el año deparará sorpresas.

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Las personas tendrán que manejarse con prudencia para aprovechar al máximo el 2014 CORTESÍA
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EL UNIVERSAL
lunes 30 de diciembre de 2013  11:14 AM
Los cambios tardarán en llegar, pero al final 2014 será un año de aprendizaje, ideal para hacer borrón y cuenta nueva junto con un despertar de la conciencia ciudadana.

Así lo contempla la astróloga Andrea Caricatto (@andreacaricatto), quien advierte que será un año dividido en dos etapas: la primera será de estancamiento tanto en la economía como en las decisiones de las personas que van a tener que desarrollar un sistema de mucha prudencia durante el primer semestre.

La segunda etapa, correspondiente al período entre los meses de julio y diciembre, va a estar "plagada" de una actividad alucinante con cambios muy radicales y, por lo tanto, con una esencia muy distinta a la que se espera para el primer semestre.

"Podríamos decir que estos primeros meses del año serán de permanencia y conversación; mientras que el segundo tiempo será de borrón y cuenta nueva. Los meses de julio a diciembre serán para arrancar, mover, agilizar e iniciar, pero con una prudencia inicial como la del principio del año", explica la astróloga.

Por su parte, el también astrólogo Rocco Remo sostiene que la influencia de los planetas Plutón y Urano estará presente en todo el 2014.

Plutón, que se alineará entre la Tierra y el Sol, representa la transformación, el control emocional y lo espiritual.

Urano, por otro lado, está asociado a la revolución, a lo impredecible, a la independencia y a la rebeldía.

"Es un año que, si se quiere decir, será heterogéneo", explica Remo.

Venus continuará en modo retrógrado hasta el 31 de enero, tal como ha venido ocurriendo desde finales de 2013. De allí pasará Mercurio y posteriormente Marte, igualmente en retrógrado.

"Será un año de despertar y de conciencia, donde la humanidad va a estar en protesta y reclamo por sus derechos, de lo que les corresponde. Las mujeres con altos rangos, ya sean presidentas, ministras o que acompañan a mandatarios gubernamentales, van a ser cruciales en el manejo de la economía global y en la gestión de los gobiernos", predice Caricatto.

El 2014 también depara también mucha fertilidad y abundancia. Será un año de muchos matrimonios. Los precios del oro y del petróleo van a subir y habrán nuevos convenios internacionales. Pero a la par de ello se verá un resurgimiento de antiguas plagas y más embistes de la naturaleza.

Todo ello estará acompañado de la influencia del caballo que, según el calendario chino, le tocará al elemento de madera. Por ello es que Caricatto predice que será un año donde el tema de la naturaleza estará muy presente, con situaciones donde el planeta se verá muy afectado (ya sea cambios en la vegetación o movimientos telúricos y tectónicos tanto en América como en Europa).

Venezuela

Hasta el mes de abril, los planetas estarán en su punto más cercano a la carta astral de Venezuela y luego empiezan a alejarse. Ello indica que las decisiones cruciales para el rumbo del país deben tomarse lo más pronto posible, antes de los primeros cuatro meses.

"En líneas generales, la economía venezolana seguirá adelante, similar a lo que ha ocurrido en los últimos 15 años pese con unos primeros meses muy difíciles con medidas que no van a ser fáciles de tomar para el venezolano", sostiene la astróloga. 

Explica que si las medidas que se tomen en los primeros meses se hacen de forma inadecuada o ineficiente, el país podría perder la oportunidad de ese crecimiento y despertar que se espera para el segundo semestre del año.

La astróloga predice que habrán fallecimientos notorios, incluyendo personalidades destacadas; mientras que la Armada Nacional va a ser protagonista de algunos de los hechos que sucederán el 2014.

"Las noticias de sucesos van a ser realmente impactantes, hay figuras prominentes que pueden verse muy afectadas en cuanto a ese tema", predice.

La naturaleza también hará de las suyas en todo el eje costero caribeño, afectando principalmente a Guayana, Venezuela, Colombia e islas del Caribe con situaciones que harán que la gente se pregunte sobre los cambios que están ocurriendo en el planeta.

Remo, por otro lado, pronostica que Venezuela seguirá dando de qué hablar en el mundo de las artes y el espectáculo. "Van a haber artistas nuevos, bastante cine y teatro y buenos shows. En general, un crecimiento generalizado", pronostica el astrólogo. DGC

El año nuevo se recibe con velas verdes

Carlos Fraga y Hermes Ramírez develan ceremonias para despedir el 2013

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"Hay que perdonar o simplemente honrar a los ancestros"
JESSICA MORÓN |  EL UNIVERSAL
lunes 30 de diciembre de 2013  
Con la celebración de la llegada del Espíritu de la Navidad y el nacimiento del niño Dios, el festejo para despedir el 2013 continúa. Al sonar las 12 campanadas, además de las uvas y las lentejas, el paseo con las maletas y la ropa interior amarilla, que no falten las esencias aromáticas en casa. 

"Este 31 de diciembre debemos bañarnos con sándalo, rosas, mandarina o manzanas para despojar el cuerpo. A las 11:00 de la noche se debe encender una vela de color verde y pedir al maestro ascendido que el nuevo año venga con bienestar. En la mesa se deben colocar billetes de alta denominación y mientras comemos las uvas nos los vamos metiendo en los bolsillos uno a uno. Luego hay que guardarlos en el banco para activar la prosperidad", sugiere el astrólogo y numerólogo Hermes Ramírez. 

"¡Año nuevo, vida nueva, más alegres los días serán!", dice el tradicional cántico que suena en la noche vieja, momento de reflexión e introspección, según el psicoterapeuta y conductor del programa televisivo La vida es hoy, Carlos Fraga, quien recomienda limar asperezas y deshacerse del rencor y la tristeza residual. "Tenemos que repasar, evaluar y ponderar lo que queremos para el año nuevo y destacar lo más importante. Cerrar ciclos y deudas pendientes del 2013, sobre todo en lo afectivo. Recomiendo hacer el mapa del tesoro, plasmando tu sueño en un papel, cartulina y dejarlo allí en un sitio visible", apunta. 

El advenimiento del 2014 deberá estar marcado por el agradecimiento. "También hay que perdonar o simplemente honrar a los ancestros y buscar además mucho recogimiento", agrega Fraga

Ambos guías espirituales invitan a avivar las relaciones interpersonales y canalizar las peticiones con un excedente de energía. "Se debe saludar y darle la bienvenida al año venidero con una sonrisa. En el momento del abrazo a nuestros familiares y conocidos enviarle bendiciones, amor y luz", coinciden los especialistas. 

"La fe mueve montañas" es el dicho popular y según Fraga el ingrediente principal al momento de ejecutar cualquier ritual y petición espiritual. El conferencista y motivador asegura que la ausencia de miedo y una actitud positiva y cargada de confianza en el espacio conduce a la realización de los más profundos anhelos. 

Cuenta Ramírez que el color predilecto para el 2014 será el verde, una tonalidad cromática asociada con la esperanza y el concilio. "Activa la abundancia y la energía de la naturaleza. Este será un año donde se fortalecerán las relaciones, la amistad y la comunicación entre los seres humanos", afirma. 

Al igual que en la Noche Buena, incita a tomarse de las manos minutos antes del banquete familiar y elevar una plegaria al cielo por aquellos que ya no están. 

lunes, 30 de diciembre de 2013

Para los romanos, la imagen de una serpiente circular mordiéndose la cola fue el símbolo del año que se renueva perpetuamente devorando su propia cola, es decir, el año viejo. "Annus" es el nombre latino del año, el anillo del tiempo con su movimiento circular. Esa cualidad curva del tiempo es la que nos convierte en infinitos y eternos. Las palabras que denotan un cómputo del tiempo (días, meses, años, etc.) siempre indican un ciclo natural, en el cual el tiempo se introduce en la actividad humana. Es la forma de dividir lo eternamente duradero, y es lo que consagraban los romanos en sus fiestas sagradas. Estas fiestas sagradas intentaban reflejar el ritmo universal en lo material. Toda fiesta sagrada tenía un dios como objeto de devoción, y en lo que se refiere al tiempo y la duración, este dios era Jano, dios de los inicios, del tiempo que comienza, sin equivalente en el panteón griego, de raíces etruscas y plenamente romano, no siempre suficientemente conocido en su ámbito de influencia.


Jano: un año nuevo, un tiempo nuevo

Escrito por  


Jano: un año nuevo, un tiempo nuevo
Por Esmeralda Merino

El tiempo: un enigma no resuelto

Cuando volvemos la vista atrás, a veces reencontramos -como el niño que revuelve en el desván y tropieza con valiosos juguetes olvidados- pequeños tesoros legados por hombres que pisaron la tierra antes que nosotros. Los romanos, nuestros "abuelos" históricos nos dejaron en herencia muchas cosas. Todavía seguimos sirviéndonos de su derecho y sus calzadas, pero también fue importante cómo concibieron el tiempo: por una parte, un tiempo eterno, duradero, fuera del alcance humano, y por otra, un tiempo concreto para actuar como humanos, para construir la historia.

El tiempo puede ser un amigo valioso, que mitiga nuestros dolores y abre nuevos caminos, dejándonos un rastro de pequeñas adquisiciones de sabiduría sobre la vida; y puede ser también un perseguidor implacable al que no podemos sobornar para que detenga su marcha. Cronos (Saturno, en Roma) siempre devora a sus hijos.


En pocos sitios como en Roma se supo encontrar la relación invisible entre el orden cósmico, eterno, duradero, inconmovible, y la acción humana, limitada a tiempos acotados -por el mismo carácter transitorio del género humano-, y restringida por la percepción parcial que nuestra mente tiene de la existencia. El ritmo se convirtió en la clave para adecuar las acciones humanas al orden cósmico, para recordar al hombre su condición divina. De ahí la división del tiempo en parcelas.

Desde nuestra perspectiva humana, a veces imaginamos el tiempo como algo lineal: todo empieza y todo acaba, nos empuja, aunque no queramos, siguiendo una única dirección. Pero tal vez sea nuestro desconocimiento de las leyes permanentes de la naturaleza  o nuestro temor al desgaste de las formas que conlleva el tiempo lo que nos hace percibirlo así.

Es posible que el único modo de entender el tiempo consista en pensar que es algo cíclico y causal. Si desde la superficie del agua vemos aparecer y desaparecer de nuestra vista a un delfín que avanza con sus característicos saltos, podemos pensar que aparece y que vive cuando está en el aire, y que desaparece y que muere cuando está bajo el agua. Sin embargo, el delfín está en todo momento. Lo que varía es la interpretación que damos de lo que vemos, que es una información limitada.

Para los romanos, la imagen de una serpiente circular mordiéndose la cola fue el símbolo del año que se renueva perpetuamente devorando su propia cola, es decir, el año viejo. "Annus" es el nombre latino del año, el anillo del tiempo con su movimiento circular. Esa cualidad curva del tiempo es la que nos convierte en infinitos y eternos.

Las palabras que denotan un cómputo del tiempo (días, meses, años, etc.) siempre indican un ciclo natural, en el cual el tiempo se introduce en la actividad humana. Es la forma de dividir lo eternamente duradero, y es lo que consagraban los romanos en sus fiestas sagradas. Estas fiestas sagradas intentaban reflejar el ritmo universal en lo material.

Toda fiesta sagrada tenía un dios como objeto de devoción, y en lo que se refiere al tiempo y la duración, este dios era Jano, dios de los inicios, del tiempo que comienza, sin equivalente en el panteón griego, de raíces etruscas y plenamente romano, no siempre suficientemente conocido en su ámbito de influencia.

La potestad de Jano se extiende al momento matinal en que abre las puertas del cielo para hacer penetrar el sol, al principio de cada mes y al despuntar del nuevo año. Jano regula el tiempo y custodia su dimensión celeste, es el dueño de la eterna duración y es el protector del tiempo que los hombres viven.

Jano, dios de los inicios

Hubo una época inicial en la primitiva Roma en la cual los hombres y los dioses vivían juntos, y en la que los reyes divinos instauraron la paz y la armonía entre los seres humanos. Sobre la arcaica Roma gobernaba, hace miles de años, Jano, el rey más antiguo del Lacio. Enseñó a los hombres a vivir en comunidad y el amor a la justicia.

Esta época feliz y remota -de la que todas las civilizaciones importantes dijeron poseer una igual, y que nosotros, modernos y autosuficientes, siempre nos hemos empeñado en negarles- fue llamada Edad de Oro. Jano recibió de Saturno la capacidad de conocer el presente, el pasado y el futuro en muestra de agradecimiento por hallar refugio en su reino en tiempos de necesidad.

Jano cuida cada acción que empieza; es el dios que tiene poder sobre todos los inicios. Pero "empezar" puede tener también el sentido de "nacer", pasar de un estado a otro, de una forma de vida a otra, bien sea en el tiempo, bien sea en el espacio o como dimensión de la conciencia. Es el dios de los cambios y las transiciones.

En Roma, Jano se encuentra en el "umbral", tanto del tiempo como del espacio, y por ello es el protector sagrado de las puertas. A él se dirigían las exhortaciones para entrar y para salir, y también a él las que se usaban cuando se debía abrir o cerrar las puertas de un templo. Asociado con el dios Quirinos, abría o cerraba las puertas de la paz y de la guerra.

Jano es el primer dios invocado en todas las oraciones de época arcaica, tanto en las ceremonias del culto privado como en el ruego del general romano que pide la victoria para sus armas. En la fórmula de la "devotio" (Janus, Juppiter, Mars, Pater Quirine...) aparece en el puesto inicial, delante incluso del dios principal, Júpiter, y es que Jano gobierna todo lo que es primero. A través de él, que guarda los umbrales, se puede acceder a los otros dioses.

Siempre aparece representado con dos cabezas que miran en dirección opuesta, porque todo pasaje presupone dos lugares, momentos o estados de conciencia: aquel que se abandona y aquel en el cual se penetra. Es pasado y presente, pero también lo que se deja atrás y lo que se adquiere, sea un espacio físico o metafísico.

Su doble cara está también relacionada con los solsticios, que son las "puertas del año", el cierre de un ciclo y el comienzo de otro nuevo. Su fiesta se celebraba en las cercanías del solsticio de invierno, lo que remarca su carácter de dios de los comienzos, ya que es el primer día del sol nuevo y el último del viejo. Es el portero de la corte celestial, que observa al mismo tiempo el oriente y el poniente.

Jano lleva en la mano derecha una llave, que abre todas las puertas y descorre todos los cerrojos, permitiendo penetrar en nuevos caminos. En la mano izquierda porta un báculo, símbolo de su dominio, el poder que ostenta por ser dios de los inicios y, por tanto, el gobierno sobre las cosas subordinadas al tiempo.

Ritmo y culto

A Jano se le honraba a comienzos de enero. Su nombre todavía pervive en algunos idiomas ("January", en inglés, por ejemplo) y cada inicio de mes se repetía un sacrificio en su honor. El calendario marcaba el compás al que debía adaptarse la actividad humana. Las fiestas y ceremonias permitían a los hombres comprender e identificarse mejor con los ciclos, leyes y misterios de la naturaleza. Cada celebración señalaba un hito importante en la conexión del hombre con el orden universal.

El día de la fiesta principal de Jano, nadie permanecía ocioso, puesto que lo que se hiciera en ese momento iba a marcar el carácter del resto del año, así que todos se entregaban a su oficio con la mejor actitud.

En la actualidad, estamos tan acostumbrados a utilizar conceptos como los años, los meses, las semanas o los días que no nos planteamos por qué son así, pero si hacemos un pequeño viaje en el tiempo, encontraremos en el Imperio romano el origen de gran parte de los componentes de nuestro calendario.

El calendario romano era lunar y se remonta a los tiempos de la fundación de Roma, ocho siglos antes de Cristo. Al principio, solo tenía diez meses, pero luego se añadieron enero y febrero. En tiempos de Julio César se llevó a cabo la primera gran reforma del calendario, el calendario juliano, que entró en vigor en el año 45 a. C. En aquel entonces, la entrada del nuevo año se festejaba a finales de marzo, en el equinoccio de primavera. Por eso, septiembre, octubre, noviembre y diciembre correspondían, como indica su raíz latina, a los meses séptimo, octavo, noveno y décimo.

En tiempos del papa Gregorio XIII, entró en vigor el calendario gregoriano. Se decidió que el jueves, 4 de octubre de 1582, fuese seguido del viernes, 15 de octubre. Los países protestantes no adoptaron el calendario gregoriano hasta 1700. Gran Bretaña, lo hizo en 1752. Rusia no lo implantó hasta 1918, y Grecia solo lo aceptó en 1923.

Los días, en Roma, se computaban con tres puntos fijos en el mes: las calendas, los idus y las nonas, y se contaban los días que quedaban para llegar a esos puntos fijos.

Las calendas era el primer día del mes y se correspondían siempre con la luna nueva. Los idus coincidían con la luna llena, y eran el día 15 de los meses de marzo, mayo, julio y octubre, y el día 13 del resto de los meses. Las nonas coincidían con el cuarto creciente, el octavo día antes de los idus, es decir, el día 7 de los meses de marzo, mayo, julio y octubre, y el día 5 del resto de los meses. Así, por ejemplo, el 1 de marzo eran las calendas de marzo, el 15 de mayo eran los idus de mayo, y el 7 de octubre eran las nonas de octubre. Respecto al resto de los días, un 12 de julio, por ejemplo, sería el tercer día antes de los idus de julio.

Enero, "Januarius", era el mes consagrado a Jano, regidor de los comienzos de las cosas, y a él se dedicaba, además, el primer día de cada mes.

El 15 de febrero, "Februarius", se celebraban las Lupercalias, que tenían carácter de purificación.

Marzo, el "Martius" latino, se llamó así en honor del dios Marte. Era un mes dedicado a divinidades guerreras. En el equinoccio de primavera, durante cinco días, se celebraban las fiestas de Minerva en Roma, que se asociaba a Marte, igual que en Grecia se celebraron las Panateneas en honor de Atenea. Ambas son diosas guerreras y de la sabiduría.

Abril, "Aprilis", estaba consagrado a Venus, como la estación en que las flores se abren.

Mayo, "Maius", se llamó así en honor de la diosa Maya, hija de Atlas y madre de Mercurio. A Maya se le ofrecían sacrificios el día 1. La fiesta de su hijo Mercurio se celebraba en los idus de mayo, el día 15. El mes era considerado desafortunado para los matrimonios debido a la celebración de la fiesta de los muertos infelices, las Lemurias, que tenían lugar los días 9, 11 y 13 del mes.

Junio, el "Iunius" romano, recibe su nombre probablemente de la diosa Juno.

Julio es el anterior "Quintilis" romano, el mes quinto. Marco Antonio cambió su nombre en honor de Julio César.

Agosto es el antiguo "Sextilis" romano, el mes sexto, que debe su nombre al de Octavio Augusto. En este mes se festejaba al dios Vulcano.

Septiembre es el "September" latino. Se celebraban los Ludi Romani en honor de Júpiter, Juno y Minerva, juegos que se celebraban en el circo, con competiciones atléticas y carreras de carros.

Octubre es el "October" romano. Se celebraba la Equiria, en que se sacrificaba un caballo en honor de Marte.

En los idus de noviembre, "November", el día 13, se celebraba un banquete sagrado en honor de Júpiter.

En diciembre, el "December" latino, se celebraban las Saturnalias, del 17 al 23, coincidiendo con el solsticio de invierno. En estas fiestas era costumbre intercambiarse regalos, tradición que ha pasado a nuestra actual Navidad, cercana también al solsticio de invierno.

Los días que transcurrían entre dos fechas de mercado formaban la semana. El lunes era el dies Lunae, dedicado a la Luna; el Martes, el dies Martis, dedicado a Marte; el miércoles era el dies Mercurii, dedicado a Mercurio; el jueves, el dies Iupiter dedicado a Júpiter; el viernes era el dies Veneris, dedicado a Venus; el sábado, el dies Saturni, dedicado al dios Saturno, y el domingo era el dies Solis, dedicado al Sol.

El cristianismo reemplazó el dies Solis por el dies Dominicus, el día del Señor, nuestro actual domingo, aunque en el idioma inglés conserva su significado primitivo, "Sunday"; también reemplazó el dies Saturni por el Sabbatum, día de descanso entre los judíos.

Los romanos nos dejaron su calendario y a su dios vigilante que observa sin descanso el pasado y el futuro. De nosotros depende que, bajo sus auspicios, franqueemos las puertas del nuevo año y vivamos un tiempo nuevo con la conciencia bien abierta para descubrir nuevas respuestas que, tal vez, ya estaban escritas desde hace mucho tiempo.

El comienzo de un nuevo año tiene un significado especial para las diferentes culturas del mundo.

Historia y Tradiciones de Año Nuevo



El comienzo de un nuevo año tiene un significado especial para las diferentes culturas del mundo. Es un momento lleno de historia y tradiciones y, aunque la mayoría de nosotros celebramos y nos ponemos unas metas para el Año Nuevo, muy pocas personas conocen lo que hay detrás de las celebraciones y propósitos, y es probable que pocas personas conozcan las distintas maneras en las que se recibe el Año Nuevo en las distintas culturas. Si a su hijo le gusta saber los “por qués”, como a tantos otros niños superdotados, le conviene tener las respuestas preparadas.

El Comienzo de la Celebración del Año Nuevo:

La celebración del año nuevo se remonta a hace 4000 años, pero no se inició en las culturas occidentales hasta hace sólo 400 años. La fiesta comenzó en la antigua Babilonia (hoy Irak) alrededor del 2000 a.C. Sin embargo, los babilonios comenzaron su año nuevo cerca del final de lo que hoy es marzo, un tiempo lógico para empezar un nuevo año ya que el invierno había terminado, la primavera con su nueva vida comenzaba y los cultivos se plantaban para el año siguiente.

En el año 153 a.C. el Senado romano decretó que el año nuevo comenzaría el 1 de enero. Hizo este decreto para corregir el calendario, que se había salido de sincronía con el sol. La fecha no tiene ningún significado agrícola o estacional.
  • España 
    Comer doce uvas a medianoche del 31 de diciembre traerá doce meses de felicidad.

La acogida de la celebración del año nuevo:

Si bien el primer de enero no tiene un significado agrícola o estacional, sí tenía un significado civil. En esa fecha, los recientemente elegidos cónsules romanos asumían sus cargos. Es interesante saber que el mes de enero se llama así por el Dios romano Jano, que tiene dos caras que pueden representar el mirar hacia atrás al año viejo y la otra mirando hacia adelante, hacia el nuevo.

La celebración del Año Nuevo era una práctica pagana y, por esta razón, la Iglesia Cristiana temprana la condenó. Sin embargo, para facilitar la conversión de los paganos al Cristianismo, la Iglesia aceptó la celebración del primero de enero, pero la convirtió en la Fiesta de la Circuncisión de Cristo.

  • Japón 
    Antes del día de la celebración, es necesario limpiar las casas por dentro y por fuera. En la víspera de Año Nuevo, a medianoche, un monje hace sonar un gong en un altar local como símbolo del perdón por los errores del año que se va.
  • Países Bajos 
    Para purgar el año anterior y darle la bienvenida al Año Nuevo, los holandeses salen a las calles a hacer con sus árboles de Navidad.
  • Escocia 
    Los primeros pasos de la gente es visitar a sus vecinos después de la medianoche para desearles un feliz año. Se considera que trae buena suerte si la primera persona que entra en tu casa es un hombre alto, moreno y apuesto.

Propósitos de Año Nuevo:

Hacer propósitos de Año Nuevo es tan antiguo como la celebración misma. Los babilonios hacían propósitos, el más popular era devolver las herramientas agrícolas. Los antiguos romanos también hacían propósitos de año nuevo, el más popular era pedir el perdón de sus enemigos.

Los anglosajones, que se establecieron donde ahora es Inglaterra, tenían un festival llamado Yule, que celebraba una estación fértil y pacífica. El jabalí era parte de esta celebración y la gente hacía solemnes "juramentos del jabalí" para el año entrante.

Costumbres:

Aunque la fecha designada para celebrar el comienzo de un nuevo año varía de una cultura a otra, en todos los lugares del mundo hay un momento para esta celebración. Hay tantascostumbres distintas que es imposible enumerarlas todas, pero aquí comentamos algunas de ellas:
  • Alemania 
    Se funden pedazos pequeños de plomo en una cuchara sobre una vela encendida. El plomo derretido se vierte en agua fría. Se endurece y se forman figuras que predicen el futuro. Una figura con forma de corazón o de anillo, por ejemplo, vaticinan una boda.
  • Grecia 
    Se cocina una tarta con una moneda de oro o de plata dentro. La persona a la que le toca la porción con la moneda, tendrá suerte durante el resto del año.
Año viejo es un monigote que representa básicamente el año que termina, elaborado con ropa vieja, cartón o papel, relleno de paja o aserrín y con frecuencia con artefactos pirotécnicos, para ser quemado a la medianoche del 31 de diciembre en un gran número de países latinoamericanos, desde México hasta Uruguay aunque la costumbre está más arraigada desde el punto de vista popular en Ecuador, y algunas regiones de Venezuela y sur de México
El ritual se debe distinguir de la Fiesta del Judas que a pesar de tener características similares tiene distintas connotaciónes y se celebra en algunas regiones de España y de América latina, al inicio de la semana de pascua o en el domingo de resurrección.
Igualmente el año viejo se debe distinguir de las efigies que se incineran en protestas políticas, aunque también suelen representar personajes concretos o símbolos de organizaciones y países objetos del rechazo, porque se realizan en cualquier época del año y sin los elementos rituales del 31 de diciembre.
  • La elaboración, exhibición estática o procesional y culminación con quema del Año viejo, en medio de una fiesta cargada de símbolos, hace parte de las celebraciones de fin de año o nochevieja.
  • Los muñecos que se elaboran en familia, grupos de amigos o vecinos y se exhiben en los barrios y fuera del concurso que algunas autoridades regionales organizan, generalmente representan en forma no específica a un anciano con pelo canoso y arrugas, con expresión triste o lastimera si la máscara es muy elaborada.
  • Los muñecos que se elaboran para los desfiles y concursos locales suelen representar de manera caricaturesca los acontecimientos significativos o identidades reales o más específicas, sobre todo negativos relacionados con la política, la farándula, el deporte y en general personajes famosos populares, notorios en la localidad o región durante del año transcurrido, y precisamente el acierto y humor en esa representación son los factores que los jurados de los concursos tienen más en cuenta para premiar el mejor trabajo.
  • En la mayoría de regiones igualmente el muñeco es acompañado de músicos y de una comparsa o puesta en escena con personajes simbólicos como la viuda, la plañidera o el diablo.
  • En muchos lugares, antes o después de la quema, se lee un "testamento", en el cual, como culminación de la catarsis, con lenguaje irónico o satírico se hace recuento de los sucesos que caracterizaron el periodo que acabó y se dan recomendaciones a sus protagonistas para el nuevo año.

Significado

La incineración a la medianoche del 31 de diciembre del muñeco es un ritual de purificación para alejar la mala suerte o las energías negativas del periodo que termina, así como de transición pues también se celebra la llegada del nuevo año aboliendo lo anterior. Como ritual de fuego representando la supresión de lo pasado para permitir una regeneración del tiempo y de las energías, la quema de un muñeco es común en muchas culturas y aun con transposición de fechas y de épocas tiene similares significados.1

Orígenes

En la mayoría de países latinoamericanos a la costumbre se atribuye un origen hispánico y en España costumbres similares posiblemente sean derivados de rituales antiguos paganos europeos[cita requerida] como las saturnales de los romanos o los rituales celtas como el Olentzero en el País Vasco y Navarra en España.
En algunos países, como Perú y México, la costumbre ya tenía antecedentes autóctonos aborígenes prehispánicos en ritos agrarios y purificadores, y algunos de sus elementos como danzas y el vestuario de la comparsa se han incorporado al ritual actual como parte del sincretismo propio de una cultura mestiza.

Venezuela

La quema del Año Viejo se acostumbra en los estados Lara , Táchira y Mérida.
tradiciones fin de año venezuela
Muchos recordamos los 31 de diciembre en Venezuela por la variedad de rituales, costumbres o tradiciones que se hacen a las 12 de las noche. Además de la buena comida que nos metemos antes de la medianoche, las tradiciones de año nuevo son otro momento clásico de toda celebración del nuevo año.
Algunas de las tradiciones de fin de año en Venezuela más recordadas son:
- Tomar un pocotón de lentejas y tenerlas en la mano cuando llegue el nuevo año para tener prosperidad
- Dar una vuelta a la calle con un par de maletas para tener un nuevo año lleno de viajes
- Atragantarse con 12 uvas al momento de las campanadas, una por cada campanada, en la cuenta regresiva a la vez que van pidiendo deseos por cada uva.
- Romper las copas para dejar el pasado atrás y abrir paso al futuro prometedor del nuevo año
- Ponerse ropa intima amarilla para la buena suerte
- Al momento de la medianoche tener dinero en el bolsillo que quiere decir prosperidad económica en el nuevo año
- Escribir los deseos en una carta que, ya en enero, cada uno quema para asegurarse de que nadie más pueda leerla.
- Utilizar ropa interior roja para encontrar el amor ideal.
- Ponerse la ropa interior al revés, con el proposito de tener mucha ropa nueva en el año venidero.
- Lanzar cosas viejas por la ventana
- Limpiar la casa de adentro hacia fuera con agua y desechar el agua usada fuera de la casa para eliminar la energía negativa (el día de fin de año)
- En las esquinas de la casa poner limones partidos en cuatro con el propósito de eliminar las envidias y malas energías.
- Pasearse por debajo de la mesa con la finalidad de conseguirse un buen novio(a)
VENEZUELA: Venezolanos preparan la llegada del año 2014 con tradiciones


Ciudad CCS / 30/12/13.−  "Faltan 5 pa' las 12, el año va a terminar, me voy corriendo a mi casa a abrazar a mi mamá", y, "Las campanas de la iglesia están sonando, anunciando que el año viejo se va...". Así suenan algunas de las canciones tradicionales para despedir el año viejo en Venezuela, y es que entre música y fuegos artificiales los venezolanos inician los preparativos para darle la bienvenida al año que llega y despedir al que se va. En casi todas las regiones del país las costumbres se mantienen. El 31 de diciembre es una fecha especial para lucir los mejores estrenos, compartir en familia y degustar una cena con los platos más tradicionales de estas fechas pero, además, también es un día donde salen a relucir los más variados ritos para atraer la dicha durante los doce meses siguientes. La mesa suele ser el centro de la celebración. La cena de año nuevo hace gala de los mejores platos de la gastronomía navideña. Las hallacas son la demostración clara del mestizaje venezolano, puesto que sus ingredientes tienen diferentes orígenes. La hallaca se sirve tradicionalmente para Navidad y viene acompañada del pan de jamón, famoso en nuestra tierra en la época decembrina, relleno de pasas y aceitunas; la ensalada de gallina y el pernil de cochino son preparaciones características que se presentan con la hallaca, y el tan apreciado dulce de lechosa. Asimismo, debemos evitar consumir refrescos, que solo aportan calorías vacías, y tampoco comer a diario los dulces típicos de la Navidad, que solo aumentan la ingesta calórica. LAS TRADICIONES Los venezolanos inician el día número 365 del año con una limpieza profunda del hogar. Esta tradición de años debe realizarse de adentro hacia fuera con agua y desechar el agua usada fuera de la casa para eliminar la mala vibra. Botar las cosas inservibles o innecesarias y así permitir que la energía positiva ingrese. Minutos antes de las 12, los recuerdos de los momentos vividos en el año que se va se combinan con los rituales para tener un mejor futuro. Abrir las puertas y ventanas para que un año entre y el otro se marche es una práctica bien extendida en toda Venezuela. Lo que parece no faltar en ningún hogar venezolano es la costumbre de comer 12 uvas con las campanadas y pedir un deseo con cada una, mientras transcurren los últimos segundos del año. Entre otras de las creencias más conocidas está tener en la mano un puñado de lentejas para atraer la prosperidad. Quienes esperan viajar pronto la tradición dicta dar una vuelta a la calle con un par de maletas, romper las copas para dejar el pasado atrás y abrir paso al futuro prometedor del nuevo año y ponerse ropa interior amarilla para la buena suerte o roja para conseguir el amor ideal. Muchos venezolanos suelen guardar un billete en el bolsillo para garantizar que contarán con dinero todo el año. Como también las campanitas que se suenan justo cuando empieza el año para alejar las malas vibras. Las velas, de acuerdo con los colores, atraen distintas energías entre los seres queridos: azules, paz; amarillas, abundancia; rojas, pasión; verdes, salud; blancas, claridad y anaranjadas, inteligencia. Luego de efectuar uno a uno las tradiciones utilizadas para despedir el año viejo y escuchando en alguna emisora el conteo final y la famosa poesía de Andrés Eloy Blanco "Las uvas del tiempo", a las 12 en punto llega ese tan esperado y caluroso abrazo, con el que deseamos a familiares y amigos que el venidero año sea muy feliz. TIPS PARA AÑO NUEVO Evita combinar más de tres preparaciones sólidas, en las comidas. > Consume las ensaladas de primero para disminuir el contenido de alimento ingerido de los otros grupos como proteínas y carbohidratos. > Recuerda consumir los líquidos 30 minutos antes o 30 minutos después de las comidas para no enlentecer el proceso digestivo y preferiblemente a temperatura ambiente. > Los postres navideños consumirlos antes de las 2 de la tarde y evitar combinar varios en el mismo momento. > Al consumir los postres navideños ten presente que las raciones sean tipo degustación para evitar el exceso de calorías. > Evita ingerir bebidas alcohólicas, lo recomendable es una copa de vino blanco o tinto preferiblemente. > Mantén presente que la realización de una caminata de 30 minutos diarios es ideal para no incrementar el peso de manera considerable. ¡Feliz año nuevo les desea la gran familia del Instituto Nacional de Nutrición! www.minpal.gob.ve / www.inn.gob.ve REDACCIÓN  MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA ALIMENTACIÓN
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¿Quién fue Andrés Eloy Blanco? a quien cito en anterior entrada.

Es nuestro

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En fecha reciente el historiador Elías Pino Iturrieta nos hizo, cual magnífico regalo, una actualización del invalorable recuerdo de Andrés Eloy Blanco, a propósito del desempeño político del mismo y de lo que al respecto escribiera el ex presidente Caldera.  Se destacaba la forma brillante en que él supo conducir la Asamblea Nacional Constituyente al debido cumplimiento de su función primordial; forzados ahora en cambio a concluir, como lamenta tener que terminar su texto el analista, percibiendo que  ella es hoy una instancia  vergonzosamente degradada.
Como expresión de su sensibilidad política y de su conciencia democrática, el poeta puso su ingenio y su cultura al servicio de la causa antigomecista; a finales de los años veinte hizo periodismo clandestino, creando una publicación que circulaba mimeografiada: El Imparcial, cuyo lema decía “Saldrá de vez en cuando. Habla poco. No se vende”; allí satirizaba al dictador en versos que el pueblo no tardó en adoptar y repetir. En 1928 fue encarcelado y torturado bajo la sospecha de ser el responsable de ese periódico, pero nada pudo probársele porque su hermana Rosario con alto sentido político y valentía, siguió elaborándolo y difundiéndolo sin interrupción.
El Andrés Eloy de Poda y Giraluna, de Vargas, el Albacea de la Angustia y de tantas obras importantes en las letras venezolanas, fue asimismo un agudo humorista de gran aprecio popular, y la condición de brillante parlamentario se traducía además en la forma inteligente de conducir los debates, matizada con frecuencia de un gratísimo humor. Llegaron a ser famosos los papelitos que hacía circular o que le pasaba a alguien, con estrofas humorísticas recién improvisadas.
Fue colaborador de Fantoches y El Morrocoy Azul, y su obra humorística la firmó con seudónimos como Francisco Villaguada y Morrocuá Bleu; recibió el homenaje de ser dibujado por los caricaturistas más destacados de su época; LEO  lo hizo en 1923 titulándolo El Poeta del Día; Pako Betancourt lo dibujó en Caricaturas con laureles asomados debajo del sombrero y llevando bajo el brazo un enorme pergamino: el manuscrito del  premiado “Canto a España”; en 1954, tiempo de exilio en México, RAS supo recoger en pocos trazos los principales rasgos caracterológicos; Claudio Cedeño en mayo de 1958 publicó en Dominguito un bello dibujo en el que aparece de pie, en la mesa en que apoya una mano hay un florero y una flor, y en el aire, cerca de su rostro, dos mariposas.
Afirmaba que “la función de reír es más humana, más absoluta que la de llorar. Y mayor encanto y más salud da al alma y más cerca y más digna de Dios la pone la clara risa que se da a Dios todos los días desde un pensamiento limpio”. Más justo que comentar la aceptación popular de la que él gozaba, lo es reconocer la reciprocidad del sentimiento profundo que los unía; él confesó una vez: “Yo soy, pues, y me enorgullezco de decirlo, un discípulo del pueblo”, y el pueblo venezolano siempre lo ha sentido suyo.   
Estimulado por la acertada evocación histórica y en el marco navideño conducente a la medianoche en la que rodeados de emotiva atmósfera familiar recibimos el nuevo año, me sumo a tal recuerdo, además de que siempre hay alguien que anuncia y hace la suerte de ritual de acompañar esas esperadas doce campanadas con el acto de llevarse sendas uvas a la boca, llamadas por eso en el poema “Las uvas del Tiempo”. Y son versos de nuestro poeta cumanés, que han probado ser imperecederos y parte esencial de esa ocasión; yendo así nosotros con él al trance nostálgico y a veces triste, del regreso a la memoria de alguna circunstancia negativa, pero también juntos al expectante encuentro de ese futuro que aspiramos sea luminoso.

Evocación de "Las Uvas del Tiempo"

JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ |  EL UNIVERSAL
martes 31 de diciembre de 2013 
El 31 de diciembre de 1923, hace hoy 90 años, en una fría y solitaria noche en Madrid donde permanecía en ocasión a los homenajes que se le tributaron por su admirable obra: "Canto a España", Andrés Eloy Blanco escribió uno de los más recordados y significativos versos de literatura venezolana: "Las Uvas del Tiempo".

En medio de aquella noche singular en una: "gran ciudad histérica" –como la definió– donde hombres y mujeres se confundían en la alegría de las celebraciones, nuestro poeta se atrevió a confrontar en el recuerdo y en el sentimiento dos presencias entrañables suyas y de todos: a la madre y su tierra. Era, pues, el momento en el que todos se: "colocan las vendas", olvidando el pasado, disfrutando el presente para recibir el porvenir.

En un primer instante el poeta indicó que se encontraba solo, pero luego advirtió que no lo estaba al evocar a la madre distante y a la patria de todos. Observó la tradición de aquella tierra próxima: "las doce uvas de la Noche Vieja...", extrañando sin embargo que: "...aquí no se abrazan ni gritan: ¡FELIZ AÑO!, /como en los pueblos de mi tierra...". "¡Oh nuestras plazas, donde van las gentes/ sin conocerse, con la buena nueva!/ Las manos que buscan con la efusión unánime/ de ser hormigas de la misma cueva;/ y al hombre que está solo, bajo un árbol,/ le dicen cosas de honda fortaleza: / "¡Venid, compadre, que las horas pasan;/ pero aprendamos a pasar con ellas!", evocando también: "... el cañonazo en La Planicie, / y el himno nacional desde la iglesia, / y el amigo que viene a saludarnos: /"feliz año, señores", y a los criados que llegan/ a recibir en nuestros brazos/  el amor de la casa buena".

En su texto, Andrés Eloy exaltó la cena familiar, a los padres, a los hijos, a los íntimos amigos y a pesar que probó las: "ácidas uvas de la ausencia", su poema se iluminó de pronto al recordar: "mi casona oriental..." donde el parral crecido daba uvas también: "más dulces que la miel de abejas", uvas que pudieron salvarse de las: "avispas negras". Añoraba igualmente su infancia cuando permanecía en el estanque, "el corral con guayabos y almendros", "el corral con peonías y cerezas", "los grandes libros de la biblioteca", en la placidez de los años hermosos que formaron al hombre, en esa calidez humana que tanto le distinguió.

No obstante que las glorias de sus letras le llevaron a España a la que cantó de elevada manera a su cultura y a su historia, se preguntaba en su poema si se justificaba el no encontrarse cerca y cómo las aparentes grandes cosas resultaban pequeñas si se comparaban con lo entrañable y principal de la vida.

Mientras así reflexionaba, Andrés Eloy se definió entonces como: "un hombre en busca de un camino...", camino que encontraría plenamente en su obra literaria, ciudadana y política, al descubrir también, como lo hizo entonces, la vereda más próxima al afecto, al hogar, donde su imaginación y su poesía eran libres, "sin críticos".

"Las Uvas del Tiempo" constituye una de sus más altas y populares expresiones poéticas de Andrés Eloy Blanco con la que nos permite valorar a la madre, al hogar, a la patria, la que fue, la que es y debe seguir siendo en el gesto cordial que forma parte de la esencia de lo venezolano y que tanto nos caracterizó en otro tiempo, una patria fraterna, con expresión sincera de sentimientos y propósitos en los que todos participaban y que,  en definitiva, es lo que identifica y fortalece a una nación: su encarnadura humana, su actitud ante los otros, su presencia en la vida, "el buen racimo" que señaló el poeta, producto de ella misma y de todos.

Tal es siempre el admirable testimonio que nos ofrece Andrés Eloy Blanco, a quien se hace necesario estudiar otra vez en este tiempo de inadmisibles negaciones para afirmar lo mejor del alma venezolana que no permite claudicar al deber, al verdadero patriotismo, al significado trascendente de nuestra existencia como individuos y como nación.

Jfd599@gmail.com
 

domingo, 29 de diciembre de 2013

Comer 12 uvas justo con el sonar de las 12 campanadas para recibir el Año Nuevo, ha sido una de las tradiciones más comunes durante años. Este 2013 este ritual quedará fuera de muchos hogares por los altos costos de esta fruta.

El Carabobeño 29 diciembre 2013

Tradición de las uvas no continuará en algunos hogares

 Los elevados precios de las uvas dificultará que muchos venezolanos puedan continuar con la tradición de comer las 12 uvas para despedir el 2013 y recibir el Año Nuevo. Consumidores prefieren emplear el dinero para completar la cena familiar. 
Para Marta Castillo es imposible continuar con la tradición que se cumplía desde hace más de 20 años en su casa. Considera que lo primordial en su hogar es poder elaborar aunque sea la cena familiar. “Uno debe elegir entre lo que se puede comprar para poder salvar las fiestas y lo que lamentablemente ya no se puede”. 
En los mercados populares la uva nacional se consigue entre 70 y 80 bolívares el kilo, mientras que las importadas están en 160 y 200 bolívares. El año pasado los precios oscilaban entre 40 y 90 bolívares, respectivamente. 
En algunos supermercados de la ciudad no se consiguen las uvas, pero en los existentes se venden a 47 bolívares las nacionales y 75 bolívares las importadas. 
 Para mantener aunque sea algún tipo de fruta en la mesa durante la cena de fin de año, Gladys Pineda expresó que se comprarán las más económicas como mandarinas, cambur o manzana.  
Así como otros comerciantes, Joel Mujica solo vendía uvas nacionales porque las importadas están difíciles de adquirir. La escasez también se evidencia con otras frutas. “Las ventas no están muy buenas. Se siente esa apatía porque no se pueden comprar”. 

La ama de casa Antonieta Torres señaló que a las familias pequeñas se les facilita comprar uvas para acompañar las 12 campanadas. (BO) 
El Carabobeño 26 diciembre 2013

Altos precios en las uvas pone en riesgo la tradición

La uva importada está entre 130 y 200 bolívares. (Foto José Ochoa)
Leimar García Luzardo | lgarcia@el-carabobeno.com
Comer 12 uvas justo con el sonar de las 12 campanadas para recibir el Año Nuevo, ha sido una de las tradiciones más comunes durante años. Este 2013 este ritual quedará fuera de muchos hogares por los altos costos de esta fruta.
En el comercio informal la uva importada está entre 130 y 200 bolívares el kilogramo, mientras que en 2012 esta podía conseguirse entre 90 y 100 bolívares. La uva nacional se consigue entre 70 y 80 bolívares el kilo pero hace 13 meses el valor era de 40 y 50 bolívares el kilo.
En los supermercados de la ciudad el precio de las uvas es menor, 98 bolívares es el valor de la importada y 48 la nacional, sin embargo, en varios de los comercios la cantidad del producto que se observa es poca. En las estanterías se ven algunas bandejas y pequeños ramos.

Andrés Eloy Blanco



LAS UVAS DEL TIEMPO

Madre: esta noche se nos muere un año.
En esta ciudad grande, todos están de fiesta;
zambombas, serenatas, gritos, ¡ah, cómo gritan!;
claro, como todos tienen su madre cerca...
¡Yo estoy tan solo, madre,
tan solo!; pero miento, que ojalá lo estuviera;
estoy con tu recuerdo, y el recuerdo es un año
pasado que se queda.
Si vieras, si escucharas esta alboroto: hay hombres
vestidos de locura, con cacerolas viejas,
tambores de sartenes,
cencerros y cornetas;
el hálito canalla
de las mujers ebrias;
el diablo, con diez latas prendidas en el rabo,
anda por esas calles inventando piruetas,
y por esta balumba en que da brincos
la gran ciudad histérica,
mi soledad y tu recuerdo, madre,
marchan como dos penas.

Esta es la noche en que todos se ponen
en los ojos la venda,
para olvidar que hay alguien cerrando un libro,
para no ver la periódica liquidación de cuentas,
donde van las partidas al Haber de la Muerte,
por lo que viene y por lo que se queda,
porque no lo sufrimos se ha perdido
y lo gozado ayer es una perdida.

Aquí es de la tradición que en esta noche,
cuando el reloj anuncia que el Año Nuevo llega,
todos los hombres coman, al compas de las horas,
las doce uvas de la Noche Vieja.
Pero aquí no se abrazan ni gritan: ¡FELIZ AÑO!,
como en los pueblos de mi tierra;
en este gozo hay menos caridad; la alegría
de cada cual va sola, y la tristeza
del que está al margen del tumulto acusa
lo inevitable de la casa ajena.

¡Oh nuestras plazas, donde van las gentes,
sin conocerse, con la buena nueva!
Las manos que se buscan con la efusión unánime
de ser hormigas de la misma cueva;
y al hombre que está solo, bajo un árbol,
le dicen cosas de honda fortaleza:
«¡Venid compadre, que las horas pasan;
pero aprendamos a pasar con ellas!»
Y el cañonazo en la Planicie,
y el himno nacional desde la iglesia,
y el amigo que viene a saludarnos:
«feliz año, señores», y los criados que llegan
a recibir en nuestros brazos
el amor de la casa buena.

Y el beso familiar a medianoche:
«La bendición, mi madre»
«Que el Señor la proteja...»
Y después, en el claro comedor, la familia
congregada para la cena,
con dos amigos íntimos, y tú, madre, a mi lado,
y mi padre, algo triste, presidiendo la mesa.
¡Madre, cómo son ácidas
las uvas de la ausencia!

¡Mi casona oriental! Aquella casa
con claustros coloniales, portón y enredaderas,
el molino de viento y los granados,
los grandes libros de la biblioteca
—mis libros preferidos: tres tomos con imágenes
que hablaban de los reinos de la Naturaleza—.
Al lado, el gran corral, donde parece
que hay dinero enterrado desde la Independencia;
el corral con guayabos y almendros,
el corral con peonías y cerezas
y el gran parral que daba todo el año
uvas más dulces que la miel de las abejas.

Bajo el parral hay un estanque;
un baño en ese estanque sabe a Grecia;
del verde artesonado, las uvas en racimos,
tan bajas, que del agua se podría cogerlas,
y mientras en los labios se desangra la uva,
los pies hacen saltar el agua fresca.

Cuando llegaba la sazón tenía
cada racimo un capuchón de tela,
para salvarlo de la gula
de las avispas negras,
y tenían entonces
una gracia invernal las uvas nuestras,
arrebujadas en sus talas blancas,
sordas a la canción de las abejas...

Y ahora, madre, que tan sólo tengo
las doce uvas de la Noche Vieja,
hoy que exprimo las uvas de los meses
sobre el recuerdo de la viña seca,
siento que toda la acidez del mundo
se está metiendo en ella,
porque tienen el ácido de lo que fue dulzura
las uvas de la ausencia.

Y ahora me pregunto:
¿Por qué razón estoy yo aquí? ¿Qué fuerza pudo
más que tu amor, que me llevaba
a la dulce aninomia de tu puerta?
¡Oh miserable vara que nos mides!
¡El Renombre, la Gloria..., pobre cosa pequeña!
¡Cuando dejé mi casa para buscar la Gloria,
cómo olvidé la Gloria que me dejaba en ella!

Y esta es la lucha ante los hombres malos
y ante las almas buenas;
yo soy un hombre a solas en busca de un camino.
¿Dónde hallaré camino mejor que la vereda
que a ti me lleva, madre; la verdad que corta
por los campos frutales, pintada de hojas secas,
siempre recién llovida,
con pájaros del trópico, con muchachas de la aldea,
hombres que dicen: «Buenos días, niño»,
y el queso que me guardas siempre para merienda?
Esa es la Gloria, madre, para un hombre
que se llamó fray Luis y era poeta.

¡Oh mi casa sin cítricos, mi casa donde puede
mi poesía andar como una reina!
¿Qué sabes tú de formas y doctrinas,
de metros y de escuela?
Tú eres mi madre, que me dices siempre
que son hermosos todos mis poemas;
para ti, soy grande; cuando dices mis versos,
yo no sé si los dices o los rezas...
¡Y mientras exprimimos en las uvas del Tiempo
toda una vida absurda, la promesa
de vernos otra vez se va alargando,
y el momento de irnos está cerca,
y no pensamos que se pierde todo!
¡Por eso en esta noche, mientras pasa la fiesta
y en la última uva libo la última gota
del año que se aleja,
pienso en que tienes todavía, madre,
retazos de carbón en la cabeza,
y ojos tan bellos que por mí regaron
su clara pleamar en tus ojeras,
y manos pulcras, y esbeltez de talle,
donde hay la gracia de la espiga nueva;
que eres hermosa, madre, todavía,
y yo estoy loco por estar de vuelta,
porque tú eres la Gloria de mis años
y no quiero volver cuando estés vieja!...

Uvas del Tiempo que mi ser escancia
en el recuerdo de la viña seca,
¡cómo me pierdo, madre, en los caminos
hacia la devoción de tu vereda!
Y en esta algarabía de la ciudad borracha,
donde va mi emoción sin compañera,
mientras los hombres comen las uvas de los meses,
yo me acojo al recuerdo como un niño a una puerta.
Mi labio está bebiendo de tu seno,
que es el racimo de la parra buena,
el buen racimo que exprimí en el día
sin hora y sin reloj de mi inconsciencia.

Madre, esta noche se nos muere un año;
todos estos señores tienen su madre cerca,
y al lado mío mi tristeza muda
tiene el dolor de una muchacha muerta...
Y vino toda la acidez del mundo
a destilar sus doce gotas trémulas,
cuando cayeron sobre mi silencio
las doce uvas de la Noche Vieja.