miércoles, 30 de julio de 2014

Es un hecho que las grandes cadenas de comida rápida violan constantemente las declaraciones nutricionales y de seguridad alimentaria de muchos países del mundo.

Notitarde 29/07/2014 
Cuaderno de Apuntes

Nuestra comida tóxica y chatarra de cada día

Soc. Ángel Jiménez Guevara

 


Es un hecho que las grandes cadenas de comida rápida violan constantemente las declaraciones nutricionales y de seguridad alimentaria de muchos países del mundo. Cuando no están utilizando alimentos genéticamente modificados, están expidiendo productos, preservados con acondicionadores altamente tóxicos,  con un contenido de  grasas y  hidratos de carbono más alto de lo permitido por los reglamentos de salud  que están formando una generación de obesos y desnutridos funcionales. Y, además, esto último según los expertos no es lo más preocupante sino que debería serlo el "de qué cosa está hecha los alimentos que esas cadenas nos sirven como alimentos".  

Así, por ejemplo, tenemos que nos sirven "pan" que no es real sino que es una mezcla de blanqueado de trigo, harina de cebada malteada y toda una combinación de enriquecimientos falsos. Esta "harina enriquecida" se mezcla con la ciencia del sabor habitual de la industria biotecnológica: jarabe de maíz de alta fructuosa; soja y el aceite de canola. Además se añaden un  par de compuestos de amonio -sulfato de amonio y cloruro de amonio- junto con  acondicionadores peligrosos -que hacen ver a los alimentos frescos y apetitosos- como el azodicarbonamida que está prohibido en algunos países. Así, estamos sufriendo  una intoxicación pública de masas desde hace más de un siglo aproximadamente, y que  ha ido aumentando gradualmente.
Otro ejemplo de lo que estamos señalando son los edulcorantes artificiales que se promueven como ingredientes básicos en las dietas para pérdida de peso e inclusive para las sugeridas en enfermos de diabetes.  Lo cierto es que estos edulcorantes contienen sustancias que pueden considerase neurotoxinas -el aspartame, por citar alguna- que se transforman en un alcohol altamente tóxico que perjudica al cerebro, debilita la vista, daña el páncreas y el hígado. El espartame se añade ahora de manera regular a la goma de mascar, así como al agua con sabor. Otro potenciador del sabor que podemos incluir aquí y que está presente en la mayoría de los alimentos "conservados" es Glutamato monosódico que estresa las células y es "fastidioso" para el cerebro y los nervios. Lea las etiquetas de los  ingredientes de los envasados si quiere evitar estos "venenos".

Conjuntamente con los productos químicos anteriormente señalados, se están utilizando organismos genéticamente modificados (OGM) en los cultivos de maíz, soja, aceite de canola y remolacha azucarera. Así mismo, la mayoría de las leches y productos lácteos contienen la hormona del crecimiento, y se alimentan a la mayoría de los animales con carne que contiene OMG, sin indicación en el etiquetado. Los alimentos genéticamente modificados son duros para el sistema digestivo, y por lo general muy perjudicial para las células y órganos.
Entonces, como se puede evidenciar, estamos siendo perjudicados casi continuamente. Estamos siendo abusados con varios tóxicos en pequeñas dosis a propósito.

Mientras más de nosotros tomemos conciencia de algunas de las formas más comunes  de cómo está sucediendo esto, es la mejor oportunidad que tenemos de reducir o poner fin a la exposición de algunos de esos tóxicos. 

Director C.U.A.M. Sede Puerto Cabello

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