lunes, 15 de mayo de 2017

#OpinionEN En vino, ¿hablamos de cata o degustación? por Guillermo Vargas Por El Nacional - Marzo 19, 2017


Ingeniero agrónomo, máster en Viticultura y Enología, profesor universitario y catador Internacional es el enólogo que durante dos décadas y desde sus inicios estuvo a cargo de los vinos de Bodegas Pomar. Sigue allí como asesor y figura clave en los recorridos de @clubpomar


19 de marzo de 2017 12:15 AM 
En lengua castellana los términos cata y degustación del vino suelen confundirse a pesar de que se trata de dos cosas distintas y de objetivos diferentes que no significan, conceptualmente, lo mismo. La cata es  un estricto análisis sensorial, y la degustación el acto de probar los vinos para complacer nuestros sentidos.
Vale la pena citar la definición de los padres de la enología moderna, Jean Ribéreau-Gayon y Emile Peynaud: “Catar es gustar con atención el vino para apreciar su calidad, someterlo a nuestros sentidos, principalmente al gusto y al  olfato, conocerlo buscando y expresando sus cualidades y defectos, estudiarlo, analizarlo, describirlo, juzgarlo y clasificarlo”.
Es una definición estricta que abarca el análisis sensorial del vino realizado por un experto para tomar decisiones en cuanto a su elaboración, crianza y cuidado en bodega, o para juzgarlo en concursos. El catador es un profesional que ha desarrollado sus sentidos para detectar las cualidades y defectos del vino y registra sus apreciaciones de forma individual y en estricto silencio, requiriendo de la mayor concentración posible. Se pueden catar varios vinos en cada sesión y no se le ingiere para evitar perder sensibilidad y objetividad en decisiones o juzgamientos. La cata se realiza a ciegas, es decir, sin tener información sobre los vinos que analizamos, para evitar el efecto de sugestión.
La degustación, por su parte, es un evento que se realiza por placer y que no exige ser un experto para efectuarla. Se aprecian los vinos acompañados de ciertos canapés o abrebocas para buscar el mejor equilibrio entre aromas y sabores. En ella, las botellas están a la vista y pueden compartirse opiniones sobre cepas, zonas y añadas. Se le da protagonismo al vino enfocando los sentidos especialmente al que degustamos.
Para quienes se inician en el consumo del vino es preferible que disfruten primero de las degustaciones, por países, cepas, zonas y bodegas, para luego ingresar como aficionados al tema de la cata. Es deseable realizar previamente cursos específicos pues conocer de vino no es fácil aunque sí un verdadero placer.
Amerita buena observación, catar muchos vinos para conocerlos desde la copa, observándolos, disfrutándolos y dejando que ellos mismos se expresen en toda su plenitud, educando nuestros sentidos. Empecemos pronto porque la vida es muy corta y son muchísimos vinos.
Qué es una cepa de vid para el vino por Guillermo Vargas


May 25, 2016
Por Guillermo Vargas
En viticultura, llamamos “cepa” al tronco o parte estructural y leñosa de una planta de vid, de donde brotan los sarmientos, con sus hojas y frutos; no obstante el término –cepa- en español y –cépage– en francés, lo usamos para señalar las vides cultivadas, que presentan características morfológicas y fisiológicas similares y generan un mismo tipo, llamado técnicamente “variedad”, que le da al vino el carácter, constituido por su aroma, sabor y estructura.
Estas cepas son el resultado de una gran evolución de la especie Vitis vinífera L., iniciada unos 6.000 años antes de Cristo en el Cáucaso, región cercana al Mar Negro, donde aparecieron las primeras vides; éstas fueron llevadas a Mesopotamia, Fenicia, Egipto, y luego a Creta y Grecia, continuando hacia las actuales tierras de Italia, Sicilia, Norte de África, Portugal, España y Francia, terminando su viaje entre los siglos I y V de nuestra era, en Gran Bretaña, Dinamarca y Europa Central.
Fue así que la vid estuvo plantada en variados suelos y climas, sufriendo adaptaciones, mutaciones, cruzamientos naturales y una gran selección por parte del hombre, quien escogió las mejores, en cuanto a su adaptación, producción y calidad del vino -bebida fermentada proveniente de las uvas- lo cual produjo una gran variabilidad dentro de la especie, generándose muchos tipos que hoy representan las variedades de vid o cepas, nativas de diversas zonas europeas.
Las cepas de vid para vino cultivadas actualmente en el mundo, provienen casi exclusivamente, de cepas nativas de Francia, España, Italia, Portugal,  Alemania y países de Europa Oriental, las cuales han sido introducidas desde allí, a países como Estados Unidos, Canadá, Sur África, Nueva Zelanda, Australia, México, Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, entre otros, y a zonas tropicales de países como Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, India y Tailandia, entre otros; donde conforman los viñedos para vino de esos países.
Estas cepas, cultivadas a nivel mundial, conservan sus características morfológicas, fisiológicas y organolépticas, porque se propagan solo por multiplicación vegetativa, es decir, por estacas, injertos y micro tejidos, para conservar su pureza genética en el tiempo.
Algunas conocidas son Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, Syrah, Petit Verdot, Malbec, Tempranillo –tintas- y Chardonnay, Sauvignon, Malvoisie, Chenin Blanc y Macabeo –blancas- entre otras.
Fotografía tomada de www.bolsillofinanzas.com

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