Lo que comieron Jesucristo y sus discípulos en la Última Cena
Día 28/03/2013 -
Día 28/03/2013 -
Los alimentos que estuvieron sobre la mesa en la que
se instituyó la Eucaristía formaban parte de la tradición judía
En la Última Cena de Jesús con sus discípulos pan y vino se transustanciaron en cuerpo y sangre de Cristo, instituyéndose así la Eucaristía, sacramento fundamental de la Iglesia Católica. Pero sobre aquella mesa hubo aquel jueves más alimentos, todos parte de la tradición hebrea.
La reunión, que supuso el comienzo de la Pasión y Muerte de Cristo, se celebró, según los Evangelios sinópticos -los de Mateo, Marcos y Lucas-, al atardecer del Día de los Azimos, esto es, el primero de la semana en que debía comerse pan hecho sin levadura en la masa o ácimo. En el Pésaj o Pascua judía, que es la fiesta más importante de la tradición hebrea, este pueblo recuerda su salida y liberación de Egipto, y el pan que se emplea en ella es ácimo porque en la huida los israelitas no tuvieron tiempo de hacerlo con levadura.
«Delante de Jesús había una fuente con hierba y otra con una salsa parduzca»
Junto con el pan, en aquella mesa hubo vino , «producto de la vid», en palabras de Cristo (Mateo 26:29), que pasó a ser su propia sangre, «la de la Alianza, que va a ser derramada por todos, para perdón de los pecados» (Mateo 26:28). Sin lugar a dudas, la del vino era una imagen de mucha importancia entonces: "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto" dijo Jesucristo a sus discípulos (Juan 15:1 y 2).
2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto" dijo Jesucristo a sus discípulos (Juan 15:1 y 2).
Otro de los alimentos presentes fue el cordero. De hecho, la Cena de Pascua de ese «primer día de los ácimos» consistía en comer este animal recién sacrificado de acuerdo con los ritos propios de esta festividad judía. No se debe olvidar que, tal y como refleja la Santa Biblia, en la Palestina de entonces el pastoreo y consumo de cordero estaba muy extendido. Además, este animal se ha convertido en uno de los símbolos más populares del cristianismo. Después de la Cena, Jesucristo, Cordero de Dios,iba a ser igualmente inmolado para salvación de la humanidad entera.
Con todo, uno de los testimonios que acerca de los alimentos presentes en la Última Cena aporta más detalles es el de la beata Ana Catalina Emmerick (Coesfeld, 8 de septiembre de 1774 -Dülmen, 9 de febrero de 1824) monja agustina que a comienzos del siglo XIX
experimentó los estigmas que se hacían visibles periódicamente en Navidad y Año Nuevo. La primera de ellas el 29 de diciembre de 1812.
Sus visiones fueron descritas por Clemente Brentano, poeta y novelista del Romanticismo alemán.La monja experimentó una serie de visiones sobre
la Pasión y Muerte de Jesús que Brentano recoge en
«La amarga Pasión de Cristo», la descripción que de estas
visiones realizó en 1823, publicadas por la editorial Voz de Papel .
experimentó los estigmas que se hacían visibles periódicamente en Navidad y Año Nuevo. La primera de ellas el 29 de diciembre de 1812.
Sus visiones fueron descritas por Clemente Brentano, poeta y novelista del Romanticismo alemán.La monja experimentó una serie de visiones sobre
la Pasión y Muerte de Jesús que Brentano recoge en
«La amarga Pasión de Cristo», la descripción que de estas
visiones realizó en 1823, publicadas por la editorial Voz de Papel .
«En medio de la mesa estaba la fuente con el cordero pascual. […] El borde de la fuente tenía ajos todo alrededor. A su lado había un plato con el asado de Pascua y al lado un plato de hierbas verdes, apretadas, puestas de pie como si estuvieran plantadas, y otro con manojitos de hierbas amargas que parecían hierbas aromáticas; luego, delante de Jesús, había una fuente con hierba verdeamarillenta, y otra con una salsa parduzca. Los comensales usaban como platos unos panecillos redondos, y utilizaban cuchillos de hueso», confesó la religiosa al poeta. Emmerich, beatificada por el Papa Juan Pablo II en 2004, también afirmó haber visto a Jesús mojando en la salsa un trozo de pan envuelto en lechuga.
Sobre la mesa en la que se celebró la Última Cena también pudo haber sal, un importante conservante de alimentos en aquellos tiempos. Una creencia popular dice que el traidor Judas Iscariote derramó sal durante la Cena, y aunque tan sólo se trata de eso, de una creencia popular, lo cierto es que algunas importantes obras de arte, como el
conocido cuadro de Leonardo Da Vinci , la recogen. Nótese que
el artista se reproduce en el cuadro realizado.En cualquier caso, este producto es también uno de los símbolos de la fe cristiana: en el Sermón de la Montaña Cristo dijo a sus discípulos que eran «la sal de la tierra» (Mateo 5:13).
conocido cuadro de Leonardo Da Vinci , la recogen. Nótese que
el artista se reproduce en el cuadro realizado.En cualquier caso, este producto es también uno de los símbolos de la fe cristiana: en el Sermón de la Montaña Cristo dijo a sus discípulos que eran «la sal de la tierra» (Mateo 5:13).
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