Un cachito de jamón cuesta 70% más que en diciembre
Propietarios y encargados de panaderías insisten en que el alza se debe al aumento de los ingredientes
Para comerse un cachito de jamón en una panadería en Caracas hay que pagar hasta 100 bolívares, 70% más que en diciembre cuando se pagaba por el producto hasta 60 bolívares, afirman propietarios y encargados de comercios del ramo ubicados en el centro y este de la ciudad.
Si el cachito se completa con medio litro de un jugo pasteurizado, que se vende en 25 bolívares, en total por un desayuno se pagaría entre 85 y 125 bolívares. Si se acompaña con un café grande que oscila entre 35 y 60 bolívares, entonces se puede pagar hasta 160 bolívares.
Los demás desayunos que se ofrecen en las panaderías –minilunch, sándwichs, minipanes de jamón– también han subido de precio, están entre 70 y 100 bolívares. Igual ocurre con la pasta seca que se comercializa hasta en 800 bolívares el kilo y con los panes campesinos que cuestan entre 30 y 35 bolívares. Incluso la canilla que está regulada ya se vende entre 15 y 20 bolívares.
“El aumento en las panaderías ha sido bárbaro. Uno entiende que los precios suben porque la inflación arrasa, pero el que sufre es el bolsillo. Es preferible preparar el desayuno en la casa y cargar un termo con café”, dijo Marta Rojas, una de las personas que se encontraba el martes en una panadería en La Urbina.
José Luis Márquez, propietario del comercio, afirmó que el alza obedece al incremento de los ingredientes con los que se elaboran: harina de trigo, levadura, manteca y charcutería. “Desde que comenzó 2015 hemos hecho dos aumentos de precios. En el caso de la harina de trigo, un saco de 45 kilos costaba en diciembre alrededor de 400 bolívares, este año quien lo vende más barato lo tiene en 700 bolívares, eso sin contar el traslado y sin sumarle lo que se le paga al muchacho que carga los sacos”, contó.
Alexis Barreto, encargado de otro comercio en La California, agregó que a veces tienen que comprarle los sacos a personas que no son los proveedores convencionales y que se la venden hasta en 1.600 bolívares, más del doble de lo que cuesta. “Además, como ha vuelto a escasear se ha puesto más cara”, aseveró.
Comerciantes indicaron que están pasando por una situación similar a la vivida en 2012 cuando tuvieron grandes fallas en la distribución de la harina de trigo. “No nos han dejado de despachar, pero nos traen menor cantidad. Hacemos pedidos de más de 100 sacos de harina y llegan entre 30 y 40 sacos por proveedor al mes. Y a diario gastamos entre 8 y 10 sacos”, añadió Barreto.
Ismael Ramos, encargado de otra panadería en La Urbina, refirió que les ha tocado hacer cola para comprar los ingredientes: “Hemos permanecido bastante tiempo en las afueras de los distribuidores de levadura y cuando nos toca comprar ya no hay. Luego en los buhoneros consigues un kilo hasta en 1.200 bolívares, más del doble de su precio”.
Saco por saco. Como alternativa ante las fallas de abastecimiento los panaderos han vuelto a prestarse la harina para no parar la producción. También han reducido la variedad de alimentos que ofrecen. Hacen menos panes de banquete, señoritas y panes para hamburguesas y perros calientes.
Insisten en que suelen ser visitados por fiscales de la Superintendencia de Precios Justos por tener precios por encima de lo establecido, pero aseguran que cuentan con las facturas de compra que justifican el alza en los precios.
Piden importar harina de ColombiaEn una reunión entre el presidente de la Federación Venezolana de Industriales de la Panificación y Afines, Tomás Ramos, y el ministro de Alimentación, Yván Bello, el gremio solicitó importar entre 100.000 y 200.000 sacos de harina panadera colombiana, mientras les otorgan a los molinos nacionales las solicitudes de divisas pendientes para importar trigo.
Ramos aseguró que la importación de harina terminada sería transitoria. Insistió en que se deben agilizar los trámites para la renovación de los inventarios de harina de trigo, ya que el sector tiene una demanda mensual de 1,3 millones de sacos.
Juan Crespo, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Industria de la Harina, reiteró más temprano que el sector está en emergencia y que apenas quedan tres semanas de inventario en los molinos nacionales. “Ya los trabajadores de las plantas de Turmero, Aragua, se pararon. El tercer y el cuarto turno están paralizados”, dijo en una entrevista televisiva.
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