País de conucos para el 2015
MIGUEL BAHACHILLE M. | EL UNIVERSAL
lunes 29 de diciembre de 2014 12:00 AM
El anuncio de Maduro destinado a fortalecer el conuco como "método de producción primaria de alimentos", lejos de tranquilizar al pueblo que peregrina por las calles buscando comestibles básicos, le crea más angustia de la que ya tiene. Hasta le dio carácter de unidad reproductiva al jerarquizarla por escalafón como "conuco uno, dos, tres y así sucesivamente". Aseguró que este modelo permitirá "avanzar hacia la gran producción de alimentos, con semilla sana, natural. Venezuela será una potencia agroproductiva".
Nada nuevo. Al final de era de la Unión Soviética, ante la terrible crisis causada por la escasez de alimentos, el régimen implementó un programa para ocupantes (no propietarios) de viviendas de planta baja para que destinaran 400 metros cuadrados de terreno a fines de cultivar víveres de consumo masivo. Por supuesto el fracaso fue estrepitoso. Cero proyectos. A alguien del Kremlin se le ocurrió esta brillante idea que en parte copiara Chávez con la propuesta de cultivos organopónicos y, en otro ámbito, los gallineros verticales. Todo el mundo conoce el corolario de esos "conucos urbanos".
El declive de la agricultura en Venezuela, secuela de expropiaciones a destajo y sin planificación (caso Agroisleña), ha traído el caos de este importante sector de la economía. ¡Nada Nuevo! También en la Unión Soviética descolló la figura del gran destructor de la agricultura: Trofim D. Lysenko (1898-1976). Con su rusticidad emprendió "la batalla" (¿les suena?) contra una de las genéticas más avanzadas del planeta para imponer su tesis la cual en corto plazo arruinaría el célebre sistema agrícola heredado del zarismo.
Como director del Instituto de Hidratación de la importante ciudad Odessa y luego presidente de la Academia de Ciencias Agrícolas de La Unión, logró imponer sus teorías. Prometió rápida prosperidad a los campesinos y avances en la producción de todos los rubros de consumo diario. Sus seguidores divulgabanla fórmula mágica buscando anuencia de los hombres del partido. Productores tradicionales fueron acusados de bandidos trotskistas y enemigos del pueblo que "durante años destruyeron la agricultura de la región plantando semillas de elite" (¿alguna semejanza?).
Las teorías de Lysenko eran enmarañadas y carentes de continuidad. A sus instancias, Stalin inició una pertinaz persecución contra los auténticos expertos como Vavilow, reconocido genetista a nivel mundial, fallecido en la cárcel en 1943. No obstante la ruina causada por Lysenko, se atizó un culto hacia su persona al punto de erigirle monumentos y hasta un himno en su honor (¿alguna semejanza?). La ruina del sector era tan gigantesca que con el tiempo fue desechada hasta por su mismo creador: "el loado Lysenko".
La propuesta conuquera de Maduro como solución concluyente para acabar con la carestía de alimentos trasciende el ámbito agrícola para convertirse en prolijidad filosófica a ser aplicada para todo. Conuco para trazar vías y construir puentes; conuco para la educación oficial; conuco para el área médica; conuco para programas de seguridad como los llamados "cuadrantes" y, el más grave de todos, conuco para transformar el sistema educativo. Nadie conoce cuál es el plan integral de la nación para cada sector a los efectos que el pueblo, con pleno derecho, las apruebe u objete.
Decisiones al azar referidas por el Presidente en cadena nacional, sin otro respaldo que su verborrea al estilo Chávez, pronostican cuál será el epilogo de esta nueva fantasía: "Conuco para el siglo XXI".
miguelbmer@gmail.com
@MiguelBM29
Nada nuevo. Al final de era de la Unión Soviética, ante la terrible crisis causada por la escasez de alimentos, el régimen implementó un programa para ocupantes (no propietarios) de viviendas de planta baja para que destinaran 400 metros cuadrados de terreno a fines de cultivar víveres de consumo masivo. Por supuesto el fracaso fue estrepitoso. Cero proyectos. A alguien del Kremlin se le ocurrió esta brillante idea que en parte copiara Chávez con la propuesta de cultivos organopónicos y, en otro ámbito, los gallineros verticales. Todo el mundo conoce el corolario de esos "conucos urbanos".
El declive de la agricultura en Venezuela, secuela de expropiaciones a destajo y sin planificación (caso Agroisleña), ha traído el caos de este importante sector de la economía. ¡Nada Nuevo! También en la Unión Soviética descolló la figura del gran destructor de la agricultura: Trofim D. Lysenko (1898-1976). Con su rusticidad emprendió "la batalla" (¿les suena?) contra una de las genéticas más avanzadas del planeta para imponer su tesis la cual en corto plazo arruinaría el célebre sistema agrícola heredado del zarismo.
Como director del Instituto de Hidratación de la importante ciudad Odessa y luego presidente de la Academia de Ciencias Agrícolas de La Unión, logró imponer sus teorías. Prometió rápida prosperidad a los campesinos y avances en la producción de todos los rubros de consumo diario. Sus seguidores divulgabanla fórmula mágica buscando anuencia de los hombres del partido. Productores tradicionales fueron acusados de bandidos trotskistas y enemigos del pueblo que "durante años destruyeron la agricultura de la región plantando semillas de elite" (¿alguna semejanza?).
Las teorías de Lysenko eran enmarañadas y carentes de continuidad. A sus instancias, Stalin inició una pertinaz persecución contra los auténticos expertos como Vavilow, reconocido genetista a nivel mundial, fallecido en la cárcel en 1943. No obstante la ruina causada por Lysenko, se atizó un culto hacia su persona al punto de erigirle monumentos y hasta un himno en su honor (¿alguna semejanza?). La ruina del sector era tan gigantesca que con el tiempo fue desechada hasta por su mismo creador: "el loado Lysenko".
La propuesta conuquera de Maduro como solución concluyente para acabar con la carestía de alimentos trasciende el ámbito agrícola para convertirse en prolijidad filosófica a ser aplicada para todo. Conuco para trazar vías y construir puentes; conuco para la educación oficial; conuco para el área médica; conuco para programas de seguridad como los llamados "cuadrantes" y, el más grave de todos, conuco para transformar el sistema educativo. Nadie conoce cuál es el plan integral de la nación para cada sector a los efectos que el pueblo, con pleno derecho, las apruebe u objete.
Decisiones al azar referidas por el Presidente en cadena nacional, sin otro respaldo que su verborrea al estilo Chávez, pronostican cuál será el epilogo de esta nueva fantasía: "Conuco para el siglo XXI".
miguelbmer@gmail.com
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