"Graduamos a la familia de empanada en empanada"
Herminia García, psicopedagoga, encontró un apoyo en la gastronomía
Todos los días vende sus empanadas en Porlamar CORTESÍA
ANA CAROLINA ARIAS | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
sábado 29 de noviembre de 2014 12:00 AM
Porlamar.- Herminia y Vicente son una pareja margariteña con tres hijas y grandes deseos de superación, combinación que un día les llevo a decir "quién dijo miedo".
Herminia García de Rivas es de profesión psicopedagoga, con postgrado en Integración de personas con discapacidad, y Vicente Rivas se título TSU de administración tributaria. La aspiración de ambos siempre fue que sus hijas fueran universitarias; lo que no estaba planeado es que los cinco tuvieran que pagar los estudios al mismo tiempo.
"Un día llegué a mi casa con la cabeza grandísima de la preocupación, pues tenía que pagar la universidad de dos de mis hijas, más el colegio de la otra, y encima yo estaba haciendo el postgrado y mi esposo estudiaba la carrera de administración. Me senté en mi cama y pensé qué hago, me asomé por la ventana de mi casa, vi a una empanadera atiborrada de clientes y dije: 'yo voy a vender empanadas'".
Es así como comenzó una nueva etapa en la vida de Herminia. Nacida en Porlamar y residenciada en el céntrico sector Llano Adentro, que colinda con la avenida 4 de Mayo, cuenta que lloró el primer día que salió a hacer empanadas. "Aunque todos en mi familia me apoyaron, entré en crisis porque me daba pena que me vieran en esa situación. Me levanté, me miré en el espejo, y dije tu puedes, y por tu familia todo".
Eso fue un 27 de agosto y cada año en la misma fecha, Herminia y su familia hacen una fiesta para compartir con la colectividad, "ese día celebramos que nos cambió la vida, hacemos sancocho, empanadas, rifas, todo gratis (...) "Lo más importante es que hemos logrado mantener la carrera universitaria de nuestras hijas, y mi esposo y yo pudimos terminar las nuestras".
Herminia, en la escuela "Cacique Charaima", atiende niños con dificultad de aprendizaje. Vicente es empleado de una agencia bancaria, y las hijas una es abogada y hace pasantías en la Fiscalía Pública, otra estudia Informática y la tercera se prepara en Educación Preescolar y Derecho. El puesto tiene clientes fijos y como está ubicado en una esquina del Hospital Luis Ortega de Porlamar, su producto es el alimento de muchos enfermos. "Comparto el desayuno con la gente, me cuentan sus dramas y yo los aliento con una buena empanada de pescado, de mejillón o de carne, y siempre repito que al trabajo no hay que tenerle miedo, con fe, humildad y mucho orgullo, hay que buscar la forma de salir adelante", es el mensaje de Herminia.
Herminia García de Rivas es de profesión psicopedagoga, con postgrado en Integración de personas con discapacidad, y Vicente Rivas se título TSU de administración tributaria. La aspiración de ambos siempre fue que sus hijas fueran universitarias; lo que no estaba planeado es que los cinco tuvieran que pagar los estudios al mismo tiempo.
"Un día llegué a mi casa con la cabeza grandísima de la preocupación, pues tenía que pagar la universidad de dos de mis hijas, más el colegio de la otra, y encima yo estaba haciendo el postgrado y mi esposo estudiaba la carrera de administración. Me senté en mi cama y pensé qué hago, me asomé por la ventana de mi casa, vi a una empanadera atiborrada de clientes y dije: 'yo voy a vender empanadas'".
Es así como comenzó una nueva etapa en la vida de Herminia. Nacida en Porlamar y residenciada en el céntrico sector Llano Adentro, que colinda con la avenida 4 de Mayo, cuenta que lloró el primer día que salió a hacer empanadas. "Aunque todos en mi familia me apoyaron, entré en crisis porque me daba pena que me vieran en esa situación. Me levanté, me miré en el espejo, y dije tu puedes, y por tu familia todo".
Eso fue un 27 de agosto y cada año en la misma fecha, Herminia y su familia hacen una fiesta para compartir con la colectividad, "ese día celebramos que nos cambió la vida, hacemos sancocho, empanadas, rifas, todo gratis (...) "Lo más importante es que hemos logrado mantener la carrera universitaria de nuestras hijas, y mi esposo y yo pudimos terminar las nuestras".
Herminia, en la escuela "Cacique Charaima", atiende niños con dificultad de aprendizaje. Vicente es empleado de una agencia bancaria, y las hijas una es abogada y hace pasantías en la Fiscalía Pública, otra estudia Informática y la tercera se prepara en Educación Preescolar y Derecho. El puesto tiene clientes fijos y como está ubicado en una esquina del Hospital Luis Ortega de Porlamar, su producto es el alimento de muchos enfermos. "Comparto el desayuno con la gente, me cuentan sus dramas y yo los aliento con una buena empanada de pescado, de mejillón o de carne, y siempre repito que al trabajo no hay que tenerle miedo, con fe, humildad y mucho orgullo, hay que buscar la forma de salir adelante", es el mensaje de Herminia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario