Mala alimentación en los niños genera enfermedades crónicas
Un estudio de la USB determinó el patrón de consumo en niños en edad escolar
Los datos suministrados aportan información útil para crear programas y evitar trastornos alimenticios en los hombres y mujeres del futuro ARCHIVO/NICOLA ROCCO
GABRIEL BARRETO | EL UNIVERSAL
jueves 29 de enero de 2015 12:00 AM
Los buenos hábitos alimentarios son la clave para tener un adecuado crecimiento y desarrollo en el individuo. Es por ello que durante las primeras etapas de la vida es importante vigilar la alimentación porque es en este período donde se establecen los patrones de consumo que se mantendrán en la edad adulta.
Un equipo de investigadores de la Universidad Simón Bolívar (USB), liderado por el antropólogo físico Héctor Herrera, llevó a cabo un estudio en el que se evaluaron los hábitos de consumo de alimentos en los niños en edad escolar.
El trabajo de los investigadores reveló que los alimentos proteicos más consumidos son los huevos y los productos lácteos, mientras que las mayores fuentes de carbohidratos provinieron de la harina de maíz precocida, el arroz, la pasta y la papa. Como fuentes de energía predominaron el aceite y grasas visibles como la margarina y la mayonesa. En los hogares analizados no se observó la ingesta constante de frutas y verduras.
A juicio del equipo de investigadores, esta situación es preocupante, porque hay menor variedad de alimentos consumidos en las comunidades y las fuentes precisamente más nutritivas o de mejor calidad están desapareciendo.
Herrera asegura que se está consumiendo solamente carbohidratos; no existe una alimentación balanceada pese a las campañas oficiales que advierten acerca de los beneficios de los buenos hábitos alimentarios (... ). "Las personas sólo buscan satisfacer la necesidad de alimentos sin importar que tan nutritivos sean".
"La estatura es un indicador de desarrollo nacional más importante que el peso, dado que este último suele recuperarse más fácilmente. Un niño con bajo peso que sea sometido a un régimen dietético por un nutricionista, logrará recuperar su peso, pero llevar una estatura baja a normal requiere un proceso más largo en el tiempo y un prolongado tratamiento", explica el antropólogo.
Herrera añade que el peso y la estatura de un niño ofrecen datos de la desnutrición, tanto aguda como crónica. Así mismo, reveló que en las comunidades donde se llevó a cabo el estudio encontraron lo que ellos denominan una "doble carga epidemiológica", que alude a niños con estatura baja pero con un peso que está por encima del promedio, lo que ocasionaría en el futuro un adulto con trastornos de tipo metabólico como diabetes, hipertensión y resistencia a la insulina, entre otras afecciones.
Otro de los hallazgos del estudio es que los niños de las zonas suburbanas presentan una mayor estatura que los localizados en sectores rurales. "Existe una diferencia de hasta 6 centímetros", explica Herrera.
Lo anterior obedece a que los niños no tienen acceso a servicios de salud y tampoco poseen agua potable, lo que desencadena un aumento del índice de parasitosis, diarrea infantil y enfermedades como la anemia.
Aunque los datos suministrados no son representativos, Herrera asegura que proporcionan información útil para planificar programas de salud pública.
Un equipo de investigadores de la Universidad Simón Bolívar (USB), liderado por el antropólogo físico Héctor Herrera, llevó a cabo un estudio en el que se evaluaron los hábitos de consumo de alimentos en los niños en edad escolar.
El trabajo de los investigadores reveló que los alimentos proteicos más consumidos son los huevos y los productos lácteos, mientras que las mayores fuentes de carbohidratos provinieron de la harina de maíz precocida, el arroz, la pasta y la papa. Como fuentes de energía predominaron el aceite y grasas visibles como la margarina y la mayonesa. En los hogares analizados no se observó la ingesta constante de frutas y verduras.
A juicio del equipo de investigadores, esta situación es preocupante, porque hay menor variedad de alimentos consumidos en las comunidades y las fuentes precisamente más nutritivas o de mejor calidad están desapareciendo.
Herrera asegura que se está consumiendo solamente carbohidratos; no existe una alimentación balanceada pese a las campañas oficiales que advierten acerca de los beneficios de los buenos hábitos alimentarios (... ). "Las personas sólo buscan satisfacer la necesidad de alimentos sin importar que tan nutritivos sean".
"La estatura es un indicador de desarrollo nacional más importante que el peso, dado que este último suele recuperarse más fácilmente. Un niño con bajo peso que sea sometido a un régimen dietético por un nutricionista, logrará recuperar su peso, pero llevar una estatura baja a normal requiere un proceso más largo en el tiempo y un prolongado tratamiento", explica el antropólogo.
Herrera añade que el peso y la estatura de un niño ofrecen datos de la desnutrición, tanto aguda como crónica. Así mismo, reveló que en las comunidades donde se llevó a cabo el estudio encontraron lo que ellos denominan una "doble carga epidemiológica", que alude a niños con estatura baja pero con un peso que está por encima del promedio, lo que ocasionaría en el futuro un adulto con trastornos de tipo metabólico como diabetes, hipertensión y resistencia a la insulina, entre otras afecciones.
Otro de los hallazgos del estudio es que los niños de las zonas suburbanas presentan una mayor estatura que los localizados en sectores rurales. "Existe una diferencia de hasta 6 centímetros", explica Herrera.
Lo anterior obedece a que los niños no tienen acceso a servicios de salud y tampoco poseen agua potable, lo que desencadena un aumento del índice de parasitosis, diarrea infantil y enfermedades como la anemia.
Aunque los datos suministrados no son representativos, Herrera asegura que proporcionan información útil para planificar programas de salud pública.
No hay comentarios:
Publicar un comentario