Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

jueves, 14 de diciembre de 2017

Los panes de Navidad están llenos de buenos deseos El de jamón y el panettone ya forman parte de la tradición venezolana y poco a poco se despierta el interés por otros sabores europeos y por algunos más locales, como el pan de leche asuntino


Por SERENELLA ROSAS FLUNGER SERENELLAROSAS@YAHOO.IT
13 DE DICIEMBRE DE 2017 12:40 AM
¿Qué tienen en común los panes navideños, en cualquier parte del mundo? Los buenos deseos que los rodean. Tanto el panadero como el cliente le desean el bien al destinatario final. Es un sentimiento que solo aparece en Navidad y envuelve toda la producción de alimentos de la época. Tal es el arraigo de Europa en nuestras costumbres que al hacer la lista de panes navideños, después de nuestro pan de jamón, figuran el panettone, el stollen de Dresde y la corona de reyes.
Ana Belén Fagúndez y Néstor Cárdenas integran Four Hands Cooking, exitoso emprendimiento que reúne pastelería, panadería, cocina y docencia. Se sienten orgullosos de decir que 90% de sus recetas son fórmulas propias. Son una traductora y un publicista que un buen día, hace más de una década, decidieron apostar a lo que más les gustaba: la gastronomía. La calidad de su panadería les ha valido el reconocimiento de restaurantes que solicitan que les diseñen sus panes.
Su oferta navideña comprende los indispensables pan de jamón y panettone; a los que han agregado panes y tortas de la tradición europea como son la rosca de reyes, la galleta de jengibre, el stollen de Dresde y el kringle stonian, que conocieron gracias a una alumna. Es una trenza que puede llevar canela, o frutas confitadas, o chocolate, y les gustó tanto que decidieron investigarlo y crear su versión, y lo ofrecen por encargo.
Con amasado portugués. Tres son, como los Reyes Magos, los socios de la Panadería Codazzi, en Los Chaguaramos, y uno de ellos, David Quinta, es el que amasa el pan de jamón y el panettone. Empezó a frecuentar esa panadería como vendedor de harina, hace más de 30 años. Está en el negocio desde los 11 años de edad, cuando empezó ayudando a su padre, que tuvo dos panaderías en El Llanito. Con orgullo muestra la mesa donde reposan los panettones que acaba de sacar del horno y las bandejas de panes de jamón que esperan su turno. Se considera de la vieja escuela. Su secreto, hacerlo con ganas, bien y con gusto. Siempre estudia la harina con la que le toca trabajar, le gusta investigar. Otro secreto: amasar mucho, y no todos están dispuestos. Los panettones por ejemplo llevan cuatro “amases”, los hace en tres tamaños y de frutas o chocolate, este último es el que más gusta. La fama de su pan de jamón es conocida en toda Caracas, de donde le llegan clientes a cumplir con su cita anual.
Tradición asuntina. Señala Antonio (Toñito) Espinoza Prieto que en La Asunción nunca se hizo panettone, y que los panes de Navidad eran de leche con formas de animales, o sobado dulce y aliñado, con nuez moscada, canela, clavo y anís. Nos recuerda que la particularidad que tiene el pan de leche asuntino es que es elaborado con leche condensada disuelta en leche entera. Rosana Marcano se ocupa, en el local El Pan de Mamá, de honrar la tradición y hace por encargo los animalitos de pan de leche, que aprendió a hacer de su mamá María Lárez.
Nos cuenta que entre los animalitos que se hacían antes figuraban conejos, mariposas y diversidad de pájaros. También como producto navideño se hacían coronas y corazones. Ella hace, por encargo, caimanes, iguanas y muñequitos como los de las galletas de jengibre, que suma a su oferta de suspiros, roscas, cocorrones y empanadas rellenas de mago o guayaba.
El dato
- Four Hands Cooking: Ana Belén Fagúndez y Néstor Cárdenas.
(0424) 2092799/fourhandscooking@gmail.com
IG @fourhandscooking
- Panadería y pastelería Codazzi. Avenida Estadium Los Chaguaramos.
(0212) 6617406 IG @pancodazzi
- El Pan de Mamá: Rosana Marcano. Final calle Unión, La Asunción.
(0416) 6954760/Mercado del Arte, sábados, 5:30pm



El anecdotario de platos navideños de autor

Varias personalidades destacan en esta época por recetas que en sus manos se han transformado en referencia. La periodista Marianella Salazar comparte las historias de su célebre torta negra, mientras la diseñadora Irma Contreras cuenta porqué sus hallacas se han hecho famosas

Por ROSANNA DI TURI RDITURI@EL-NACIONAL.COM | @ROSANNADITURI MAGALY RODRÍGUEZ | MRODRIGUEZ@EL-NACIONAL.COM
10 DE DICIEMBRE DE 2017 12:05 AM | ACTUALIZADO EL 10 DE DICIEMBRE DE 2017 14:41 PM
En un tenaz cuaderno marca Libertad, hecho en Barquisimeto, aguardan las señas caligráficas de la torta negra que Marianella Salazar convirtió en referencia entre quienes han tenido la fortuna de probarla. Enla receta que escribió su tía Josefina, hermana de su papá y oriunda de Cumaná, estánlos secretos de esa torta, entre otras recetas que ella ha ido adaptando a su gusto. Allí también están las breves crónicas de cómo cada año esa delicia cosmopolita con gusto venezolano amerita las más diversas cruzadas para dar con los ingredientes necesarios. En su propia caligrafía, la siempre radiante periodista ha dejado una reseña de los años recientes a través de la torta negra que se ha decantado por elaborarcon frutos secos, higos turcos y conchitas de naranja. En2008 ya se avizoraban las complicaciones.  “Este año fue difícil por los ingredientes. Ya no llegan los higos secos, así que compré frutillas chilenas. Tenía reservas con el resultado. Pero segúnArmando Scannone, quedó magnífica”, escribió. Dos años después la gentileza de un radioescucha de su programa permitió que la lograra. “No estaba muy animada, pero un oyente de la radio me trajo loshigos de París y la hice”.
Este 2017, obviamente, dar con esa conjunción de ingredientes no fue tarea fácil. “Hoy en día, si no se traen de afuera no es posible hacerla”. Y en esta ocasión, el colega Miro Popic, fiel confeso de ese postre, se encargó de solventar las carencias y trajo de Londres los higos y las conchas de naranjas para las contadísimas tortas que Salazar elabore.  “La preparo desde hace más de 20 años. Antes hacía hasta 60. Siempre para regalar. Una vez me tocó la puerta un señor para comprarla, y le dije que no tenía precio. No las vendo. Este año a lo sumo haré ocho”.
Don Armando Scannone se cuenta entres sus fieles, y sus comentarios han quedado registrados en el cuaderno Libertad. “Yo la he ido adaptandoa mi gusto. Ese arlequín de frutos macerados lo cambié por higos turcos, conchas de naranja y frutos secos”. La maceración, en un destilado o licor de naranja, no sobrepasa los tres meses: “Si no, se pierde el sabor de las frutas y no es la idea”. Las ciruelas pasas,que también aprovecha, las macera menos tiempo. El caramelo que utiliza, espeso y oscuro, es parte del alma de esa exquisitez con sello propio.  “El día que lo hago es casi para llamar a los bomberos: esta casa se llena de humo.Tiene que quedar muy espeso. Luego, lo cocino otra vez”.
Esa torta espléndida, que reúne distintos ingredientes del planeta en un gustovenezolano, tendrá este año la vainilla que le llegó de México, gracias a una amiga, y un cortejo de especias que se suman a lacanela, por las diligencias del hermano, que le regaló enebro y regaliz traído de España. “Será una novedad. El cardamomo también lo tengo y lo uso desde hace varios años”. Enuna fiel máquina Electrolux, heredada de su madre, Salazar replica esta torta que la conecta con sus afectos, en una tradición que felizmente se perpetúa en sus manos de buena cocinera, célebre por su lomito Wellington y que también se ánima a hacer sus propias hallacas asumiendo la cruzada sin compañía.

Platos navideños 

Las hallacas de Irma Contreras

Empezar desde cero suele ser el secreto de la maestría. Irma Contreras –más conocida por sus camisas de autor bajo la firma Irma Contreras Couture– siempre estuvo atenta a cómo se preparaban las hallacas en su hogar, y al ser la menor de su casa la iniciaron desde el escalafón más bajo del ceremonial: la preparación de las hojas. “Las comprábamos completas y a mí me tocaba la parte de limpiarlas, quitarles la vena, cortarlas, ahumarlas… No como ahora que ya vienen listas, pero saber trabajarlas ayuda mucho porque si las cortas o las manipulas mal, se te desbaratan”, explica. Aunque nació en Barquisimeto, las primeras hallacas que hizo por cuenta propia solían ser andinas, como su mamá. Fue en la década de los noventa, ya graduada de abogada en la UCV e incursionando en la moda, cuando su sazón navideña dio un giro inesperado. “En esos años le compré la casa a Dulce de Scannone, la cuñada de Armando Scannone. Un día me invitaron a hacer hallacas con ellos y comencé a prepararlas al estilo mantuano, con ese balance de dulce y picante”. Las suyas también llevan almendras, encurtidos en mostaza y, cuando las consigue, una ciruela pasa, que prefiere en lugar de una parranda desmedida de pasitas.
La masa es sagrada. “Mucha gente le presta más atención al guiso, pero creo que lo peor que puede pasar es que la masa te quede dura, desabrida o sin buen color: sobre todo porque eso es lo primero que ves cuando abres las hojas y la presentación es muy importante. A mí me gusta que quede muy suave y que tenga sabor aun si la pruebas solita, sin guiso: la mía lleva caldo de gallina, vino tinto, salsa inglesa, aceite y manteca”. Es igual de meticulosa con el corte de los vegetales. “Hay ingredientes que pico a mano y no con el ayudante de cocina porque de otro modo no quedan igual. Me pasa con el ají dulce, el cebollín y el ajoporro”. Cada año prepara con sus amigas una sola tanda de 130 hallacas en dos días: uno para preparar el guiso, dejarlo asentar y enfriar, y otro para ensamblar las hallacas. La diseñadora prefiere guardarlas crudas y cocerlas justo antes de servir en lugar de recalentar, pues asegura que cuando se usa harina precocida esta es la mejor opción para conservar la buena textura de la masa.
Contreras no vende sus hallacas ni las prepara por pedido, aunque sabe que cada año crecen los encargos cariñosos de inclusión en su lista de elegidos. Por suerte no es egoísta en compartir la receta. “La tengo transcrita en computadora y todo. Al que me la pida, se la mando”. También prepara unas hallaquitas miniatura rellenas de caraotas aliñadas en lugar de guiso, que incluso sirvió como pasapalos en el lanzamiento de su colección más reciente. ¿Qué recomienda a quienes se aventuran a hacer hallacas por primera vez por cuenta propia? “En principio, hacer poquitas: 20 o 25. Si no te quedan como tú querías, por lo menos vas poniendo a prueba tu sazón. También sugeriría ir colocándole el toque dulce y el picante poco a poco para no excederse, y no hacerlas tan grandes, si las quieres acompañar con otros platos”.
En Instagram: @iccamisas

El pan de jamón de Miro Popic

Fotografía Claudia Rodríguez

El periodista y editor Miro Popic, autor de un libro consagrado al pan de jamón, tiene una gustosa historia con esa receta. “A comienzos de la década de los ochenta quedé sin trabajo y con una bebé recién nacida. Era diciembre, decidí junto a mi esposa Yolanda hacer comida para llevar y me enfoqué en el pan de jamón. Soledad Mendoza, que dirigía la revista Pandora, escribió un artículo sobre la comida navideña. Como la foto de portada reservada para las hallacas no era buena, pusieron una mía con unos panes recién salidos del horno. Eso me hizo famoso y durante varios años vivimos de eso, especialmente en diciembre”, comparte Popic.

La receta que ponía en práctica fue adquiriendo toques personales. “Yo hacía panes de harina de trigo. Investigando un poco descubrí que la receta original se elaboraba con masa de pan sobado. Y eso fue lo que cambié. Luego, para darle más sabor, le agregué unas tiritas de tocineta. Finalmente, en vez de pintarlo con huevo para darle brillo, preparé un melado de papelón y se lo unté una vez horneado, para darle ese toque dulzón que tanto nos gusta”. De aquella época guarda un rico anecdotario. “Recuerdo una vez que me llamó personalmente el presidente Luis Herrera. Al principio creí que era mamadera de gallo, hasta que el edecán insistió y el Presidente, con esa vez ronca que tenía, me pidió que le hiciera 14 panes de jamón para el día siguiente. Y así fue”.

Esas faenas serían la génesis de su libro, editado inicialmente en 1986, y ampliado y reeditado por Los libros de El Nacional como El nuevo libro del pan de jamón… y 26 panes más. “Una vez me hicieron una entrevista y me consultaron sobre el origen del pan de jamón. Mi respuesta fue automática: es de origen español. Claro, si lleva trigo y cochino, debe ser europeo. Uno de mis hijos me preguntó: ¿Estás seguro de eso? No dije nada. Me fue calladito a la biblioteca y comencé a buscar en los recetarios venezolanos y resulta que no aparecía por ninguna parte. Nuevamente en la mesa, dije a los niños: voy a escribir la historia del pan de jamón. Me llevó dos años encontrar la respuesta, luego de haber pasado días en la Biblioteca Nacional revisando periódicos de la época. El libro lo escribí en 1984 y no salió sino en 1986, cuando Ernesto Armitano lo publicó en edición de lujo. Nadie sabía hasta ese momento de dónde procedía el pan de jamón. Fue una investigación larga y organizada. Me enorgullezco de ella”. En ese libro referencial revela la génesis de un plato emblemático para los venezolanos. “Pude afirmar que el pan de jamón se inventó en la panadería Ramella, que quedaba de Gradillas a Sociedad, en Caracas. Luego, familiares de los propietarios me confirmaron que había sido Lucas Ramella, quien estudió medicina en París a finales del siglo XIX, y cuando regresó a Venezuela se ocupó de las panaderías de la familia”.

El pan de jamón de Popic se sigue multiplicando en su casa. “Ya casi no lo hago en diciembre. Lo elaboro con mi hija Verónica, a cuatro manos, para la familia y los amigos, pero ya no como negocio. Prefiero que lo hagan otros y encuentren sustento con el sudor de sus manos amasando tradición y arraigo”. Para quienes deseen ensayarlo tiene una sugerencia: “Mi consejo es que lo hagan en casa, que intenten una y otra vez, aunque nunca hayan cocinado”.


Sabor de una venezolana triunfó en MasterChef Uruguay

María Gracia Sosa es la primera mujer que gana este concurso en Uruguay, el jurado lo conformó Sergio Puglia, Lucía Soria y Laurent Lainé, además del reconocido chef español Joan Roca

 Por EL NACIONAL WEB
12 DE DICIEMBRE DE 2017 09:45 PM | ACTUALIZADO EL 12 DE DICIEMBRE DE 2017 22:10 PM
La crisis política que vive Venezuela impulsó a la venezolana María Gracia Sosa de 29 años emigrar a Uruguay, país que la acogió y donde el pasado martes logró convertirse en la ganadora de la segunda edición de Master Chef Uruguay.
La venezolana al obtener este título recibió  $ 200.000 en efectivo, un curso de cocina profesional en el Instituto Crandon, así como también un viaje a España para recibir clases en el reconocido restaurante El Celler de Can Roca y un auto.
María Gracia Sosa es la primera mujer que gana este concurso en Uruguay, el jurado lo conformó Sergio Puglia, Lucía Soria y Laurent Lainé, además del reconocido chef español Joan Roca.
Fuera de cámaras Sosa declaró para el Diario Las Américas que “Este premio significa muchísimo agradezco a este país que ahora es mi hogar, haber podido ganar Master Chef es increíble, represento a Uruguay y a mi país que lo tengo en el corazón”
La venezolana se enfrentó a Luciana Dangelo y Magdalena de los Santos con platos inspirados en el mar, la primera presentación consistió en arroz meloso de mejillones y langostinos con chips de plátano. Y un segundo plato conformado por langostinos con crema de palta y chutney de mango.
Finalmente María Gracia Sosa se impuso ante Luciana Dangelo con un mousse de maracuyá con crocante de chocolate, con el que sentenció su victoria.
En una final bastante emotiva Sosa contó con el apoyo de su madre, quien la observó desde el estudio de televisión y a la que no dudó en agradecer “El apoyo de mi madre es todo, todo lo que hago es por y para ella así que esto sé que es un sueño también de ella. Mi amor por la cocina viene de mi madre y fue inculcado por ella y también es una ultra fan de Master Chef desde hace muchos años así que este premio va dedicado a ella principalmente” expresó.


martes, 5 de diciembre de 2017

Artífices de buen pan En tiempos en los que es un reto lograr panes de excelencia en el país, ellos apostaron por este oficio con nueva mirada. Aquí, quienes llevan las riendas de Pan Alemán, los emprendedores de Fourhandscooking en Caracas y de Pan Comido desde Mérida comparten el resultado de amasar la tenacidad


Por ROSANNA DI TURI RDITURI@EL-NACIONAL.COM @ROSANNADITURI | FOTOGRAFÍAS GUSTAVO BANDRES
03 DE DICIEMBRE DE 2017 12:02 AM
La multiplicación de los panes alemanes
El gusto por un pan de centeno que comía en su infancia llevó a Tomás Bacher, ingeniero de formación, por otro derrotero de vida. Hijo de alemanes, en su casa solían comprar un pan distintivo con ese cereal en la panadería La Amistad, de la avenida Rómulo Gallegos en Caracas. Y cuando probó uno similar elaborado por una alemana que vivía en Venezuela y era artífice de Pan Alemán en La Lagunita, se quedó enganchado a ese sabor que lo conectaba con su niñez.
Bacher y Oswaldo Esté, publicista de formación, se convirtieron en clientes tan frecuentes de la panadería que terminaron como socios y aprendieron a elaborar los panes, trabajando desde la medianoche hasta las ocho de la mañana, y luego se hicieron cargo del negocio cuando su artífice tuvo que volver a Alemania.
“Quisimos aprender el oficio porque pensábamos irnos del país en ese momento. Y terminó en un compromiso que crece cada día con esta marca”, aseguran quienes desde hace una década asumieron el reto de multiplicar los panes inicialmente con sello alemán. Abrieron nuevas tiendas y se diversificaron para, más tarde, entender que querían concentrarse en lo que mejor sabían hacer. Hoy mantienen una tienda en Los Palos Grades cuyo bautismo lo anuncia: Pan y chao, donde proponen el pan multicereal que se lleva los honores, el maxicorn, otras recetas de estirpe alemana, como el familienbrot, y el dintel, elaborado con harina de espelta o el criollo pan de jamón. También tienen dulces como un stolen navideño.
“Nuestros panes en la tienda siempre tienen harina de centeno, ausencia de grasas y azúcares”, comparten. Una nueva ventana de crecimiento se abrió cuando Ávila Burguer les encomendó los panes de hamburguesas. Hoy en día, esos se multiplican en su taller caraqueño a ritmo veloz para surtir todas las tiendas de la cadena y otras, como Sanduchef. También se preparan para estar con su marca en los anaqueles de supermercados, en una apuesta que se agradece.
En Instagram: @panaleman
A cuatro manos
Hacer pan puede lograr los más benignos efectos en quien amasa. María Belén Fagúndez, profesora universitaria de idiomas y descendiente de panaderos, se dio cuenta de lo esencial que era para ella elaborar este alimento, luego de que sufriera de cáncer. “Entonces me di cuenta de que no había sido suficientemente feliz. Pensé que si me salvaba, retomaría la elaboración del pan, lo que antes hacía como hobby”. Recuperada, cumplió su palabra y tomó clases con Néstor Cárdenas, quien también había conocido un nuevo destino en las masas. Publicista de formación y ex empleado de Pdvsa, tras varios cursos en lugares como el GAPP, Grupo Académico Panadero Pastelero, se había convertido en profesor de panadería y en dedicado artífice de masas de hojaldre. Fagúndez se transformó en su pasante y una Navidad se les ocurrió diseñar juntos un pan de chicharrón para acompañar el pernil. Ese sería el comienzo, hace dos años, de su iniciativa a cuatro manos que bautizaron Fourhandscooking, en la que multiplican artesanalmente panes con su sello, inventan recetas y enseñan a otros a elaborarlos a través de cursos.
Cada pan de su emprendimiento es amasado por ellos y tienen cuatro masas madre, que aprovechan con sus bautismos respectivos: Lourdes María, Carmen Galia, Sofía y Yolanda. “Hacemos panes con nuestras fórmulas, no usamos preservativos y son todos artesanales”. Es así como idearon unos de lairén para el restaurante Doc de Los Palos Grandes, han creado otros, como los de chorizo con los embutidos de los emprendedores de Casa Cúneo y de ajíes con las propuestas de Montemayor. En sus cursos, que proponen por lo menos cuatro veces al mes, tienen pupilos con los más diversos intereses. “Viene desde gente que nunca había tocado la harina, hasta quienes quieren desconectarse. La gente libera preocupaciones amasando. Da orgullo lograr un buen pan. Tiene el esfuerzo y el trabajo de uno”, afirman quienes también despachan a domicilio a los que les encarguen en Caracas.
*En Instagram: @fourshandcooking

Oliva catalana con mano venezolana La marca Henri Mor se prepara para el lanzamiento de su aceite de oliva virgen extra del 2018


Por DAVID EGUI / COMERESBLOG@GMAIL.COM
04 DE DICIEMBRE DE 2017 02:25 PM
El aceite de oliva de la empresa familiar Henri Mor, liderada por el venezolano Henri Alegría, es ahora parte del menú de ABaC, restaurante del chef Jordi Cruz que recientemente consiguió su tercera estrella en la reconocida guía Michelin y donde la venezolana Andrea Dopico se desempeña como chef pastelera. Además de utilizarlo para algunas preparaciones en cocina, lo sirven en pequeños chupitos de cristal elaborados por el grupo Elaia Zait, que al posar sobre hielo, aportan una textura diferente al aceite y resultan en una explosión de sabor en boca.
“La idea es darle otra experiencia al comensal que prueba nuestro aceite y exaltar su elegancia, equilibrio y complejidad de sabor, resultado que conseguimos con una campaña temprana, utilizando olivas verdes de la variedad arbequina y extracción en frío”, dice Henri Alegría mientras recorre los espacios de la cooperativa San Isidro en la localidad de Juncosa en Cataluña. Es ahí donde después de un cuidadoso proceso de recolección llegan las olivas con las que producen su aceite virgen extra reserva y campaña.
El proceso comienza a mediados de octubre con la cosecha, que dependiendo del suelo es manual o con el uso de máquinas vibradoras especiales y mallas que rodean cada árbol. Ese mismo día y manteniéndolas a baja temperatura, las olivas son trasladadas a la almazara donde se separan de las hojas y tallos y se limpian para iniciar la elaboración del aceite. Le sigue la molienda del fruto, que en el caso de Henri Mor se hace en el tiempo exacto para evitar pérdida de aroma. El último paso es la extracción en frío del aceite, que se realiza mediante una centrifugación doble del resultado de la molienda, y que luego es filtrada.
Las instalaciones están equipadas con tecnología de ultima generación, haciendo que el proceso sea organizado y fácil de controlar. De esta manera se consigue extraer un aceite de excelente calidad y aroma con un proceso que lo lleva del árbol a los tanques de acero inoxidable —donde se almacena antes de ser embotellado y etiquetado— en un solo día.
Con su producción del año pasado consiguieron cinco importantes reconocimientos para su versión extra virgen Reserva Privada Arbequina: Medalla de Oro en New York International Olive Oil Competition, Medalla de Oro en TerraOlivo, Diplôme Gourmet en París, Mezquita de Plata en Córdoba y la Mención a la calidad de producción limitada en Expoliva.
Larga historia. Las olivas arbequinas utilizadas para el aceite virgen extra Henri Mor provienen de su finca familiar ubicada en el municipio español de Juncosa, a tan solo una hora de la ciudad de Barcelona, en la provincia de Llérida en Cataluña y justo en el límite con la provincia de Tarragona. Es una localidad con tan solo 438 habitantes, con una larga historia en la elaboración de aceite de oliva y de trabajo de la tierra. El aceite elaborado en esta zona cuenta con la Denominación de Origen Controlado de Les Garrides, la primera del territorio español.
El Dato:  El aceite de la cosecha anterior se puede conseguir en Licores Mundiales, Fresh Fish, Licoteca, Café Arábica y en los principales bodegones de Caracas

sábado, 2 de diciembre de 2017

Reconocimiento a precoces cocineros

26 DE NOVIEMBRE DE 2017 12:02 AM
Cocinar puede ser una pasión e incluso una vocación muy temprana. Bien lo sabe Jonathan Figueroa, quien a los 11 años de edad ha llegado a una conclusión: “La cocina me permite concentrarme. Y me divierte”. Él, junto a Danna Silva fueron los ganadores de un concurso convocado por la cadena de supermercados Excelsior Gama al que bautizaron Mini chef. Allí se inscribieron 100 niños con edades entre 9 y 14 años. Los infantes probaron destrezas con platos como tortas de queso, tequeños y hamburguesas. Una torta de chocolate fue el reto final del que salieron airosos quienes ahora tendrán la oportunidad de hacer uncurso de cocina, gracias a una beca en la escuela de cocina Chefcitos. La voluntad de varios aliados permitió que el concurso tuviera premios, concursos y degustaciones durante el evento. Allí sumaron esfuerzos Mr. Músculo, Maizina Americana, Diablitos Underwood, La Montserratina, Maizoritos, Plumrose, Rikesa, McCormick, GalletasPuig, Charcutería Tovar, Clic, Hermo y Kelloggs.  La competencia tuvo lugar en la sucursal plus de la cadena, en La Trinidad. El segundo y tercer lugar de la categoría A, lo merecieron LuciCocci y Mariángel Primera. Y de la categoría B, Luisángel Siso y David Delgado.
Subasta por los chiquititos 
La admirable labor de Fundana permite que más de un centenar de niños, víctimas de la violencia y carentes de hogar, consigan un refugio, atención y cuidados en lugares como su Villa Los Chiquiticos. Para apoyar es a causa celebran de nuevo la subasta anual que este año bautizaron Love to give, Amor para dar. Más de 80 notables artistas venezolanos y extranjeros se sumaron a esa consigna ofreciendo las obras que serán subasta das hoy, a partir de las 11:00 am, en Ciudad Banesco. Una oportunidad de ayudar a una labor necesaria y meritoria desde la apuesta a piezas perdurables.
La subasta será en el auditorio Fernando CrespoSuñer, piso 3, Ciudad Banesco, Bello Monte.  Estacionamiento disponible en el lugar.

El primer capítulo de Carabobo Gastronómico Cocineros, investigadores, emprendedores y escuelas carabobeñas buscan promover y reconocer la cocina típica del estado

Foto: Abraham Tovar 
Por KEYLA BRANDO
25 DE NOVIEMBRE DE 2017 06:00 PM | ACTUALIZADO EL 25 DE NOVIEMBRE DE 2017 18:14 PM
Alrededor de la mesa se conforman las sociedades. No es poca la importancia de los alimentos en la vida de un país. En el caso de Venezuela hay una variedad notable de platos típicos, pero más allá de los más conocidos, yacen cientos de recetas tradicionales de cada pueblo.
La investigación de esta cocina ha creado los movimientos gastronómicos regionales: Vargas, Aragua, Margarita, Paraguaná y, ahora, Carabobo. Dichos movimientos no solo se dedican al estudio, sino al reconocimiento y la promoción de toda la cadena alimentaria propias de cada estado.
La Galería Braulio Salazar fue el espacio escogido para inaugurar la primera edición de Carabobo Gastronómico, dirigido por la chef Zoraida Barrios, mejor conocida como "Mamá Zory". 
El encuentro contó con las ponencias de la profesora Ocarina Castillo, el profesor Víctor Moreno, el chef Edgar Leal y la directora de la Academia Venezolana de Gastronomía, Ivanova Decán. Además de la presencia de la rectora de la Universidad de Carabobo, Jessy Divo de Romero, y del profesor y director de la galería, Lunes Rodríguez.
La demostración gastronómica estuvo a cargo del chef invitado Rubén Santiago y "Mamá Zory" , quienes prepararon un mero y un pargo preñado, típico de Carabobo, estado que no solo es productor de naranjas, sino la costa de Puerto Cabello. Sus recetas las recogió la chef Barrios, junto a Rafael Cartay, en el libro "El paisaje de la olla", editado por Libros El Nacional.

"Les entrego Carabobo Gastronómico a los carabobeños para que se sientan comprometidos con nuestra identidad regional", comentó "Mamá Zory" en el primer capítulo de este evento.