Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

miércoles, 27 de septiembre de 2017

La papa y el cilantro le dan vida a la pisca Para que el caldo quede más limpio se recomienda añadirle una cucharada generosa de mantequilla cremada y clarificada

In Memoriam a mi tía abuela Barbara Eugenio (Mamá Tita), tachirense, quien me enseñó el gusto por la cocina venezolana
Por ILEANA MATOS | IMATOS@EL-NACIONAL.COM
24 DE SEPTIEMBRE DE 2017 12:02 AM
En Los Andes se desayuna con pisca, sobre todo los fines de semana, cuando hay tiempo para prepararla. Lo dice Asmiriam Roa mientras su hermana Yolimar se encarga del mise en place que exige la sopa que aprendieron a preparar con su abuela Yolanda, quien no dejaba de  recordarles que fue bautizada con este nombre “porque se hace con una pisquita de lo que se tiene a la mano”.
El plato forma parte de los recetarios tradicionales de Mérida y Táchira, también en los de Trujillo aunque allí no es tan popular. Lleva cebollín, cilantro, cebolla, ajo, huevo y papa granola o única –variedades blancas y grandes que se cosechan en tierras andinas– ingredientes que, como el resto, suele encontrarse “a pie del camino”.
Las Roa forman parte del equipo  fundador de Andinos Bistró Café, restaurante merideño en el que también trabaja Pedro Mora, cocinero como Yolimar, que moldea las arepas con las que se acompañará la sopa mientras las hermanas explican los detalles de su preparación.  “Más de un cliente, generalmente orientales y caraqueños, se sorprende cuando prueban nuestra pisca y se enteran de que no utilizamos caldo de pollo en su preparación”, dice la cocinera, antes de aclarar que, al menos en los Andes, la preparación no forma parte de la lista de los ingredientes de la sopa, que en el páramo andino se hace con verdes, leche y queso ahumado, si se tiene a la mano.
En el restaurante –reconoce Roa–  los lácteos se sirven aparte, por si hay quienes prefieren agregarlo al gusto o no hacerlo. Y el  huevo, que tradicionalmente se rompe y se agrega a la sopa, se añade pochado. ¿Más? “Como la pisca es de cada quien a mí me gusta  con mantequilla cremada y clarificada, para que el caldo quede más limpio”.
¿Paso a paso? Primero, poner a hervir la cantidad de agua adecuada para el número de porciones a servir; mientras, cortar las papas en cubos iguales – “las mujeres de los páramos y las abuelas lo hacen a mano”–  y añadirlas apenas arranque el hervor. Después, el cebollín –lo verde y lo blanco-, la  cebolla en brunoise, los tallitos del cilantro y la mitad de las hojas, sutilmente cortadas, y la cucharada de mantequilla.  No hay que olvidarse de ajustar la sal.

La papa es la que marca el tiempo de cocción. Apenas ablanda deben agregarse los huevos, uno por persona, y bajar el fuego para que no se arrebaten. ¿El servicio? El queso en cubos en el fondo del plato, la sopa y, como adorno, el resto del cilantro.

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