Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

domingo, 28 de mayo de 2017

El camacuto llegó con la lluvia La cantidad de pescado que llenan las nasas de los pescadores del río Unare, en Clarines, indica que la temporada será buena

Los camacutos son enormes camarones de agua dulce

Son un manjar muy apreciado en el mundo y crecen en Unare y Clarines

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Los camacutos pesan entre 400 y 500 gramos en promedio FOTÓGRAFO

EL UNIVERSAL
sábado 26 de mayo de 2012  12:00 AM
El camacuto se deja ver poco. Sólo a finales de mayo y en los meses de junio y julio, cuando crece el volumen del río, se asoma con menos timidez en las zonas de Unare y Clarines. 

Estos camarones gigantes de agua dulce, tan difíciles de conseguir, son un manjar muy apreciado por su carne blanca, de textura fina y muy refinada, con un ligero toque dulzón. Se le ha llamado la "cigala venezolana" y en mayor proporción, habitan en forma silvestre en los ríos de Anzoátegui, además de unos pocos en Chuspa y Chuao. Su "cosecha" comienza a finales de mayo, incluso ya entrado junio, y dura como máximo hasta agosto. 

La pesca suele comenzar en abril pero este año se atrasó un poco. Sin embargo, ya comienzan a llegar a las mesas de los pocos restaurantes caraqueños que los ofrecen y a las neveras de los aún menos locales que los venden para cocinar en casa. Entre ellos se encuentra el restaurante D.O.C, en Los Palos Grandes (teléfono 285.1003 y 285.6106) y Frescados (www.frescados.com y @frescados), que cuentan con sus proveedores directos, pescadores anzoatiguenses. 

A D.O.C. los lleva, tres veces por semana, un grupo de pescadores de Clarines liderados por Arturo Armas, quien ha pescado estos inmensos camarones desde hace 26 años. El equipo de cocina, que lidera Jean Paul Coupal, los prepara de diferentes maneras pero siempre con ingredientes que respeten su particular sabor. Lo prefieren al grill y acompañados sólo con una porción de mantequilla de limón, aunque ofrecen otras versiones frescas, marinadas al limón y en ensalada. 

La fama del camacuto ha llegado a Norteamérica y Europa. Coupal ha citado, en otras ocasiones, ejemplos de lo bien preciado que es esta cigala en mesas foráneas. En Estados Unidos lo conocen como crawfish y es un bocado muy apreciado especialmente en New Orleans. Para los franceses es algo exótico, lo denominan ecrevisse y es tan costoso que sólo se usa en platos especiales de grandes chefs. 

Cada camacuto silvestre suele pesar entre 400 gramos y medio kilo. Desde que utilizan nasas, la pesca es más rendidora, lo que ha permitido llevarlo a muchos más lugares. Las nasas, o redes, se colocan en las noches que se recogen en las mañanas. En Frescados manejan que, como récord, un solo pescador ha logrado capturar quinientos camacutos en una sola noche, que pesaron entre todos cuatrocientos kilos del preciado manjar. 

PARA COCINARLOS

EL UNIVERSAL

sábado 26 de mayo de 2012  12:00 AM
Varias formas. Frescados Food Delivery (www.frescados.com), sugiere tres diferentes formas de cocinar, en la casa, los camacutos. Se puede aprovechar toda la carne de la llamada "cigala venezolana", incluso la que está en las tenazas. 

Salteados. Se cocinan a la plancha con mantequilla por entre cinco y siete minutos. Se sazonan con un poquito de sal marina y pimienta negra recién molida. 

A la parrilla. Se untan los camacutos con una mezcla de perejil, ajo y aceite de oliva extravirgen con una brocha. Se cocinan en la parrilla por poco tiempo, en lo que se llama comúnmente, vuelta y vuelta. 

Hervidos. Se cocinan en agua hirviendo con sal marina, durante no más de cinco minutos o hasta que se vean rojos o anaranjados. No deben excederse en cocción pues quedan chiclosos.


Por ILEANA MATOS
28 DE MAYO DE 2017 01:10 AM
La cantidad de camacutos que llenan las nasas de los pescadores del río Unare, en Clarines, indica que la temporada será buena. De eso está seguro Arturo Armas, que vende el crustáceo en restaurantes de Caracas y Margarita, y que recuerda que su abundancia depende del caudal del río, que para su captura se utilizan verduras, coco y pata de res, cada vez más costosas, como el material utilizado para la elaboración de las jaulas, que se colocan a lo largo de 150 kilómetros, entre las poblaciones de El Cerco y El Onoto, en Anzoátegui.
Con los primeros 50 kilos del crustáceo entregados por Armas a la cocina de D.O.C. Restaurant comenzó el festival que anualmente se ofrece en el local capitalino, que este año ofrece tres nuevos platos: la pirámide, en el que se combina el camacuto con vainitas chatas, zanahorias bebé y rabanitos, y se sirve sobre puré de mapuey, la ensalada, con jícama, pimentón rostizado y aderezo de limón, miel y merey, y la degustación, con salsas de la casa."Todos los ingredientes son locales", explica Jean Paul Coupal, propietario del restaurante, que privilegia el producto artesanal, y destaca las características del  crustáceo –"bastante más gustoso, porque es silvestre y se alimenta de cuanto fruto cae al agua, y más grande que el que se consigue en los centros de cría de países como Francia y Estados Unidos– y valora el interés de las nuevas generaciones de pescadores por la sustentabilidad del producto. "Una prueba de ello es la talla y el peso de los que llegan a nuestra cocina".
¿Otros platos? Tiradito de camacuto con carambola, jalapeño y leche de tigre del día; ceviche con chips de tano o de plátano; lingüini, con bok choy y jenjibre; risotto, con ají margariteño, crema larense y queso tipo parmesano, concha negra y falconiano; y al grill o al gratén, con mantequilla y echalots. ¿Más? Las empanadas de camacuto que ofrece Café Arábica, local hermano del restaurante.
El dato
Avenida Andrés Bello, entre Francisco de Miranda y primera transversal de Los Palos Grandes. Reservaciones: info@doc-restaurant;  285 10 03/285 61 06.

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