Por ROSANNA DI TURI RDITURI@EL-NACIONAL.COM
@ROSANNADITURI | FOTOGRAFÍAS MAURICIOVILLAHERMOSA @MAURICIOVILLAHERMOSA
14 DE MAYO DE 2017 12:45 AM | ACTUALIZADO EL 16 DE MAYO DE
2017 14:55 PM
Las buenas tortas de la Gata
Sobre la cocina de Carmen Elena šla Gataš Luciani está una
olla llena de la crema de chocolate que servirá para rellenar y cubrir su
célebre torta que, desde los años setenta, aquí se multiplica para felicidad de
sus fieles. En ese sencillo recipiente aguarda parte del secreto de una
receta que solo se conoce en esta familia y que se ha convertido en dulce
referencia en Caracas. "Mi abuela la hacía, pero mi mamá la adaptó y la
comenzó a ofrecer a la venta", cuenta Mary, una de las cinco hijas de
Luciani.
A sus 85 años, la Gata mantiene su belleza y perenne
sonrisa, lleva al cuello tres rosarios con los colores de la bandera venezolana
y el rostro luminoso de la mujer que con literal dulzura y entereza levantó a
su prole gracias a sus destrezas con los postres. Cuando sus hijas tenían entre
7 y 11 años le tocó mantener económicamente a la familia. šEra relacionista
público de la Casa París, vendía seguros y en la noche hacía los postres y
también platos salados como sanduchones a veces hasta las cuatro de la
madrugada. Pero ni en los momentos más difíciles la vi derrumbarse o perder la
sonrisaš, cuenta Mary, y la Gata confirma.
Sus cinco hijas se graduaron en profesiones distintas, pero
se han impuesto las cátedras de postres aprendidas en lo que ahora es una
empresa familiar. En Caracas, Mary se encarga de las tortas y su hermana
Cristi, de los postres en miniatura como las papitas de leche, los suspiritos o
las guayabitas. Las otras tres hermanas reproducen esas recetas para la venta
en Miami, Madrid y Calgary en Canadá. La Gata, bella y diligente, se encarga de
decorar las tortas y supervisa, aunque en estos tiempos la memoria le puede
resultar esquiva.
En el dulce anecdotario de esta casa sobran los fieles de
estos postres emblemáticos. Juan Pablo II fue uno de ellos. En su primera
visita probó la torta de guanábana, la pidió en el segundo paso por el país y
ahora esa torta blanca merece el bautismo de quien fuera papa. Muchos
venezolanos afuera calman la nostalgia de la torta de chocolate pidiendo que se
las lleven en Tupperware. Y en esta casa de mujeres incansables
planean seguir creciendo en estas dulces tareas. Idean ofrecer a la venta la
crema que recubre la torta de chocolate y planean un libro con las recetas de
la casa aunque se reservarán de su postre más reconocido, un patrimonio
familiar que tiene en ellas quien lo multiplique fielmente y con destreza.
*Las tortas y postres de la Gata se consiguen previo encargo
por el teléfono (0212) 9922029. En Instagram están como @lagataluciani. En
Weston y Calgary como @lasdulceriasdelagata. Ahora también se consigue la torta
de chocolate en versión pequeña en las tiendas Fresh Fish.
Las recetas de Lucía Llamozas
Lucía Llamozas, risueña y vital a sus 86 años, muestra orgullosa el libro de recetas que escribiera de su puño y letra en 1945. Allí, en una caligrafía esmerada, va contando los secretos que aprendiera de su madre y abuela, también insignes cocineras. Las mismas destrezas que en esta casa han pasado a manos de su hija, María Eugenia Llamozas, heredera de la pasión que es un don de familia. “Yo comencé a cocinar desde los siete años”, cuenta Lucía sentada en una mecedora centenaria en su casa de El Hatillo. Su mamá, Trina Margarita Herrera de Llamozas, ofrecía esos platos para banquetes. Y en un momento en el que la progenitora se fue a Europa, Lucía quedó a cargo de esas faenas. “Me acuerdo de mi abuela a los 82 años haciendo las tartaletas”, dice con una lozanía admirable que atribuye a su espíritu y a su fidelidad por las cremas Estee Lauder.
Se casó a los 20 años, y tras separarse, retomó la cocina
como oficio para levantar a su familia. “Cuando se divorció se destapó esa
olla.
Daba clases de cocina en Sears, hacía las recetas que
aparecían en las cajas de la gelatina Royal y preparaba platos que la gente
venía a buscar hasta aquí por encargo”, cuenta María Eugenia, quien ahora se
encarga de esos platos. En el repertorio estaban y están recetas de gusto
venezolano como el pastel de polvorosa, las hallacas que siguen multiplicando
en diciembre y los postres que cuentan muchas historias: merengones de fresa,
mostachón de avellanas, la torta María Luisa, las islas flotantes, el negro en
camisa y el bienmesabe.
De los hijos de Lucía, María Eugenia fue quien, desde los 7
años, comenzó en la cocina junto a ella para nunca separarse de esos esmeros.
“Ella es quien se quedó como mi sucesora”, comparte la progenitora. María
Eugenia, quien durante 10 años estuvo en el programa Portadas compartiendo
recetas, es la que lleva las riendas de los platos por encargo que piden en la
casa. “A mi mamá la nombramos supervisora, aunque en diciembre ayudó a
hacer las hallacas”. En la casa de El Hatillo levantó a sus hijos con recetas
de gusto venezolano, Lucía Llamozas comparte la convicción tras esta vocación
que se cocina allí de generación en generación. “La cocina es amor. Si lo haces
con pasión, eso se refleja. Tiene que gustarte. Y sentirse”.
*En Instagram están como @casallamozas. Sus postres ―y
platos salados― los prepara María Eugenia Llamozas por encargo. Teléfono:
(0212) 9636336.
La artífice de la tarta de Santiago
Carmen Caamaño descubrió un buen camino dulce tras jubilarse de sus labores en la banca venezolana donde trabajó como gerente durante 23 años. La alternativa llegó gracias a un plato que conoce de memoria. Solía hacer en su casa la tradicional Tarta de Santiago, un postre de su Galicia natal con larga prosapia: el primer registro que la menciona data de 1577 y las primeras recetas fiables vienen de 1838.
En su familia la preparaban su abuela y su madre, así que
los secretos llegaron a ella por el camino cierto de su parentela. “Se elabora
sin harina, solo con almendras, que se tuestan y muelen, huevos y azúcar.
También lleva limón y brandy. El reto está en cómo se muelen las
almendras”, cuenta Caamaño, vital y elegante, en una casa repleta de recuerdos donde reina esta torta que tiene la espada de Santiago en su
centro.
almendras”, cuenta Caamaño, vital y elegante, en una casa repleta de recuerdos donde reina esta torta que tiene la espada de Santiago en su
centro.
Hace 15 años llevó la tarta a un agasajo en Casa Cortés y
allí la invitaron a que la elaborara para ofrecerla en ese restaurante. Quince
años después mantiene esta rutina y la hace además para el Mesón de Andrés en
Chacao y La Huerta en Sabana Grande. También para quienes se la encargan
personalmente porque saben de su receta. Y aunque se diera a conocer por este
postre, también prepara por encargo empanada gallega.
Caamaño llegó de Galicia hace 60 años, mantiene tenaz su
acento aunque echara raíces en esta tierra que hizo suya y donde tuvo su
descendencia. Al verla se podría concluir que el secreto de la vitalidad
es el esmero en una pasión propia. Activa también por Instagram, se precia
del feedback que consigue allí donde le han llegado el
comentario de quienes, luego de visitar Galicia, cuentan que no probaron una
tarta como la de ella.
“Hay veces que pides algo porque viste la foto linda. Pero
aquí la gente repite”, se precia.
Carmen Caamaño está en Instagram como @galleguidades.ccs.
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