Ingeniero agrónomo, máster en Viticultura y Enología,
profesor universitario y catador Internacional es el enólogo que durante dos
décadas y desde sus inicios estuvo a cargo de los vinos de Bodegas Pomar. Sigue
allí como asesor y figura clave en los recorridos de @clubpomar
19 de marzo de 2017 12:15 AM
En lengua castellana los términos cata y degustación del
vino suelen confundirse a pesar de que se trata de dos cosas distintas y de
objetivos diferentes que no significan, conceptualmente, lo mismo. La cata
es un estricto análisis sensorial, y la degustación el acto de probar los
vinos para complacer nuestros sentidos.
Vale la pena citar la definición de los padres de la
enología moderna, Jean Ribéreau-Gayon y Emile Peynaud: “Catar es gustar con
atención el vino para apreciar su calidad, someterlo a nuestros sentidos,
principalmente al gusto y al olfato, conocerlo buscando y expresando sus
cualidades y defectos, estudiarlo, analizarlo, describirlo, juzgarlo y
clasificarlo”.
Es una definición estricta que abarca el análisis sensorial
del vino realizado por un experto para tomar decisiones en cuanto a su
elaboración, crianza y cuidado en bodega, o para juzgarlo en concursos. El
catador es un profesional que ha desarrollado sus sentidos para detectar las
cualidades y defectos del vino y registra sus apreciaciones de forma individual
y en estricto silencio, requiriendo de la mayor concentración posible. Se
pueden catar varios vinos en cada sesión y no se le ingiere para evitar perder
sensibilidad y objetividad en decisiones o juzgamientos. La cata se realiza a ciegas,
es decir, sin tener información sobre los vinos que analizamos, para evitar el
efecto de sugestión.
La degustación, por su parte, es un evento que se realiza
por placer y que no exige ser un experto para efectuarla. Se aprecian los vinos
acompañados de ciertos canapés o abrebocas para buscar el mejor equilibrio
entre aromas y sabores. En ella, las botellas están a la vista y pueden
compartirse opiniones sobre cepas, zonas y añadas. Se le da protagonismo al
vino enfocando los sentidos especialmente al que degustamos.
Para quienes se inician en el consumo del vino es preferible
que disfruten primero de las degustaciones, por países, cepas, zonas y bodegas,
para luego ingresar como aficionados al tema de la cata. Es deseable realizar
previamente cursos específicos pues conocer de vino no es fácil aunque sí un
verdadero placer.
Amerita buena observación, catar muchos vinos para
conocerlos desde la copa, observándolos, disfrutándolos y dejando que ellos
mismos se expresen en toda su plenitud, educando nuestros sentidos. Empecemos
pronto porque la vida es muy corta y son muchísimos vinos.
Qué es una cepa de vid para el vino por Guillermo Vargas
Por Guillermo Vargas -
May 25, 2016
Por Guillermo Vargas
En viticultura, llamamos “cepa” al tronco o parte
estructural y leñosa de una planta de vid, de donde brotan los sarmientos, con
sus hojas y frutos; no obstante el término –cepa- en español y –cépage–
en francés, lo usamos para señalar las vides cultivadas, que presentan
características morfológicas y fisiológicas similares y generan un mismo tipo,
llamado técnicamente “variedad”, que le da al vino el carácter, constituido por
su aroma, sabor y estructura.
Estas cepas son el resultado de una gran evolución de la
especie Vitis vinífera L., iniciada unos 6.000 años antes de
Cristo en el Cáucaso, región cercana al Mar Negro, donde aparecieron las
primeras vides; éstas fueron llevadas a Mesopotamia, Fenicia, Egipto, y luego a
Creta y Grecia, continuando hacia las actuales tierras de Italia, Sicilia,
Norte de África, Portugal, España y Francia, terminando su viaje entre los
siglos I y V de nuestra era, en Gran Bretaña, Dinamarca y Europa Central.
Fue así que la vid estuvo plantada en variados suelos y
climas, sufriendo adaptaciones, mutaciones, cruzamientos naturales y una gran
selección por parte del hombre, quien escogió las mejores, en cuanto a su
adaptación, producción y calidad del vino -bebida fermentada proveniente de las
uvas- lo cual produjo una gran variabilidad dentro de la especie, generándose
muchos tipos que hoy representan las variedades de vid o cepas, nativas de
diversas zonas europeas.
Las cepas de vid para vino cultivadas actualmente en el
mundo, provienen casi exclusivamente, de cepas nativas de Francia, España,
Italia, Portugal, Alemania y países de Europa Oriental, las cuales han
sido introducidas desde allí, a países como Estados Unidos, Canadá, Sur África,
Nueva Zelanda, Australia, México, Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, entre
otros, y a zonas tropicales de países como Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú,
Brasil, India y Tailandia, entre otros; donde conforman los viñedos para vino
de esos países.
Estas cepas, cultivadas a nivel mundial, conservan sus
características morfológicas, fisiológicas y organolépticas, porque se propagan
solo por multiplicación vegetativa, es decir, por estacas, injertos y micro
tejidos, para conservar su pureza genética en el tiempo.
Algunas conocidas son Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot
Noir, Syrah, Petit Verdot, Malbec, Tempranillo –tintas- y Chardonnay,
Sauvignon, Malvoisie, Chenin Blanc y Macabeo –blancas- entre otras.
Fotografía tomada de www.bolsillofinanzas.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario