Misión Gula de Miro Popic
El calvario de las espinas... del pescado
TAL CUAL 19-03-16
El calvario de las espinas... del pescado
TAL CUAL 19-03-16
¿Cuánto tiempo hace que no comemos pescado? Si no lo hemos
hecho antes, menos lo haremos en estos días de Semana Santa. Todos los
indicadores alimentarios nos dicen que los venezolanos somos (o éramos) un
pueblo carnívoro. Sin embargo no siempre fue así. Antes del primer desembarco
de reses en Tierra Firme a comienzos de la conquista, éramos un pueblo
eminentemente ictiófago.
PLATO ÚNICO La proteína animal de nuestra cocina prehispánica se saboreaba entre espinas. Con 3.726 kilómetros de costa frente al mar Caribe (2.718 km) y parte del océano Atlántico (1.008 km), 1.700 kilómetros de playas, 311 islas, y varias decenas de miles de kilómetros de riberas fluviales y lacustres, no podía ser de otra manera. Sin embargo hoy, el pescado es el gran ausente de la cocina venezolana, con una escasa presencia en las preparaciones tradicionales, salvo en las correspondientes a la cocina oriental e insular del país. Si ya era difícil comer pescado, ahora lo es más aún con este inflación y el motor pesquero que se fue de vacaciones forzadas toda esta semana.
Prácticamente todos los escribidores de Indias que fabularon sus hazañas en el Nuevo Mundo, dan cuenta de la gran cantidad de peces que abundaban en los mares y ríos recién descubiertos por ellos, de las curiosas maneras que tenían de atraparlos, de las técnicas y herramientas diseñadas para sus capturas, y de la forma de comer y conservar su carne.
Gran parte del pescado consumido provenía de fuentes fluviales y lacustres, cuya captura se acrecentaba en épocas de ayunos, que eran bastantes, y que no se referían a la abstinencia de carne sino a una sola ingesta diaria "cuya cantidad no pase de ocho onzas, y su calidad sea frutas, dulces, etc., no pescado, huevos ni otras cosas, de que se componen las viandas del mediodía", como estableció el Sínodo Diocesano de Caracas de 1687.
En época de cuaresma se incrementaba el consumo de pescado ante la prohibición de comer carne, cosa que no todos respetaban, especialmente los militares al servicio del rey (nada nuevo para nosotros). Fray Juan Antonio Navarrete, en Arca de Letras y Teatro Universal, da cuenta de un decreto de 1776 en el que les concedía a los militares alistados bajo las banderas del rey de España el poder comer carne todos los días de cuaresma, salvo el viernes y sábado de cada semana, y toda la Semana Santa, tal como lo reseña Pedro Cunill Grau en Geohistoria de la sensibilidad en Venezuela. También se prohibía mezclar carne y pescado de una misma comida.
Para poder suministrar el pescado necesario y sustituir la carne en días de abstinencia, se permitía la pesca incluso en los día de guarda, donde, según el Sínodo Diocesano, "los pescadores podrán pescar, habiendo oído misa, en los días de fiesta de cuaresma, y en los demás del año, que cayeren en jueves, o vísperas de vigilia, exceptuando las pascuas, días de Corpus Christi, y Asunción de Nuestra Señora". Ya desde 1579 hay documentos que indican como los indígenas de El Tocuyo "cada año, por cuaresma, traen pescados para sus encomenderos".
Desde la jurisdicción de Guanaguanare, en 1720, "sus ríos dan de 1.500 a 2.000 arrobas de pescado que llevan a vender en tiempo de cuaresma a los valles de Barquisimeto y al Tocuyo". De los ríos cercanos a Valencia, según cuenta Antonio Manzano, en Ciudad de Valencia, de 1778, se sacaba abundante pesca para satisfacer la demanda: "Todos tienen peje, pero el de Valencia es con grande abundancia, pues cuando lo quieren coger, que lo hacen con facilidad, se abastece la Ciudad de él, de formas que la cuaresma, o días de Viernes, es admiración lo que produce pues dan por medio Real seis ó siete de más de cuarta de largos, ignórase el motivo dwe su mucha producción...".
POSTRE Estos días de Semana Santa serán para muchos un verdadero calvario y las únicas espinas que veremos serán las de la corona de los crucificados.
PLATO ÚNICO La proteína animal de nuestra cocina prehispánica se saboreaba entre espinas. Con 3.726 kilómetros de costa frente al mar Caribe (2.718 km) y parte del océano Atlántico (1.008 km), 1.700 kilómetros de playas, 311 islas, y varias decenas de miles de kilómetros de riberas fluviales y lacustres, no podía ser de otra manera. Sin embargo hoy, el pescado es el gran ausente de la cocina venezolana, con una escasa presencia en las preparaciones tradicionales, salvo en las correspondientes a la cocina oriental e insular del país. Si ya era difícil comer pescado, ahora lo es más aún con este inflación y el motor pesquero que se fue de vacaciones forzadas toda esta semana.
Prácticamente todos los escribidores de Indias que fabularon sus hazañas en el Nuevo Mundo, dan cuenta de la gran cantidad de peces que abundaban en los mares y ríos recién descubiertos por ellos, de las curiosas maneras que tenían de atraparlos, de las técnicas y herramientas diseñadas para sus capturas, y de la forma de comer y conservar su carne.
Gran parte del pescado consumido provenía de fuentes fluviales y lacustres, cuya captura se acrecentaba en épocas de ayunos, que eran bastantes, y que no se referían a la abstinencia de carne sino a una sola ingesta diaria "cuya cantidad no pase de ocho onzas, y su calidad sea frutas, dulces, etc., no pescado, huevos ni otras cosas, de que se componen las viandas del mediodía", como estableció el Sínodo Diocesano de Caracas de 1687.
En época de cuaresma se incrementaba el consumo de pescado ante la prohibición de comer carne, cosa que no todos respetaban, especialmente los militares al servicio del rey (nada nuevo para nosotros). Fray Juan Antonio Navarrete, en Arca de Letras y Teatro Universal, da cuenta de un decreto de 1776 en el que les concedía a los militares alistados bajo las banderas del rey de España el poder comer carne todos los días de cuaresma, salvo el viernes y sábado de cada semana, y toda la Semana Santa, tal como lo reseña Pedro Cunill Grau en Geohistoria de la sensibilidad en Venezuela. También se prohibía mezclar carne y pescado de una misma comida.
Para poder suministrar el pescado necesario y sustituir la carne en días de abstinencia, se permitía la pesca incluso en los día de guarda, donde, según el Sínodo Diocesano, "los pescadores podrán pescar, habiendo oído misa, en los días de fiesta de cuaresma, y en los demás del año, que cayeren en jueves, o vísperas de vigilia, exceptuando las pascuas, días de Corpus Christi, y Asunción de Nuestra Señora". Ya desde 1579 hay documentos que indican como los indígenas de El Tocuyo "cada año, por cuaresma, traen pescados para sus encomenderos".
Desde la jurisdicción de Guanaguanare, en 1720, "sus ríos dan de 1.500 a 2.000 arrobas de pescado que llevan a vender en tiempo de cuaresma a los valles de Barquisimeto y al Tocuyo". De los ríos cercanos a Valencia, según cuenta Antonio Manzano, en Ciudad de Valencia, de 1778, se sacaba abundante pesca para satisfacer la demanda: "Todos tienen peje, pero el de Valencia es con grande abundancia, pues cuando lo quieren coger, que lo hacen con facilidad, se abastece la Ciudad de él, de formas que la cuaresma, o días de Viernes, es admiración lo que produce pues dan por medio Real seis ó siete de más de cuarta de largos, ignórase el motivo dwe su mucha producción...".
POSTRE Estos días de Semana Santa serán para muchos un verdadero calvario y las únicas espinas que veremos serán las de la corona de los crucificados.
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