Calcular la inflación en Venezuela puede ser algo
difícil, en parte porque el régimen bolivariano esconde las cifras y en parte
debido a la aguda escasez que afecta al país y a las distorsiones creadas por
la disparidad entre el tipo de cambio oficial y el dólar en el mercado negro.
Un índice alterno
La agencia de noticias Bloomberg ha creado una herramienta
que permite tener una idea: el Índice del Café Con Leche Venezolano, cálculo
que se une al más universal Índice del Big Mac, elaborado por la revista The Economist,
dentro del rango de indicadores informales.
Según el índice de Bloomberg, Venezuela deambula
decididamente en el terreno de la hiperinflación, ya que el incremento del
precio de una taza de café con leche servida en las panaderías del este de
Caracas, durante las últimas 29 semanas hasta el 8 de marzo, equivalía a una
tasa de inflación anualizada de 1,155 por ciento.
La agencia de noticias es la primera en admitir que el
Índice del Café Con Leche no es tan sofisticado como un Índice de Precios al
Consumidor (IPC), normalmente elaborado con base en una larga lista de
productos.
Pero el indicador informal también tiene sus méritos, señala
Bloomberg en su portal.
“Es tangible, actualizado con regularidad, y dado a que hace
seguimiento de un producto consumido por los venezolanos todos los días, otorga
una visión singular y detallada de la inflación en el país”, agrega la agencia.
La economía venezolana es actualmente vista por muchos como
la más desequilibrada del planeta, plagada por las distorsiones creadas durante
más de 15 años de políticas socialistas.
Muchos economistas actualmente se quejan los empresarios que
aún producen en el país son obligados a vender por debajo de los costos de
producción y que la disparidad entre los precios regulados y los del mercado
negro a veces supera más del 1,000 por ciento.
Gran parte del problema en la tasa oficial que generaba el
Banco Central residía en que muchos de los productos monitoreados para la
elaboración del IPC escaseaban y los técnicos solían tomar el último dato
registrado en sus cálculos.
Por otro lado, los técnicos no tomaban en cuenta las
variaciones de precios en el mercado negro, que en medio de la grave crisis de
escasez que sufre el país terminaba convirtiéndose en uno de los principales
proveedores de productos de los venezolanos.
El índice Big Mac
De todos modos, el Banco Central dejó de divulgar meses
atrás sus datos de inflación, en momentos en que la economía ingresaba en una
espiral inflacionaria, lo que llevó a otros a comenzar a crear sus propias
mediciones.
Entre éstos se encuentra la propia Asamblea Nacional,
controlada por la oposición venezolana, que comenzó a llevar su propia medición
y anunció en marzo una tasa de inflación anualizada de 741 por ciento.
Aunque esa cifra es inferior que el indicador de Bloomberg,
el presidente de la Comisión de Finanzas del Parlamento, José Guerra, consideró
que la tasa es muy alarmante.
Estos datos sugieren que está ocurriendo una “destrucción de
la capacidad adquisitiva de los sueldos, salarios, pensiones y jubilaciones de
los venezolanos”, dijo Guerra en un comunicado.
El concepto de utilizar el comportamiento en los precios de
un producto para obtener una rápida e informal visión del estado general de una
economía se popularizó con el desarrollo del índice del Big Mac.
Ese indicador, compara los precios de la conocida
hamburguesa de McDonald’s en sus monedas locales para medir la disparidad en el
poder adquisitivo entre un país y otro.
El índice está basado en la teoría de la Paridad del Poder
Adquisitivo (PPA), que sostiene el concepto de que “el dólar debe comprar la
misma cantidad de bienes o servicios en todos los países”.
En el caso de Venezuela, la hamburguesa es vendida a un
precio equivalente a $5.25, por encima del promedio de $5.06 que cuesta en
Estados Unidos.
Sin embargo, ese cálculo se basa en la tasa de cambio
Simadi, de 701.58 bolívares por dólar, instrumento cambiario que se usa poco
porque la mayoría de los oferentes prefieren vender sus divisas en el mucho más
lucrativo mercado negro.
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