MUNDO GOURMET
Los vinos de Santa Carolina son correctos, honestos, de excelente calidad
VANESSA BARRADAS | EL UNIVERSAL
sábado 4 de octubre de 2014 12:00 AM
Sorpresas de Santa Carolina
La Bodega Santa Carolina es una de las más importantes de Chile. A nuestro país llega una amplia gama de sus productos que muchos hemos disfrutado. Comenzando por la más sencilla, coupage, donde el blanco y rosado deleitan paladares principiantes; siguiendo con la línea varietal, perfecta para una tertulia entre amigos y familiares en todas sus presentaciones; pasando por los reserva, ideales para aprender de vinos seriamente en donde las catas comparativas entre sus diferentes uvas son tan educativas como agradables de degustar y terminando por sus espumosos, ricos vinos elaborados con el método charmat que pueden servirse en cualquier tipo de celebración. Los vinos de Santa Carolina son correctos, honestos, de excelente calidad/precio y que nunca decepcionarán.
Pero siempre hay sorpresas y a pesar de que los nombrados anteriormente son los más conocidos y vendidos, hay líneas superiores que se dejan pasar por alto aunque igualmente son generadoras de placer y buen beber, Santa Carolina Reserva de Familia es uno de ellos. Como siempre la mejor manera de conocer sobre un vino, su duración y evolución es realizando la cata vertical y recientemente tuve la oportunidad de asistir a una donde este vino fue protagonista, catamos su cabernet sauvignon a través de tres años distintos, a continuación el resultado:
Reserva de Familia 2005: de color granate claro y aromas minerales a copa quieta, esta muestra evolucionó en frutas negras muy maduras. En boca todavía se percibían taninos intensos en el primer ataque que luego cedían. Con poca persistencia se notaba ya como un vino que dio lo que tenía que dar.
Reserva de Familia 2006: Con tan sólo un año entre éste y el anterior, la diferencia fue muy notable, los pimientos asados y la madera sutil invadían el paladar. Astringencia intensa pero muy educada y gran persistencia daban a entender que estaba en su momento ideal de consumo. Valió la pena esperar por él.
Reserva de Familia 2010: es el vino de esta línea que se encuentra en el mercado. Todos concluimos que era un cabernet sauvignon de libro, típico de ese país. Con un color granate muy oscuro. En nariz recordaba notas especiadas, piel de berenjena, café en grano y chocolate. En boca dio taninos regios, mucha persistencia y gran cuerpo. Para mí es un vino que se puede disfrutar ahora, especial para los amantes de esta variedad pero que a la vez tiene potencial de media guarda y por lo que percibí con los anteriores, el 2010 puede guardarse tranquilamente por 3 años más.
La experiencia en una cata vertical siempre es enriquecedora, mi recomendación es que busquen este vino ahora. ¡Salud!
La Bodega Santa Carolina es una de las más importantes de Chile. A nuestro país llega una amplia gama de sus productos que muchos hemos disfrutado. Comenzando por la más sencilla, coupage, donde el blanco y rosado deleitan paladares principiantes; siguiendo con la línea varietal, perfecta para una tertulia entre amigos y familiares en todas sus presentaciones; pasando por los reserva, ideales para aprender de vinos seriamente en donde las catas comparativas entre sus diferentes uvas son tan educativas como agradables de degustar y terminando por sus espumosos, ricos vinos elaborados con el método charmat que pueden servirse en cualquier tipo de celebración. Los vinos de Santa Carolina son correctos, honestos, de excelente calidad/precio y que nunca decepcionarán.
Pero siempre hay sorpresas y a pesar de que los nombrados anteriormente son los más conocidos y vendidos, hay líneas superiores que se dejan pasar por alto aunque igualmente son generadoras de placer y buen beber, Santa Carolina Reserva de Familia es uno de ellos. Como siempre la mejor manera de conocer sobre un vino, su duración y evolución es realizando la cata vertical y recientemente tuve la oportunidad de asistir a una donde este vino fue protagonista, catamos su cabernet sauvignon a través de tres años distintos, a continuación el resultado:
Reserva de Familia 2005: de color granate claro y aromas minerales a copa quieta, esta muestra evolucionó en frutas negras muy maduras. En boca todavía se percibían taninos intensos en el primer ataque que luego cedían. Con poca persistencia se notaba ya como un vino que dio lo que tenía que dar.
Reserva de Familia 2006: Con tan sólo un año entre éste y el anterior, la diferencia fue muy notable, los pimientos asados y la madera sutil invadían el paladar. Astringencia intensa pero muy educada y gran persistencia daban a entender que estaba en su momento ideal de consumo. Valió la pena esperar por él.
Reserva de Familia 2010: es el vino de esta línea que se encuentra en el mercado. Todos concluimos que era un cabernet sauvignon de libro, típico de ese país. Con un color granate muy oscuro. En nariz recordaba notas especiadas, piel de berenjena, café en grano y chocolate. En boca dio taninos regios, mucha persistencia y gran cuerpo. Para mí es un vino que se puede disfrutar ahora, especial para los amantes de esta variedad pero que a la vez tiene potencial de media guarda y por lo que percibí con los anteriores, el 2010 puede guardarse tranquilamente por 3 años más.
La experiencia en una cata vertical siempre es enriquecedora, mi recomendación es que busquen este vino ahora. ¡Salud!
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