Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

sábado, 25 de mayo de 2013

La cebolla es un componente primordial de la cocina y se puede consumir encurtida, frita, rebozada, hervida, y al horno, pero lo más sano es comerla cruda. Posee una potente acción contra el reumatismo porque disuelve el ácido úrico; lucha contra las infecciones gracias a sus sales que alcalinizan la sangre, y reduce los niveles de colesterol y triglicéridos.

La cebolla reina en la cocina venezolana

Está considerada como la "insulina vegetal" pues ayuda a combatir la diabetes

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El líquido de una cebolla machacada es un buen desinfectante contra picaduras de insectos CORTESÍA
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EDÉN VALERA |  ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
sábado 25 de mayo de 2013  12:00 AM
Situada entre las primeras plantas cultivas y originaria de Asia Central, la cebolla (Allium cepa de la familia de las liliáceas) la utilizaban en la Edad Media tanto en la cocina como en remedios caseros y farmacéuticos. Llegó a Europa a través de los griegos y de los romanos. La famosa salsa provenzal deriva de un preparado alimenticio muy usado entre los gladiadores y legionarios: una mezcla de ajo, cebolla y aceite de oliva con posibles añadidos de laurel, perejil, albahaca y romero.

La cebolla es la parte subterránea en forma de bulbo amarillo o rojo violáceo de una pequeña planta, que tiene ramas verdes y redondas. Este bulbo está compuesto por células de un tamaño relativamente grande y poseen formas alargadas que se encuentran unidas entre sí por el péctico, sustancia cuya función es darle protección y una estructura firme.

Otra característica del bulbo es que su estructura consta de hojas que surgen de un tallo abreviado apenas perceptible, y cuyos nudos y entrenudos están muy juntos. 

Al cortar la cebolla se rompen sus células y se produce una sustancia irritante que tiene como objetivo la defensa frente a los depredadores y que hace llorar a las personas, lo cual se evita si antes de picarla se pone la cebolla durante 10 minutos en la nevera o si se hace bajo el chorro de agua.

Se reproduce en climas templados y secos y requiere de terrenos no calcáreos, sueltos, sanos, profundos y ricos en materia orgánica. Es un alimento barato de producir y durante algunas crisis económicas la gente se mantuvo con "pan y cebolla".

Son muchísimas las variedades de cebolla: blanca, morada, amarilla, gigante, dulce, Spring, Babosa, Liria, Pacific Sweet, chalota francesa larga o escalonia, cebollitas francesas o chalotas redondas, y roja italiana, entre otras.

La cebolla es rica en minerales como calcio, magnesio, cloro, cobalto, cobre, hierro, fósforo, yodo, níquel, potasio, silicio, cinc, azufre, bromo, y vitaminas A, B, C y E. 

Además contiene un aceite que posee una sustancia volátil llamada alilo, con propiedades bactericidas y fungicidas. También tiene glucoquinina, un hipoglucemiante considerado la "insulina vegetal" que ayuda a combatir la diabetes.

Al comprarlas se deben elegir las que estén tersas y con su piel marrón seca, que la protege de luz y humedad. No deben guardarse en la nevera, sino en un lugar seco, sin luz y ventilado.

Los principales productores de cebolla, la segunda hortaliza que más se produce a nivel mundial, son China, India, Estados Unidos, Turquía, Pakistán, Japón, España, Colombia, Argentina y Perú.

Más usos

La cebolla es un componente primordial de la cocina y se puede consumir encurtida, frita, rebozada, hervida, y al horno, pero lo más sano es comerla cruda. Posee una potente acción contra el reumatismo porque disuelve el ácido úrico; lucha contra las infecciones gracias a sus sales que alcalinizan la sangre, y reduce los niveles de colesterol y triglicéridos. 

Sobre todo la roja, ayuda a prevenir la osteoporosis, por su alto contenido del flavonoide quercetina, un antioxidante que protege al sistema cardiovascular. Mejora la elasticidad de las arterias y favorece la fijación del calcio en los huesos.

Es recomendada como tónico, diurético, depurativo, digestivo y reconstituyente. No es recomendada para personas con problemas intestinales, ya que produce gases y flatulencias. El jugo caliente de una cebolla junto con el jugo de un limón y dos cucharadas de miel sirve para combatir afecciones respiratorias. El jugo de cebolla cruda ayuda a limpiar y rejuvenecer el cutis; y friccionado en la cabeza combate la caspa y la caída del cabello. Tres cucharadas del jugo de cebolla con miel a partes iguales aclara la voz.

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