No sé si lo tengas pero si el libro rojo de Armando Scannone no forma parte de tu cocina, te invito a que se lo pidas prestado a alguien y prepares cualquier receta al pie de la letra que luego te veré comprándolo. Este escrito de tapa roja ha cautivado a nacionales y foráneos salvando a más de una persona a la hora de un almuerzo, cena o de algún compromiso ineludible, dejándola como una reina con su capacidad frente a los fogones. Lo llaman así: “el libro rojo de Scannone” pero su título formal es “Mi Cocina”.
Lo considero indispensable y si, al igual que yo, no eres muy conocedor de las artes culinarias este libro te sacará de cualquier apuro. El asado es superior, el pastel de polvorosa… Es decir que si deliras por la exquisita comida venezolana saladita con su dulce a un lado, esas maravillas que se preparan en este país las consigues en este texto. Si entre las páginas atrapas tu receta, te auguro una relación de amor eterno con ese libro y hasta si quieres, te puedes lanzar un blog estilo Julie&Julia.
Él lo ha dicho hasta el cansancio: “no, yo no cocino” y es la señora Magadalena la encargada de preparar cada uno de los platos que el cerebro y la memoria gustativa le dictan al ingeniero Scannone. Respeto, amistad y cariño en esa relación que se cocina con la candela bajita para que no se pegue, ni queme con el pasar del tiempo. Así es este libro rojo que con sólo verlo me lleva de vuelta a mi infancia.
Estoy segura de que a través de sus recetas muchas familias se han sentado en la misma mesa, cosa difícil hoy en día, celebrando en cada bocado a quien preparó todo y a Armando Scannone, formador de grandes cocineros, formador de familias y de este país.