Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

sábado, 22 de octubre de 2016

Sin quejas cuando versionan la arepa "La arepa está bajo el foco de nuevos gustos, se ha vuelto trendy por muchos motivos; pero ese pan de maíz que tanto significa para cualquier venezolano ya no es exclusivamente nuestro..."

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  • Un sueco come una reina pepiada... en Estocolmo. Lo mismo hace un argentino en Buenos Aires, y un tailandés en Bangkok. Y a todos les gusta.
    La arepa, más venezolana que nada, conquista el mundo. Está presente en 34 países a través de 236 puestos areperos, que pueden ser restaurantes, delivery, puestos en la calle o food truck, camiones de comida
    .VANESSA ROLFINI A.
  • El Universal Caracas 21 de octubre de 2016
  • Uno de los atributos más increíbles de la cocina venezolana es su mestizaje, en los recetarios criollos abundan nombres en francés e inglés. Pero también son ricos en técnicas, uso de ingredientes foráneos, aderezado con nuestro desparpajo para versionar culinarias extranjeras como nos ha venido en gana. Entonces, ¿tenemos derecho a molestarnos cuando nos pagan con la misma moneda
El hábito tiene antecedentes centenarios, desde el celce coriano que es nuestra versión del aspic que hacen los alemanes con cabeza y rodilla de cerdo, pasando por el corbullón que preparan en Sucre que es nuestraadaptación del court-bouillon francés, un caldo corto donde se cuecen carnes, pescados o legumbres, al que añadimos ají dulce y bolitas de masa de maíz.
A la lasaña, además de llamarla pasticho, le añadimos jamón, rociamos la paella con jerez, de hecho son pocos los venezolanos que conciben otro uso para este vino fortificado. Se pueden sumar los rolls de sushi de plátano y el ceviche de mango verde. 
Uno de los casos más significativos lo representan perros calientes y hamburguesas, además de renombrarlos como “balas frías”, le añadimos huevo, distintos quesos, repollo y zanahoria rallada, jamón, salsas y todo lo que pase por la imaginación del cocinero.
Esta lista se puede extender por páginas, sin ir muy lejos, al café le pusimos los nombres que mejor nos pareció, solo en Venezuela te entienden cuando pides un guayoyo, marrón, con leche, tetero o negro corto, porque simplemente nos rehusamos a llamarlos latte, capuccino o espresso. 
Lo cierto es que los recetarios y añoranzas por los sabores que nos conectan con la patria también ocupan espacio en el equipaje, de esa manera se esparcieron las cocinas italiana, española, cantonesa, árabe, india entre muchas otras, como consecuencia de las diásporas que llevaron a pueblos completos con sus ollas por el mundo. 
Entonces, ahora nos ha tocado el turno. La arepa está bajo el foco de los nuevos gustos, se ha vuelto trendy por muchos motivos; pero ese pan de maíz que tanto significa para cualquier venezolano ya no es exclusivamente nuestro, es como un hijo que se va de casa, se hizo independiente y cada vez serán más comunes las versiones, rellenos y combinaciones que surjan según las preferencias de los nuevos paladares y disponibilidad de ingredientes en otras latitudes.
Se torna difícil ir por el mundo explicando que un tequeño no se hace con masa watón como sucede en Perú, que una hallaca no es un tamal, ni la guasacaca es guacamole, la cachapa no es una panqueca, o que un golfeado no es una caracola, y ni pensar que un cachito no es una media luna o croissant relleno.
Viví en Nueva York en los años ochenta, era prácticamente imposible encontrar un lugar de cocina venezolana, resulta que ahora he contabilizado más de 700 restaurantes en 40 países. Lamento informarles que no hay vuelta atrás y nos tocará respirar profundo. Bien dicen que lo que es igual,no es trampa.
 
@rutasgolosas

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