CARPE VINUM
Borgoña es, en sí misma, la región productora de vino más fascinante del mundo
VLADIMIR VILORIA | EL UNIVERSAL
sábado 10 de mayo de 2014 12:00 AM
Borgoña, la infinita
Es posible que Borgoña sea, en sí misma, la región productora de vino más fascinante del mundo. Sus viñas y Denominaciones de Origen son, en el mejor de los casos, la expresión más acabada del terroir. Aquí suelo, clima y hombre, de manera limpia y brutal, hacen posibles aromas y sabores irrepetibles. El aficionado que se precie y desee conocer la auténtica expresión del chardonnay y el pinot noir -a años luz de sus pares del Nuevo Mundo-, debe descorchar algo de estos vinos, y, si está al alcance de su bolsillo, aquellos clasificados como grand y premier cru. En Borgoña es imprescindible conocer bien a los productores, lo cual es una dimensión más a añadir a la complejidad de la añada -que tienen bastante influencia en la calidad y complejidad del vino- y la Denominación de Origen. Esto debido a que las leyes hereditarias galas obligan a dividir las propiedades en partes iguales, lo que ha atomizado enormemente las fincas.
Un mismo viñedo tiene muchos propietarios (salvo los raros casos de monopole). Y cada uno de ellos puede elaborar y vender su propio vino, o vender las uvas -o el vino- a un négociant que lo embotellará y etiquetará con su nombre. Y claro, no todos elaboran de la misma manera, ni cuidan la viña igual, ni tienen la calidad como objetivo fundamental... Así que mientras un Clos Vougeot puede ser excelente, otro -de la misma añada, pero de diferente productor y distinta parte de esta viña de más de 50 hectáreas- puede dejar bastante que desear.
Pero el problema es más complejo aún, ya que miembros de la misma familia, por las razones expuestas de las herencias, tienen en propiedad los mismos viñedos. Y claro, al ser de la misma familia, llevan el mismo apellido. Con lo cual hay decenas de vinos aparentemente iguales, la misma denominación y mismo apellido, pero ¡no exactamente iguales! Eso sucede con nombres como Morey, Colin, Pillot, Jobard o Gros. Y además de estar cada viña repartida entre múltiples propietarios, cada uno tiene normalmente una larga lista de denominaciones de las que produce vinos.
Hay básicamente dos tipos de productores: los viticultores que embotellan el vino de sus propias uvas, y los négociants, que embotellan el vino de las uvas de otros o el vino de otros.
Domaine suele denotar uno de estos primeros productores que elaboran y embotellan, mientras que Maison precede generalmente al nombre de unnégociant.
vladimirviloria@gmail.com
Es posible que Borgoña sea, en sí misma, la región productora de vino más fascinante del mundo. Sus viñas y Denominaciones de Origen son, en el mejor de los casos, la expresión más acabada del terroir. Aquí suelo, clima y hombre, de manera limpia y brutal, hacen posibles aromas y sabores irrepetibles. El aficionado que se precie y desee conocer la auténtica expresión del chardonnay y el pinot noir -a años luz de sus pares del Nuevo Mundo-, debe descorchar algo de estos vinos, y, si está al alcance de su bolsillo, aquellos clasificados como grand y premier cru. En Borgoña es imprescindible conocer bien a los productores, lo cual es una dimensión más a añadir a la complejidad de la añada -que tienen bastante influencia en la calidad y complejidad del vino- y la Denominación de Origen. Esto debido a que las leyes hereditarias galas obligan a dividir las propiedades en partes iguales, lo que ha atomizado enormemente las fincas.
Un mismo viñedo tiene muchos propietarios (salvo los raros casos de monopole). Y cada uno de ellos puede elaborar y vender su propio vino, o vender las uvas -o el vino- a un négociant que lo embotellará y etiquetará con su nombre. Y claro, no todos elaboran de la misma manera, ni cuidan la viña igual, ni tienen la calidad como objetivo fundamental... Así que mientras un Clos Vougeot puede ser excelente, otro -de la misma añada, pero de diferente productor y distinta parte de esta viña de más de 50 hectáreas- puede dejar bastante que desear.
Pero el problema es más complejo aún, ya que miembros de la misma familia, por las razones expuestas de las herencias, tienen en propiedad los mismos viñedos. Y claro, al ser de la misma familia, llevan el mismo apellido. Con lo cual hay decenas de vinos aparentemente iguales, la misma denominación y mismo apellido, pero ¡no exactamente iguales! Eso sucede con nombres como Morey, Colin, Pillot, Jobard o Gros. Y además de estar cada viña repartida entre múltiples propietarios, cada uno tiene normalmente una larga lista de denominaciones de las que produce vinos.
Hay básicamente dos tipos de productores: los viticultores que embotellan el vino de sus propias uvas, y los négociants, que embotellan el vino de las uvas de otros o el vino de otros.
Domaine suele denotar uno de estos primeros productores que elaboran y embotellan, mientras que Maison precede generalmente al nombre de unnégociant.
vladimirviloria@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario