Aseguran que ventas han bajado considerablemente
Ausencia de turistas pone en jaque a empanaderas
- Ausencia de turistas pone en jaque a empanaderas (Archivo / Cortesía)
Puerto Cabello, febrero 26 (María Sánchez Yrigoyen).- Empanaderas del sector El Palito de Puerto Cabello aseguran que no solo deben lidiar con la escasez de los ingredientes necesarios para la preparación de las ricas empanadas, sino que debido a la situación por la que atraviesa el país desde hace dos semanas, ya no hay turistas.
Yoli Carrizález, vendedora en el mencionado parador turístico, expresó que en los últimos días la visita de turistas se ha visto mermada considerablemente, por lo que en ocasiones pierden las empanadas.
A las 9:45 de la mañana confesó que todavía no había vendido la primera empanada, pese a que estaba en el puesto desde las 4:30 de la madrugada.
Afirman que sus ventas se encuentran como en un 20 por ciento y “aquí estamos como el pez, esperando a ver qué agarramos”, dijo Laura Álvarez, otra vendedora.
Vendedoras de la zona aseguran que en años anteriores para estos días las ventas empezaban a subir, pero por las protestas que se registran en los municipios y estados vecinos, se vislumbran días difíciles.
Cabe mencionar que este negocio es llevado sobre todo por mujeres y por lo general constituye para ellas la única fuente de sustento familiar.
“Todo es un sacrificio”
Estas madres de familia declararon que todo es un sacrificio, pues diariamente luchan por conseguir los alimentos escasos e insustituibles cuando de preparar empanadas se trata.
Estas mujeres junto a su familiares pasan trabajo, ya que no solo es conseguir la harina precocida, sino también azúcar, aceite, la carne y el pollo para los guisos de las mismas. Además de café, refrescos, jugos y maltas para ofrecerles a los turistas diversas opciones.
Revelaron que cuando se enteran de que están vendiendo alguno de estos productos en un establecimiento comercial de la ciudad, dejan a una sola persona atendiendo el puesto y los demás miembros de la familia se van a hacer su cola para tratar de comprar la mayor cantidad posible de ingredientes y así garantizar la venta de varios días.
Carrizález y Álvarez también agregaron que otra de las luchas que mantienen es por conseguir la bombona de gas, la cual han tenido que pagarla más cara para poder obtenerla, al tiempo que mencionaron que la historia se repite cuando les toca buscar las servilletas con las que entregan el producto, que están desaparecidas de los anaqueles.
Empanaderas mencionaron tener más de 30 años en el oficio y aseguraron que es primera vez que sufren tanto para conseguir los insumos.
Yoli Carrizález, vendedora en el mencionado parador turístico, expresó que en los últimos días la visita de turistas se ha visto mermada considerablemente, por lo que en ocasiones pierden las empanadas.
A las 9:45 de la mañana confesó que todavía no había vendido la primera empanada, pese a que estaba en el puesto desde las 4:30 de la madrugada.
Afirman que sus ventas se encuentran como en un 20 por ciento y “aquí estamos como el pez, esperando a ver qué agarramos”, dijo Laura Álvarez, otra vendedora.
Vendedoras de la zona aseguran que en años anteriores para estos días las ventas empezaban a subir, pero por las protestas que se registran en los municipios y estados vecinos, se vislumbran días difíciles.
Cabe mencionar que este negocio es llevado sobre todo por mujeres y por lo general constituye para ellas la única fuente de sustento familiar.
“Todo es un sacrificio”
Estas madres de familia declararon que todo es un sacrificio, pues diariamente luchan por conseguir los alimentos escasos e insustituibles cuando de preparar empanadas se trata.
Estas mujeres junto a su familiares pasan trabajo, ya que no solo es conseguir la harina precocida, sino también azúcar, aceite, la carne y el pollo para los guisos de las mismas. Además de café, refrescos, jugos y maltas para ofrecerles a los turistas diversas opciones.
Revelaron que cuando se enteran de que están vendiendo alguno de estos productos en un establecimiento comercial de la ciudad, dejan a una sola persona atendiendo el puesto y los demás miembros de la familia se van a hacer su cola para tratar de comprar la mayor cantidad posible de ingredientes y así garantizar la venta de varios días.
Carrizález y Álvarez también agregaron que otra de las luchas que mantienen es por conseguir la bombona de gas, la cual han tenido que pagarla más cara para poder obtenerla, al tiempo que mencionaron que la historia se repite cuando les toca buscar las servilletas con las que entregan el producto, que están desaparecidas de los anaqueles.
Empanaderas mencionaron tener más de 30 años en el oficio y aseguraron que es primera vez que sufren tanto para conseguir los insumos.
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