La acelga tiene fibra y pocas calorías
Los árabes descubrieron sus propiedades medicinales
Depura el organismo de toxinas, elimina el estreñimiento, aumenta la orina y la transpiración CORTESÍA
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EDÉN VALERA | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
sábado 10 de agosto de 2013
Originaria de la Europa meridional, donde crece en forma silvestre, la acelga (Beta vulgaris de la familia de las amarantáceas) se cultiva extensamente en todas las zonas templadas del mundo y tiene numerosas variedades.
Se sabe que ya se consumía en el siglo I d.C., cultivado por los griegos y romanos, pero aunque a Estados Unidos llegó en 1806, en la actualidad éste es uno de los principales países productores junto con Italia, Francia, Holanda, Bélgica, Alemania, Reino Unido y las naciones asiáticas.
Fueron los árabes quienes generalizaron su cultivo y descubrieron sus propiedades medicinales; hoy las plantaciones se extienden por Europa y Norteamérica como una de las verduras más populares y más nutritivas, ya que tiene una cantidad de componentes beneficiosos para el organismo por la ausencia de grasas y calorías.
Es muy resistente a las temperaturas extremas, sobre todo a las veraniegas, y sus hojas ofrecen al cocinero versatilidad para elaborar platos muy nutritivos.
Es una planta herbácea bianual cultivada como anual, con hojas grandes, de color verde brillante y nervudas; tallos, llamados pencas, de colores blanco, amarillo o rojo, según la variedad, y la cultivada tiene una raíz más tuberosa que la silvestre. Al momento de comprarla se debe escoger la que tenga hojas verdes y tersas, sin manchas, con tallos duros y blancos, porque las arrugas de las hojas indican que está a punto de florecer o que ya lo ha hecho, por lo cual sus tallos pueden dejar un gusto amargo.
Es mejor consumirla en el menor tiempo posible después de comprada para poder disfrutar de todas sus propiedades, muchas de las cuales también se pierden al cocerla, y en la nevera se conserva sólo un par de días. Si la quiere congelar hay que pasarla durante 2 minutos por agua hirviendo.
Como todas las plantas verdes, la acelga es rica en vitaminas A, B2, K y C, carotenos y sales minerales como hierro (más que la espinaca), potasio, fósforo, calcio, sodio y un alto contenido de agua, lo cual la hace un alimento de fácil digestión.
Además, tiene múltiples usos en la cocina ya que no sólo se puede comer cruda en ensaladas (las plantas más tiernas), hervida o sofrita con ajo y cebolla, sino que también sirve para elaborar sopas, cremas, tortillas, pasteles, purés, quiches y pasapalos.
Otros usos
Debido a su alto contenido en fibra, su ausencia de grasas, su escaso valor calórico y su alto contenido en agua es una verdura diurética e ideal para dietas de adelgazamiento.
Su cantidad de potasio sirve para eliminar toxinas gracias a su efecto sobre la función renal; es fundamental en el sistema nervioso y cardiovascular, y favorece el almacenamiento de carbohidratos y su posterior transformación en energía.
Consumida en exceso puede producir dolores de vientre, y debe comerse con moderación en caso de padecer cálculos biliares.
Tres tazas diarias de una infusión de 30 gramos de hojas de acelga preparada con 300 mililitros de agua mejora las inflamaciones de la vejiga, del duodeno, las hemorroides y el hígado.
Las hojas frescas aplicadas en úlceras, llagas y almorranas quitan el dolor y disminuyen la inflamación.
Los cataplasmas de acelgas preparados machacando las hojas y aplicados varias veces durante el día, por su poder emoliente, disminuyen el escozor y las enfermedades de la piel.
Su consumo regular fortalece la memoria y el cerebro.
Tomar en ayunas un vaso de jugo de acelga y berro a partes iguales ayuda a eliminar los cálculos; y medio vaso de jugo de acelgas con una cucharada de aceite de oliva sirve como laxante en casos de estreñimiento severo.
eden.valera@gmail.com
Se sabe que ya se consumía en el siglo I d.C., cultivado por los griegos y romanos, pero aunque a Estados Unidos llegó en 1806, en la actualidad éste es uno de los principales países productores junto con Italia, Francia, Holanda, Bélgica, Alemania, Reino Unido y las naciones asiáticas.
Fueron los árabes quienes generalizaron su cultivo y descubrieron sus propiedades medicinales; hoy las plantaciones se extienden por Europa y Norteamérica como una de las verduras más populares y más nutritivas, ya que tiene una cantidad de componentes beneficiosos para el organismo por la ausencia de grasas y calorías.
Es muy resistente a las temperaturas extremas, sobre todo a las veraniegas, y sus hojas ofrecen al cocinero versatilidad para elaborar platos muy nutritivos.
Es una planta herbácea bianual cultivada como anual, con hojas grandes, de color verde brillante y nervudas; tallos, llamados pencas, de colores blanco, amarillo o rojo, según la variedad, y la cultivada tiene una raíz más tuberosa que la silvestre. Al momento de comprarla se debe escoger la que tenga hojas verdes y tersas, sin manchas, con tallos duros y blancos, porque las arrugas de las hojas indican que está a punto de florecer o que ya lo ha hecho, por lo cual sus tallos pueden dejar un gusto amargo.
Es mejor consumirla en el menor tiempo posible después de comprada para poder disfrutar de todas sus propiedades, muchas de las cuales también se pierden al cocerla, y en la nevera se conserva sólo un par de días. Si la quiere congelar hay que pasarla durante 2 minutos por agua hirviendo.
Como todas las plantas verdes, la acelga es rica en vitaminas A, B2, K y C, carotenos y sales minerales como hierro (más que la espinaca), potasio, fósforo, calcio, sodio y un alto contenido de agua, lo cual la hace un alimento de fácil digestión.
Además, tiene múltiples usos en la cocina ya que no sólo se puede comer cruda en ensaladas (las plantas más tiernas), hervida o sofrita con ajo y cebolla, sino que también sirve para elaborar sopas, cremas, tortillas, pasteles, purés, quiches y pasapalos.
Otros usos
Debido a su alto contenido en fibra, su ausencia de grasas, su escaso valor calórico y su alto contenido en agua es una verdura diurética e ideal para dietas de adelgazamiento.
Su cantidad de potasio sirve para eliminar toxinas gracias a su efecto sobre la función renal; es fundamental en el sistema nervioso y cardiovascular, y favorece el almacenamiento de carbohidratos y su posterior transformación en energía.
Consumida en exceso puede producir dolores de vientre, y debe comerse con moderación en caso de padecer cálculos biliares.
Tres tazas diarias de una infusión de 30 gramos de hojas de acelga preparada con 300 mililitros de agua mejora las inflamaciones de la vejiga, del duodeno, las hemorroides y el hígado.
Las hojas frescas aplicadas en úlceras, llagas y almorranas quitan el dolor y disminuyen la inflamación.
Los cataplasmas de acelgas preparados machacando las hojas y aplicados varias veces durante el día, por su poder emoliente, disminuyen el escozor y las enfermedades de la piel.
Su consumo regular fortalece la memoria y el cerebro.
Tomar en ayunas un vaso de jugo de acelga y berro a partes iguales ayuda a eliminar los cálculos; y medio vaso de jugo de acelgas con una cucharada de aceite de oliva sirve como laxante en casos de estreñimiento severo.
eden.valera@gmail.com
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