Si las paredes del restaurante Guillermina hablaran, contarían cosas de la época de antaño, de cuando La Asunción era una pequeña ciudad colonial arropada por aire de mar.
Recién inaugurado, Guillermina luce reminiscencias del siglo antepasado que combina con elementos de diseño moderno. Y así es también su cocina, basada en antiguos recetarios de La Asunción pero modernizaba con técnicas de vanguardia y la creatividad indiscutible del chef Carlos García, quien fue el asesor gastronómico del proyecto, y de su chef principal, Oscar Rodríguez.
La impronta del ambiente, con personalidad propia, está dada por el mismo local, una antigua bodega que preservó hasta ahora, elementos de esa época y que fueron conservados para el restaurante.
Ese local de la calle Unión de La Asunción era conocido, antaño, como “la bodega del señor Pablo” y su esposa Guillerma, de donde toma el nombre el restaurante.
Los nuevos dueños –el grupo DMC– decidieron preservar esa historia y lograr, a través de sus platos, que los comensales evoquen los bares asuntinos de antaño, que existían en el mismo contexto histórico de la bodega y que representaban de manera muy rústica todas las tradiciones de la ciudad.
Asi, su propuesta gastronómica está impregnada de sabor asuntino y frescura de los productos locales. Los platos cambian a diario según el mejor producto que llegue de los mercados a la bodega de Guillermina.
Apegado al recuerdo, Guillermina contará entre sus especialidades con lasaña de Chucho, ceviche fresco de palometa y frijolada asuntina, un plato típico de esta región.
En el menú asoman curiosidades, platos de vanguardia y guiños a la vieja cocina. Por ejemplo, ofrecen cotufas con huevas de lisa, chicharrones de cerdo al limón, sancocho de pescado frito y arañitas de calamar.
Otros platos son mejillón al grill con yuca frita, sardinas a la parrilla, madreperla al ajillo, pescado sudado, pescado a la sal, osobuco con hongos, chivo en coco, piernas y espalditas confitadas a la brasa y verduras a la parrilla.
Los arroces son capítulo aparte. Los preparan de raya a la brasa, caldoso de huevas y coco, al horno de pulpo y arroz de pescadores. En pastas también se destacan con fideguá negro con camarones, penne con mejillones y reducción de pulpo, espaguetti vongole margariteños, lasaña de chucho y palmito y ñoquis de jugo de otra y crudo de catalana.
Los domingos hay brunch con pan de leche asuntino, piñonate, arepas de maíz pilado y guiños culinarios de Margarita y de Venezuela. Con su propuesta, Guillermina revive el fogón de la antigua isla.
Recién inaugurado, Guillermina luce reminiscencias del siglo antepasado que combina con elementos de diseño moderno. Y así es también su cocina, basada en antiguos recetarios de La Asunción pero modernizaba con técnicas de vanguardia y la creatividad indiscutible del chef Carlos García, quien fue el asesor gastronómico del proyecto, y de su chef principal, Oscar Rodríguez.
La impronta del ambiente, con personalidad propia, está dada por el mismo local, una antigua bodega que preservó hasta ahora, elementos de esa época y que fueron conservados para el restaurante.
Ese local de la calle Unión de La Asunción era conocido, antaño, como “la bodega del señor Pablo” y su esposa Guillerma, de donde toma el nombre el restaurante.
Los nuevos dueños –el grupo DMC– decidieron preservar esa historia y lograr, a través de sus platos, que los comensales evoquen los bares asuntinos de antaño, que existían en el mismo contexto histórico de la bodega y que representaban de manera muy rústica todas las tradiciones de la ciudad.
Asi, su propuesta gastronómica está impregnada de sabor asuntino y frescura de los productos locales. Los platos cambian a diario según el mejor producto que llegue de los mercados a la bodega de Guillermina.
Apegado al recuerdo, Guillermina contará entre sus especialidades con lasaña de Chucho, ceviche fresco de palometa y frijolada asuntina, un plato típico de esta región.
En el menú asoman curiosidades, platos de vanguardia y guiños a la vieja cocina. Por ejemplo, ofrecen cotufas con huevas de lisa, chicharrones de cerdo al limón, sancocho de pescado frito y arañitas de calamar.
Otros platos son mejillón al grill con yuca frita, sardinas a la parrilla, madreperla al ajillo, pescado sudado, pescado a la sal, osobuco con hongos, chivo en coco, piernas y espalditas confitadas a la brasa y verduras a la parrilla.
Los arroces son capítulo aparte. Los preparan de raya a la brasa, caldoso de huevas y coco, al horno de pulpo y arroz de pescadores. En pastas también se destacan con fideguá negro con camarones, penne con mejillones y reducción de pulpo, espaguetti vongole margariteños, lasaña de chucho y palmito y ñoquis de jugo de otra y crudo de catalana.
Los domingos hay brunch con pan de leche asuntino, piñonate, arepas de maíz pilado y guiños culinarios de Margarita y de Venezuela. Con su propuesta, Guillermina revive el fogón de la antigua isla.
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