Calabacín: Importante en la alimentación
Contiene 95% de agua, vitaminas, minerales y nada de grasas
Se usa para preparar sopas, guarniciones, entrantes, ensaladas o postres MARIOARVELO.WORDPRESS.COM
Contenido relacionado
EDÉN VALERA | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
EDEN.VALERA@GMAIL.COM
EDEN.VALERA@GMAIL.COM
sábado 22 de marzo de 2014
A la calabacera (Curcubita pepo de la familiaCucurbitácea), cuyo fruto los historiadores le atribuyen dos orígenes: Asia Meridional y América Central.
Se sabe que es una de las especies domesticadas más antiguas: hay fósiles en México que datan del 8.000 al 6.000 a. C.; la consumían los egipcios, griegos y romanos; los árabes durante la Edad Media la introdujeron en los países del Mediterráneo; pero al norte de Europa llegó después de la II Guerra Mundial.
Es una planta rastrera que puede llegar hasta los 10 metros de longitud, de tallos acanalados, aspecto áspero y sarmentoso, con hojas acorazonadas, grandes flores amarillas, que prefiere los lugares soleados y aguanta temperaturas muy variadas.
Los frutos son oblongos con cáscara lisa y dura y su tamaño y color varían dependiendo de la variedad, generalmente se recolecta cuando su longitud se sitúa entre los 15 y los 20 cm, aunque puede llegar a medir 40 cm de largo y a pesar 2 kilos. En Italia lo conocen como zucchini y en otros países como zapallo.
Cuando se compra se deben elegir aquellos ejemplares que sean firmes al tacto, compactos, pequeños o medianos, sin manchas en la piel y pesados en relación con su tamaño; usualmente los grandes tienen demasiadas pepitas y una carne menos tierna.
Puede conservarse en buenas condiciones en la nevera durante unas dos semanas, pero nunca al lado de plátanos y melones porque estos desprenden un gas que confiere amargor al calabacín.
También se pueden mantener congelados siempre que con anterioridad se escalden en agua hirviendo durante unos tres o cinco minutos.
Los cocineros coinciden en que esta verdura se debe comer cuando todavía está muy joven y se debe preparar cuando está bien fresca.
Es uno de los vegetales con el cual es posible realizar una variedad de platos, pues permite diferentes combinaciones aportando a cada uno un sabor muy especial.
Mientras que los nutricionistas señalan que para poder obtener todos sus beneficios debe ser consumido crudo o cocido al vapor.
Contiene un 95% de agua; vitaminas C, B1, B2, B6, ácido fólico; potasio, magnesio, sodio, yodo, hierro, calcio y fósforo; hidratos de carbono, proteínas y muy pocas grasas.
Los principales países productores son India, China, México, Francia, Marruecos, Argentina y España.
Otros usos
El calabacín se cultiva principalmente para ser consumido como alimento crudo en ensaladas, hervidos, en sopas, estofados junto a otras hortalizas y verduras; rebozados y como acompañante, entre otras formas. El carpaccio de láminas delgadísimas de calabacín es una entrada muy apreciada.
Por su ausencia casi total de grasas y por su gran contenido en agua es ideal para las dietas de adelgazamiento y para quienes presentan retención urinaria.
Cien gramos de calabacines ligeramente hervidos suministra una cuarta parte del requerimiento diario de vitamina C.
Su riqueza en ácido fólico ayuda para la división celular, la formación de ADN, ARN y proteínas en el organismo; y por su alto contenido de fibra es recomendado para tratar los problemas de gastritis.
La presencia de hidratos de carbono y potasio lo hace beneficioso para el sistema nervioso y la capacidad muscular; el magnesio y la vitamina C además de servir como antioxidantes favorecen la absorción de hierro y sirve para cuidar los huesos y dientes.
Como es un buen diurético ayuda a mantener limpios los riñones, evita la aparición de cálculos e infecciones urinarias. Tiene propiedades atiespasmódicas. Para el cutis seco y marchito se recomienda una máscara de calabacín rallado envuelto en gasa durante 16 minutos para hidratar la piel.
Se sabe que es una de las especies domesticadas más antiguas: hay fósiles en México que datan del 8.000 al 6.000 a. C.; la consumían los egipcios, griegos y romanos; los árabes durante la Edad Media la introdujeron en los países del Mediterráneo; pero al norte de Europa llegó después de la II Guerra Mundial.
Es una planta rastrera que puede llegar hasta los 10 metros de longitud, de tallos acanalados, aspecto áspero y sarmentoso, con hojas acorazonadas, grandes flores amarillas, que prefiere los lugares soleados y aguanta temperaturas muy variadas.
Los frutos son oblongos con cáscara lisa y dura y su tamaño y color varían dependiendo de la variedad, generalmente se recolecta cuando su longitud se sitúa entre los 15 y los 20 cm, aunque puede llegar a medir 40 cm de largo y a pesar 2 kilos. En Italia lo conocen como zucchini y en otros países como zapallo.
Cuando se compra se deben elegir aquellos ejemplares que sean firmes al tacto, compactos, pequeños o medianos, sin manchas en la piel y pesados en relación con su tamaño; usualmente los grandes tienen demasiadas pepitas y una carne menos tierna.
Puede conservarse en buenas condiciones en la nevera durante unas dos semanas, pero nunca al lado de plátanos y melones porque estos desprenden un gas que confiere amargor al calabacín.
También se pueden mantener congelados siempre que con anterioridad se escalden en agua hirviendo durante unos tres o cinco minutos.
Los cocineros coinciden en que esta verdura se debe comer cuando todavía está muy joven y se debe preparar cuando está bien fresca.
Es uno de los vegetales con el cual es posible realizar una variedad de platos, pues permite diferentes combinaciones aportando a cada uno un sabor muy especial.
Mientras que los nutricionistas señalan que para poder obtener todos sus beneficios debe ser consumido crudo o cocido al vapor.
Contiene un 95% de agua; vitaminas C, B1, B2, B6, ácido fólico; potasio, magnesio, sodio, yodo, hierro, calcio y fósforo; hidratos de carbono, proteínas y muy pocas grasas.
Los principales países productores son India, China, México, Francia, Marruecos, Argentina y España.
Otros usos
El calabacín se cultiva principalmente para ser consumido como alimento crudo en ensaladas, hervidos, en sopas, estofados junto a otras hortalizas y verduras; rebozados y como acompañante, entre otras formas. El carpaccio de láminas delgadísimas de calabacín es una entrada muy apreciada.
Por su ausencia casi total de grasas y por su gran contenido en agua es ideal para las dietas de adelgazamiento y para quienes presentan retención urinaria.
Cien gramos de calabacines ligeramente hervidos suministra una cuarta parte del requerimiento diario de vitamina C.
Su riqueza en ácido fólico ayuda para la división celular, la formación de ADN, ARN y proteínas en el organismo; y por su alto contenido de fibra es recomendado para tratar los problemas de gastritis.
La presencia de hidratos de carbono y potasio lo hace beneficioso para el sistema nervioso y la capacidad muscular; el magnesio y la vitamina C además de servir como antioxidantes favorecen la absorción de hierro y sirve para cuidar los huesos y dientes.
Como es un buen diurético ayuda a mantener limpios los riñones, evita la aparición de cálculos e infecciones urinarias. Tiene propiedades atiespasmódicas. Para el cutis seco y marchito se recomienda una máscara de calabacín rallado envuelto en gasa durante 16 minutos para hidratar la piel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario