Una arepera es la embajada de los venezolanos varados en Irlanda
La no aprobación de manutenciones y matrículas
ha activado grupos de ayuda para auxiliar a los estudiantes que se
quedaron sin divisas
El Nacional 30 de marzo 2014 -
En Temple Bar, en el centro de Dublín, una arepera conecta a
los venezolanos con sus sabores criollos y hace las veces de embajada
para muchos de los que se fueron a Irlanda con la idea de estudiar
inglés y que se encontraron con que el Centro de Comercio Exterior
(antes Cadivi) no les aprobó las divisas para emprender sus planes en el
país europeo.
Este viernes y sábado se realizó en El Arepazo una jornada de recolección y distribución de alimentos, medicamentos y artículos de aseo personal. Bolsas con pasta, enlatados, pan, harina de maíz, charcutería, desodorante y jabón, entre otros insumos, son entregados a los muchachos que ya no tienen cómo cubrir sus necesidades básicas por el recorte en la aprobación de divisas para la manutención. Las redes sociales activaron la convocatoria y la solidaridad.
El local de comida criolla también funciona como puente para que quienes no pueden pagar un lugar dónde dormir encuentren a personas que les ofrezcan por lo menos un sofá o una colchoneta para pasar la noche.
“Hay muchachos que dicen que como la arepera es venezolana es la embajada de Venezuela en Dublín. Como no tenemos autoridades vienen aquí a desahogarse. Es duro escuchar que lo único que han comido en el día es pasta con mantequilla porque no tienen para más”, cuenta Liseth Lozano, dueña de El Arepazo desde el año pasado.
Sin gobierno. Parece abrirse una brecha en la comunicación entre ambos países. El consulado honorario de Irlanda en Caracas, que entre diciembre y febrero tuvo que lidiar con jóvenes que pernoctaron para realizar sus trámites e irse a estudiar inglés en Irlanda, cerrará sus oficinas mañana y mudará sus operaciones a México. En Irlanda tampoco hay representación del gobierno venezolano.
Un grupo de cuatro personas, encabezados por Carlos Indriago, se dirigió hace 2 semanas a la Embajada de Venezuela en Londres. En el encuentro con el cónsul presentaron 108 casos documentados de estudiantes que quedaron varados por la falta de dólares. La respuesta fue que colocarían el tema en la agenda del viceministro de Relaciones Exteriores con Europa, Calixto Ortega. Se encadenaron en la sede para presionar, pero se fueron sin saber el tiempo que tomaría tener solución.
Indriago está en Dublín desde enero. Viajó sin tener la aprobación del órgano administrador de divisas porque el operador cambiario que lo atendió le recomendó irse así. Lo más seguro, le explicaron, era que recibiera el dinero estando en Europa. Su pasaje de regreso es para el 7 de julio, y por ser de los más económicos la aerolínea no permite el cambio de fecha. Comprar uno nuevo para volver le cuesta entre 1.200 y 1.800 euros.
El tiempo de duración de la visa de turista en Irlanda es de tres meses. “Mi visa ya se venció. Pasé a ser ilegal. Estoy aquí con el miedo de ser deportado cual delincuente, pero seguiré buscando opciones de sobrevivir a esta situación”, confiesa Indriago.
Al filo de la ilegalidad también está Ezequiel Hurtado, de 23 años de edad, oriundo de Barquisimeto. Viajó el 25 de enero de este año y el 6 de febrero recibió un correo del Cencoex en el que se le negaba la manutención y el pago de la matrícula del curso de inglés que iba a realizar. Está esperando la reconsideración que introdujo y que puede tomar hasta 90 días hábiles en darse. El 25 de abril se vence su permiso para seguir en el país.
Hurtado no ha conseguido trabajo. Vive con otra venezolana que tiene una hija de cuatro años y que también espera la segunda manutención. Ambos recibieron ayuda de la iniciativa de El Arepazo.
Los representantes legales de algunos de los estudiantes sostuvieron esta semana una reunión con autoridades del Cencoex. Los funcionarios aseguraron que en un plazo de dos semanas estarían liquidando segundas y terceras manutenciones. Sin embargo, dijeron que quienes habían viajado sin tener la aprobación del ente deberán seguir esperando.
Prioridades
El Cencoex alega el artículo 8 de la providencia 116 publicada en la Gaceta Oficial Nº 40200 para negar la aprobación de divisas a algunos estudiantes que están en Dublín. Eso explica el correo electrónico que han recibido. Establece que para la asignación de moneda extranjera se “valorará la disponibilidad de divisas establecida por el Banco Central de Venezuela y al ajuste de los lineamientos establecidos por el Ejecutivo Nacional”.
Roberto León Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores, dice que esta medida es inconstitucional y discriminatoria. “Se está utilizando más como una excusa. En la lista de prioridades de la nación pareciera que el estudiante no está en los primeros lugares”.
Parilli señala que el estudiante afectado puede demandar al Estado que les aprobó divisas para el estudio en el exterior, pero luego no les facilitó las manutenciones que garantizarían su estadía y la culminación del curso. “Es dinero perdido por el Estado y por el ciudadano, y los estudiantes pueden demandar por daños y perjuicios para resarcir el daño”.
256
es el total de alumnos venezolanos que están en espera de sus manutenciones según el censo que llevan las escuelas irlandesas de inglés
Este viernes y sábado se realizó en El Arepazo una jornada de recolección y distribución de alimentos, medicamentos y artículos de aseo personal. Bolsas con pasta, enlatados, pan, harina de maíz, charcutería, desodorante y jabón, entre otros insumos, son entregados a los muchachos que ya no tienen cómo cubrir sus necesidades básicas por el recorte en la aprobación de divisas para la manutención. Las redes sociales activaron la convocatoria y la solidaridad.
El local de comida criolla también funciona como puente para que quienes no pueden pagar un lugar dónde dormir encuentren a personas que les ofrezcan por lo menos un sofá o una colchoneta para pasar la noche.
“Hay muchachos que dicen que como la arepera es venezolana es la embajada de Venezuela en Dublín. Como no tenemos autoridades vienen aquí a desahogarse. Es duro escuchar que lo único que han comido en el día es pasta con mantequilla porque no tienen para más”, cuenta Liseth Lozano, dueña de El Arepazo desde el año pasado.
Sin gobierno. Parece abrirse una brecha en la comunicación entre ambos países. El consulado honorario de Irlanda en Caracas, que entre diciembre y febrero tuvo que lidiar con jóvenes que pernoctaron para realizar sus trámites e irse a estudiar inglés en Irlanda, cerrará sus oficinas mañana y mudará sus operaciones a México. En Irlanda tampoco hay representación del gobierno venezolano.
Un grupo de cuatro personas, encabezados por Carlos Indriago, se dirigió hace 2 semanas a la Embajada de Venezuela en Londres. En el encuentro con el cónsul presentaron 108 casos documentados de estudiantes que quedaron varados por la falta de dólares. La respuesta fue que colocarían el tema en la agenda del viceministro de Relaciones Exteriores con Europa, Calixto Ortega. Se encadenaron en la sede para presionar, pero se fueron sin saber el tiempo que tomaría tener solución.
Indriago está en Dublín desde enero. Viajó sin tener la aprobación del órgano administrador de divisas porque el operador cambiario que lo atendió le recomendó irse así. Lo más seguro, le explicaron, era que recibiera el dinero estando en Europa. Su pasaje de regreso es para el 7 de julio, y por ser de los más económicos la aerolínea no permite el cambio de fecha. Comprar uno nuevo para volver le cuesta entre 1.200 y 1.800 euros.
El tiempo de duración de la visa de turista en Irlanda es de tres meses. “Mi visa ya se venció. Pasé a ser ilegal. Estoy aquí con el miedo de ser deportado cual delincuente, pero seguiré buscando opciones de sobrevivir a esta situación”, confiesa Indriago.
Al filo de la ilegalidad también está Ezequiel Hurtado, de 23 años de edad, oriundo de Barquisimeto. Viajó el 25 de enero de este año y el 6 de febrero recibió un correo del Cencoex en el que se le negaba la manutención y el pago de la matrícula del curso de inglés que iba a realizar. Está esperando la reconsideración que introdujo y que puede tomar hasta 90 días hábiles en darse. El 25 de abril se vence su permiso para seguir en el país.
Hurtado no ha conseguido trabajo. Vive con otra venezolana que tiene una hija de cuatro años y que también espera la segunda manutención. Ambos recibieron ayuda de la iniciativa de El Arepazo.
Los representantes legales de algunos de los estudiantes sostuvieron esta semana una reunión con autoridades del Cencoex. Los funcionarios aseguraron que en un plazo de dos semanas estarían liquidando segundas y terceras manutenciones. Sin embargo, dijeron que quienes habían viajado sin tener la aprobación del ente deberán seguir esperando.
Prioridades
El Cencoex alega el artículo 8 de la providencia 116 publicada en la Gaceta Oficial Nº 40200 para negar la aprobación de divisas a algunos estudiantes que están en Dublín. Eso explica el correo electrónico que han recibido. Establece que para la asignación de moneda extranjera se “valorará la disponibilidad de divisas establecida por el Banco Central de Venezuela y al ajuste de los lineamientos establecidos por el Ejecutivo Nacional”.
Roberto León Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores, dice que esta medida es inconstitucional y discriminatoria. “Se está utilizando más como una excusa. En la lista de prioridades de la nación pareciera que el estudiante no está en los primeros lugares”.
Parilli señala que el estudiante afectado puede demandar al Estado que les aprobó divisas para el estudio en el exterior, pero luego no les facilitó las manutenciones que garantizarían su estadía y la culminación del curso. “Es dinero perdido por el Estado y por el ciudadano, y los estudiantes pueden demandar por daños y perjuicios para resarcir el daño”.
256
es el total de alumnos venezolanos que están en espera de sus manutenciones según el censo que llevan las escuelas irlandesas de inglés
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