Carbohidratos, grasas y azúcares constituyen el plato venezolano
La inflación y la escasez marcan la pauta en la dieta diaria
Muchas harinas y bebidas azucaradas y pocos vegetales se traduce en mayor riesgo de obesidad, diabetes e hipertensión ARCHIVO
DANIEL GONZÁLEZ CAPPA | EL UNIVERSAL
lunes 16 de septiembre de 2013
Carbohidratos, grasas y azúcares. Estos tres grupos alimentarios representan más del 60% de lo que está consumiendo el venezolano. El restante incluye proteínas y, a duras penas, frutas y verduras a lo que se une un menor consumo de lácteos.
Esta es la razón que explica porqué Venezuela se encuentra entre los primeros lugares en la tasa de obesidad en el continente latinoamericano según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Pero Maritza Landaeta-Jimenez, coordinadora de la Fundación Bengoa, va más allá y asegura que la inflación y la escasez que atraviesa el país representan un "serio problema" para la alimentación venezolana que a duras penas compran lo que consiguen y no siempre lo que requieren.
En general, explica Landaeta Jiménez, si agarramos el carrito de supermercado que utiliza un venezolano para hacer sus compras encontramos que los artículos que más abundan son la harina de maíz y los granos refinados, el aceite, la margarina, los dulces y bebidas azucaradas y un pollo.
Las frutas y vegetales, que se deben consumir en cinco porciones diarias según lo que recomiendan los nutricionistas, están presentes en la mesa venezolana una sola vez.
Esto se traduce en enfermedades crónicas no transmisibles, como la obesidad, la hipertensión, la diabetes y mayores riesgos de ataques cardíacos.
Pero también está el otro lado de la moneda, el de la desnutrición motivada a los nutrientes que los venezolanos encuentran en su escasa oferta alimenticia.
Actualmente los venezolanos están consumiendo poco calcio motivado a la escasez y el poco consumo de vegetales verdes, que son las dos principales fuentes, lo que puede traducirse en problemas futuros como la osteoporósis, alerta Landaeta-Jiménez.
En la sociedad venezolana es común encontrar a una familia con uno o dos padres obesos, un niño o adolescente con sobrepeso y a un infante con alimentación desbalanceada.
"Aunque reconocemos que la distribución de alimentos ha mejorado en Venezuela, lo que representa un avance positivo, no ocurre lo mismo con la disponibilidad de los alimentos", persevera Landaeta-Jiménez.
Soledad Pérez, representante de la Organización panamericana de la Salud, recomienda a los entes gubernamentales una campaña que promueva las frutas, vegetales y cereales autóctonos, la reducción de sal, azúcar y grasa, la actividad física diaria, la regulación de la publicidad y mayor control e información nutricional de los alimentos.
El Gobierno lanzó recientemente la campaña "Buen comer para el vivir bien" para informar sobre qué tipo de nutrientes deben consumir los venezolanos.
Esta es la razón que explica porqué Venezuela se encuentra entre los primeros lugares en la tasa de obesidad en el continente latinoamericano según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Pero Maritza Landaeta-Jimenez, coordinadora de la Fundación Bengoa, va más allá y asegura que la inflación y la escasez que atraviesa el país representan un "serio problema" para la alimentación venezolana que a duras penas compran lo que consiguen y no siempre lo que requieren.
En general, explica Landaeta Jiménez, si agarramos el carrito de supermercado que utiliza un venezolano para hacer sus compras encontramos que los artículos que más abundan son la harina de maíz y los granos refinados, el aceite, la margarina, los dulces y bebidas azucaradas y un pollo.
Las frutas y vegetales, que se deben consumir en cinco porciones diarias según lo que recomiendan los nutricionistas, están presentes en la mesa venezolana una sola vez.
Esto se traduce en enfermedades crónicas no transmisibles, como la obesidad, la hipertensión, la diabetes y mayores riesgos de ataques cardíacos.
Pero también está el otro lado de la moneda, el de la desnutrición motivada a los nutrientes que los venezolanos encuentran en su escasa oferta alimenticia.
Actualmente los venezolanos están consumiendo poco calcio motivado a la escasez y el poco consumo de vegetales verdes, que son las dos principales fuentes, lo que puede traducirse en problemas futuros como la osteoporósis, alerta Landaeta-Jiménez.
En la sociedad venezolana es común encontrar a una familia con uno o dos padres obesos, un niño o adolescente con sobrepeso y a un infante con alimentación desbalanceada.
"Aunque reconocemos que la distribución de alimentos ha mejorado en Venezuela, lo que representa un avance positivo, no ocurre lo mismo con la disponibilidad de los alimentos", persevera Landaeta-Jiménez.
Soledad Pérez, representante de la Organización panamericana de la Salud, recomienda a los entes gubernamentales una campaña que promueva las frutas, vegetales y cereales autóctonos, la reducción de sal, azúcar y grasa, la actividad física diaria, la regulación de la publicidad y mayor control e información nutricional de los alimentos.
El Gobierno lanzó recientemente la campaña "Buen comer para el vivir bien" para informar sobre qué tipo de nutrientes deben consumir los venezolanos.
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