Afirmó doctora mexicana
La obesidad se asocia a la cultura de las sociedades
Sara Pérez-Gil, quien participó en el simposio "Cambio de conductas" de la Serie Científica Latinoamericana, consideró que las políticas públicas promovidas para combatir la enfermedad no son adecuadas porque no tienen en cuenta ni la constitución de las personas ni sus hábitos.
Aseguran que la obesidad será difícil de combatir (archivo)
EL UNIVERSAL
jueves 5 de septiembre de 2013
México.- América Latina tiene cada vez más personas obesas, un problema multifactorial que depende de cuestiones fisiológicas, psicológicas, sociológicas, antropológicas y culturales, advirtió hoy la doctora mexicana Sara Pérez-Gil.
"La obesidad se puede combatir, pero no va a ser algo fácil", dijo Pérez-Gil tras ofrecer una conferencia en el marco del simposio "Cambio de conductas", de la Serie Científica Latinoamericana, celebrado hoy en la capital mexicana.
Consideró que las políticas públicas promovidas para combatir la obesidad no son adecuadas porque no tienen en cuenta ni la constitución de las personas ni sus hábitos, destacó Efe.
La alimentación es el primer aprendizaje social del ser humano y la cultura marca "nuestras preferencias alimenticias", señaló la fundadora de la Asociación Mexicana de Nutrición.
A pesar de que esos hábitos alimentarios aprendidos en la infancia influyen en nuestras preferencias y gustos, la doctora señaló que sí se pueden modificar.
Se trata de cambiar las costumbres, afirmó Pérez-Gil, quien puso como ejemplo la tendencia de celebrar los cumpleaños de los niños en restaurantes de comida rápida.
Por ello, alabó iniciativas como la reciente retirada del salero en las mesas de los restaurantes de la capital de México, un país donde 31% de la población padece hipertensión arterial, o los esfuerzos realizados en comunidades de la sierra de Oaxaca para sustituir el caldo de frijoles por puré, un platillo más saludable para los niños.
Pérez-Gil señaló que las preferencias alimentarias también dependen de la disponibilidad de alimentos y arremetió contra quienes tratan de imponer la dieta mediterránea en México, que es "muy cara" para seguirla en el país.
El problema radica en que en la actualidad prevalece el discurso estético promovido por la publicidad sobre el médico, apuntó.
"No es normal que el médico les diga a las indígenas de la sierra de Oaxaca que tienen otra constitución que están gordas", criticó.
Sobre la reciente normativa aprobada en Grecia que permite la venta de alimentos de productos caducados a bajo precio en supermercados, la doctora cree que es una normativa que puede llegar a México.
"Yo sí puedo consumir ciertos productos después de la fecha de caducidad", confesó la experta, quien explicó que en algunos casos pueden ser ingeridos después de ese día sin repercusiones para la salud.
El encuentro de la Serie Científica Latinoamericana, una iniciativa para la discusión sobre salud y ciencia, finalizará mañana viernes y cuenta con mesas redondas y conferencias sobre hábitos saludables y comportamientos alimentarios.
"La obesidad se puede combatir, pero no va a ser algo fácil", dijo Pérez-Gil tras ofrecer una conferencia en el marco del simposio "Cambio de conductas", de la Serie Científica Latinoamericana, celebrado hoy en la capital mexicana.
Consideró que las políticas públicas promovidas para combatir la obesidad no son adecuadas porque no tienen en cuenta ni la constitución de las personas ni sus hábitos, destacó Efe.
La alimentación es el primer aprendizaje social del ser humano y la cultura marca "nuestras preferencias alimenticias", señaló la fundadora de la Asociación Mexicana de Nutrición.
A pesar de que esos hábitos alimentarios aprendidos en la infancia influyen en nuestras preferencias y gustos, la doctora señaló que sí se pueden modificar.
Se trata de cambiar las costumbres, afirmó Pérez-Gil, quien puso como ejemplo la tendencia de celebrar los cumpleaños de los niños en restaurantes de comida rápida.
Por ello, alabó iniciativas como la reciente retirada del salero en las mesas de los restaurantes de la capital de México, un país donde 31% de la población padece hipertensión arterial, o los esfuerzos realizados en comunidades de la sierra de Oaxaca para sustituir el caldo de frijoles por puré, un platillo más saludable para los niños.
Pérez-Gil señaló que las preferencias alimentarias también dependen de la disponibilidad de alimentos y arremetió contra quienes tratan de imponer la dieta mediterránea en México, que es "muy cara" para seguirla en el país.
El problema radica en que en la actualidad prevalece el discurso estético promovido por la publicidad sobre el médico, apuntó.
"No es normal que el médico les diga a las indígenas de la sierra de Oaxaca que tienen otra constitución que están gordas", criticó.
Sobre la reciente normativa aprobada en Grecia que permite la venta de alimentos de productos caducados a bajo precio en supermercados, la doctora cree que es una normativa que puede llegar a México.
"Yo sí puedo consumir ciertos productos después de la fecha de caducidad", confesó la experta, quien explicó que en algunos casos pueden ser ingeridos después de ese día sin repercusiones para la salud.
El encuentro de la Serie Científica Latinoamericana, una iniciativa para la discusión sobre salud y ciencia, finalizará mañana viernes y cuenta con mesas redondas y conferencias sobre hábitos saludables y comportamientos alimentarios.
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