Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

lunes, 16 de diciembre de 2013

En poco mas de una semana estaremos abriendo los regalos que el Niño Jesús deje regados frente al pesebre de nuestras casas. Ojalá que en algunas de esas casas estén estos seis libros. Recordando que somos un país que escribe. Un país con una cocina y una historia impresionantes.

Tomado del blog de Sumito Estévez

SÁBADO, DICIEMBRE 14, 2013

 SE ALZARON LOS INDEPENDIENTES

El movimiento editorial de libros de cocina ha sido realmente explosivo los últimos años en Venezuela. El sueño de ver en la vidriera principal a nuestros autores de algo tan intangible y efímero como lo es la cocina, era un sueño delirante hace una década; y aunque suene básico como análisis de mercado, si están en la vidriera principal que da  a la calle, es porque se venden.

Como cocinero nunca dejaré de agradecer la cruzada de la Editorial Libros de El Nacional, que en gran medida ha sido catalizadora del fenómeno editorial alrededor de los recetarios. De hecho, este año se publicó el recetario “Semanario de cocina para jóvenes: 35 recetas venezolanas para los muchachos que han salido de casa a estudiar y a independizarse”, que es un belleza de libro en el que María Fernanda Di Giaccobbe plasma las recetas que le iba enseñando a sus dos hijos cuando estos dejaron la casa. 


E igualmente salió de imprenta “Si te cocino te como”, escrito por Juan Carlos Bruzual y Pocho Garcés, en donde este par de cocineros llevan a papel el tremendo éxito que ha sido su cuenta Twitter @ComidaDeSoltero en donde, a fuerza de pocos caracteres, han puesto a cocinar a sus 220.000 seguidores.


Otro libro de este año que es importante señalar por su utilidad evidente es “Todo sobre la carne bovina venezolana, una guía para el consumidor”, que fue editado por El Consejo Venezolano de la Carne (CONVECAR) y cuyo autor es Otto Gómez (quien ya había escrito “Nuestra Carne”).


Se trata de libros que vienen a engrosar un catálogo de no menos de medio centenar publicados en los últimos cinco años, pero quizás lo más notable de este 2013 es la aparición de tres libros cuyo esfuerzo editorial y económico asumieron directamente los autores, aunando fuerzas con aliados creyentes de los proyectos, asumiendo un riesgo inmenso (en el mejor de los casos un libro así deja al autor sin deudas. Ni soñar en ganancias), literalmente por pura pasión documental. Lo más notable es que se trata de tres obras maestras, tanto en las ideas como en la calidad de impresión, y no exagero un ápice al afirmar que los tres pasarán a ser referencia obligada académica para quienes hacemos vida en gastronomía. Es todo un punto de inflexión que proyectos independientes de calidad resulten y exitosos, porque serán la vara alta para que muchos se planteen emular ese camino ahora que lo ven posible.

Uno de estos libros es “Comer en Venezuela: del cazavi a la espuma de yuca” (Miro Popic editor, C.A), cuyo autor es el periodista Miro Popic y en cuyas 287 páginas, como bien dice el autor en la portada de Pedro León Zapata, se narra una historia de la comida para tratar de entender por qué comemos lo que comemos. Es una investigación asombrosa que inicia con conchales remanentes de festines hechos en nuestras tierras en el 6000ac (¡hace 8 mil años!) y culmina con una entrevista a la Chef Helena Ibarra, una de nuestras cocineras más importantes de la generación actual.


El otro libro es “Nuestra cocina a la manera de Caracas: tributo colectivo y comestible al Libro Rojo”, un impresionante proyecto (que incluye festivales de cocina y soportes audiovisuales), en donde sus dos autoras, Sasha Correa e Ivanova Decán, le pidieron a 18 cocineros y reposteros de la actual generación que reinterpretaran recetas del ya mítico “Libro Rojo” de Don Armando Scannone, sin lugar a dudas el recetario de cocina venezolana más importante con el que contamos los venezolanos. Pocas veces un autor de recetas traspasa la frontera de su propio libro para ser versionado por lo más granado de sus pares. En esos casos hablamos de la aparición de clásicos que se suman al acervo existente, y es tal la calidad de las propuestas que predecir un futuro brillante para la cocina en Venezuela deja de resultar una utopía.


Finalmente, el tercer gran libro horneado este año fue “El Legado de Don Armando” escrito por Rosanna Di Turi y editado por DT Ediciones, C.A. Se trata de 158 páginas de uno de los libros más hermosos y amorosos que haya leído sobre la vida de una persona ligada a la cocina en donde, desde las mismas palabras de Don Armando y de quienes le aprecian y admiran, se logra una radiografía de lo que ha sido nuestra evolución gastronómica reciente. Citando a la autora: “Aquí Don Armando recuerda, con la pasión de quienes viven con propósito, la riqueza y posible excelencia de los sabores propios –complejos, cosmopolitas, multisápidos y ricos- que han incluido y adaptado a su manera los aportes que han llegado desde distintas fronteras.


En poco mas de una semana estaremos abriendo los regalos que el Niño Jesús deje regados frente al pesebre de nuestras casas. Ojalá que en algunas de esas casas estén estos seis libros. Recordando que somos un país que escribe. Un país con una cocina y una historia impresionantes.

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