MUNDO GOURMET
"Hay pocas cosas más gratificantes que apoyar lo nuestro, lo que nos une..."
VANESSA BARRADAS | EL UNIVERSAL
sábado 23 de agosto de 2014 12:00 AM
Venezuela sabe bien
En un emotivo acto fueron entregados los premios Tenedor de Oro 2013. Ya son diez años que la Academia Venezolana de Gastronomía lleva destacando, reconociendo y apoyando al talento gastronómico nacional con estos galardones, tarea que llevan a cabo de una manera profesional e impecable.
El Gran Premio Tenedor de Oro le fue otorgado a la Fundación Bigott; el Tenedor de Oro al Chef del año le tocó a Héctor Romero; la publicación gastronómica reconocida con este galardón fue la investigación realizada por Miro Popic que se tranformó en el libro Comer en Venezuela; el premio "Armando Scannone" destacó el trabajo de difusión, rescate y documentación sobre la cocina tachirense que realiza Leonor Peña y las distintas menciones del Tenedor de Oro fueron para la revista Bienmesabe, el movimiento Margarita Gastronómica, Lácteos la Guanota y para Giuseppe Di Filippo con sus maravillosas pastas Ricardo.
Como verán, Venezuela es un país que tiene una gastronomía extensa, variada y multisápida que apenas comienza a revelarse. Hasta hace poco casi no se podían encontrar restaurantes especializados en cocina venezolana, mucho menos que, en un menú estuviera nuestro pabellón criollo, ya que nadie lo iba a consumir.
Todo lo anterior es ya común, tanto que platos como la polvorosa de pollo, los tequeños y el asado negro comenzaron a cansar el paladar haciendo que el comensal exija platos locales más variados.
La cocina venezolana ha evolucionado tanto en su reconocimiento local, que ahora varias escuelas de cocina están enfocadas en enseñar sobre ella. En varias de estas instituciones, el examen final que tienen que realizar los estudiantes para graduarse consiste en presentar un plato venezolano. Muchos de estos alumnos deben viajar, documentarse más allá de Internet y hasta asesorarse con chefs reconocidos y de trayectoria en nuestro país. Que yo conozca, el Instituto Culinario de Caracas, el CEGA y la Academia de Artes Culinarias están entre estas escuelas de cocina que exigen la preparación intensiva sobre nuestra cocina. Seguramente, poco a poco se seguirán sumando muchas más.
Es un alivio que el movimiento gastronómico en Venezuela sea de las actividades que suman. Hay pocas cosas más gratificantes que apoyar lo nuestro, lo que nos une, lo que nos identifica, y que si hacemos críticas, sean constructivas, que sean para mejorar y aportar positivamente.
Como manifestó Héctor Romero el día de la premiación: el agradecimiento no es tanto por el premio sino por el reconocimiento que se les hace a las personas que viven de la gastronomía, los que producen, los que siembran, los que cosechan. Palabras más, palabras menos, eso fue lo que entendí, con lo que me quedo y lo que comparto.
¡A apoyar lo nuestro siempre!
En un emotivo acto fueron entregados los premios Tenedor de Oro 2013. Ya son diez años que la Academia Venezolana de Gastronomía lleva destacando, reconociendo y apoyando al talento gastronómico nacional con estos galardones, tarea que llevan a cabo de una manera profesional e impecable.
El Gran Premio Tenedor de Oro le fue otorgado a la Fundación Bigott; el Tenedor de Oro al Chef del año le tocó a Héctor Romero; la publicación gastronómica reconocida con este galardón fue la investigación realizada por Miro Popic que se tranformó en el libro Comer en Venezuela; el premio "Armando Scannone" destacó el trabajo de difusión, rescate y documentación sobre la cocina tachirense que realiza Leonor Peña y las distintas menciones del Tenedor de Oro fueron para la revista Bienmesabe, el movimiento Margarita Gastronómica, Lácteos la Guanota y para Giuseppe Di Filippo con sus maravillosas pastas Ricardo.
Como verán, Venezuela es un país que tiene una gastronomía extensa, variada y multisápida que apenas comienza a revelarse. Hasta hace poco casi no se podían encontrar restaurantes especializados en cocina venezolana, mucho menos que, en un menú estuviera nuestro pabellón criollo, ya que nadie lo iba a consumir.
Todo lo anterior es ya común, tanto que platos como la polvorosa de pollo, los tequeños y el asado negro comenzaron a cansar el paladar haciendo que el comensal exija platos locales más variados.
La cocina venezolana ha evolucionado tanto en su reconocimiento local, que ahora varias escuelas de cocina están enfocadas en enseñar sobre ella. En varias de estas instituciones, el examen final que tienen que realizar los estudiantes para graduarse consiste en presentar un plato venezolano. Muchos de estos alumnos deben viajar, documentarse más allá de Internet y hasta asesorarse con chefs reconocidos y de trayectoria en nuestro país. Que yo conozca, el Instituto Culinario de Caracas, el CEGA y la Academia de Artes Culinarias están entre estas escuelas de cocina que exigen la preparación intensiva sobre nuestra cocina. Seguramente, poco a poco se seguirán sumando muchas más.
Es un alivio que el movimiento gastronómico en Venezuela sea de las actividades que suman. Hay pocas cosas más gratificantes que apoyar lo nuestro, lo que nos une, lo que nos identifica, y que si hacemos críticas, sean constructivas, que sean para mejorar y aportar positivamente.
Como manifestó Héctor Romero el día de la premiación: el agradecimiento no es tanto por el premio sino por el reconocimiento que se les hace a las personas que viven de la gastronomía, los que producen, los que siembran, los que cosechan. Palabras más, palabras menos, eso fue lo que entendí, con lo que me quedo y lo que comparto.
¡A apoyar lo nuestro siempre!
No hay comentarios:
Publicar un comentario