Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

viernes, 29 de agosto de 2014

Tomo un café, miro la taza rota en una esquina, una estilla que en algún momento fue a parar quién sabe a qué lugar y ese trozo de taza quedó incompleta, pero es mi taza, es mi recipiente preferido para el café de todas las mañanas, es el espacio que contiene los olores que me acarician cada día y en el placer de cada despertar, es el líquido con el negro más hermoso que jamás hayan visto mis ojos

Una taza de café

“Alrededor del café hay un conjuro de pasión y recuerdos que resultan en un pensamiento recurrente, en un espacio en mi cabeza que nunca puedo alejar”

La ciudad comienza a despertar, a levantar sus cobijas y a afeitar las calles para que cada uno vaya buscando su rumbo.
Aunque pareciera que nada tiene rumbo. Tampoco hay nada que perder en aquella ciudad que se desviste ante la mirada indiferente de los transeúntes, en un apuro constante sin saber a dónde van, es una estela que corre y jamás se detiene. Mientras tanto el humo de mi taza de café envuelve un mosaico de recuerdos y la ciudad toma otro espacio, esta vez desde la luz que empieza a dar forma a sus objetos, yo ahí, mirando, quieta.
Tomo un café, miro la taza rota en una esquina, una estilla que en algún momento fue a parar quién sabe a qué lugar y ese trozo de taza quedó incompleta, pero es mi taza, es mi recipiente preferido para el café de todas las mañanas, es el espacio que contiene los olores que me acarician cada día y en el placer de cada despertar, es el líquido con el negro más hermoso que jamás hayan visto mis ojos. Un negro fiero, de verdad, constante, aromático, sensual. Alrededor del café hay un conjuro de pasión y recuerdos que resultan en un pensamiento recurrente, en un espacio en mi cabeza que nunca puedo alejar.
Cualquier tiempo o lugar del pasado se coloca en una taza de café. El café es mi compañía, pero también es un amor incontrolable, tal vez por el vicio o por sus aromas, el color que varía y de vez en cuando se torna en rojizo pareciera deseado por mí misma; es el líquido del tiempo.
¿Quién no ha tomado un café y se le han despertado las mil sensaciones? Me pregunto, una y otra vez mientras vuelvo la mirada al trocito de taza incompleta, ese pedacito que ya no está. Lo miro y lo toco, paso el índice una y otra vez como quien quiere hacerlo romo para que no moleste, me asomo por la ventana; todos los objetos ya tienen luz; tomo más café, mi mano tosca y agrietada aprieta la taza, pienso en mi rumbo, no hay rumbo, hay pensamiento y recuerdo, soledad e inacción, un taconeo a lo lejos, la ciudad ya despertó.

LA GUAYABA DE PASCAL. ENSAYOS
Ediciones La guayaba de Pascal
Caracas, 2013

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