Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

sábado, 2 de agosto de 2014

El maní saladoo dulce contiene pocos carbohidratos y más proteínas que la carne animal. Por contener mucho potasio no es recomendable para hipertensos.

El maní se consume salado o dulce

Contiene pocos carbohidratos y más proteínas que la carne animal. Por contener mucho potasio no es recomendable para hipertensos.

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El maní contiene muchas calorías por lo que debe consumirse con moderación (Cortesía)
EL UNIVERSAL
viernes 1 de agosto de 2014  11:47 AM
Originario de las regiones tropicales de América del Sur, donde algunas especies crecen de modo silvestre, el maní (Arachishypogaea  de la familia Fabácea) es una legumbre cuyas semillas son muy apreciadas en la gastronomía mundial.

Se le conoce también como cacahuate y cacahuete. La palabra maní significa "semilla subterránea y es de origen inca"; se cultiva desde hace 8.000 años en los pueblos indígenas según los descubrimientos arqueológicos realizados por el estadounidense Tom Dillehay en Perú, donde se encontraron representaciones de esta semilla en piezas de alfarería y vasijas.

Los incas extendieron su cultivo a otras regiones de Sudamérica; los conquistadores portugueses y españoles que lo conocieron al llegar al continente americano, especialmente en México, lo llevaron a África y Europa y el botánico norteamericano George Washington Carver propuso su industrialización.

Actualmente su cultivo se ha extendido ampliamente por regiones de Asia, Oceanía y África, continente donde se difundió con rapidez y pasó a ser un alimento básico en su dieta.

Es una hierba anual, de 30 a 80 centímetros de altura, con tallos de color amarillento; su fruto es una legumbre oblonga, de paredes gruesas, con de dos a cinco semillas que tienen un tegumento de color rojizo oscuro.Es una planta rara en la que el pedúnculo de la flor con el ovario fertilizado penetra en la tierra donde se desarrolla una nuez que contiene las semillas.

Requiere suelos profundos arenosos, con buen drenaje, libres de sales, lo que le permite un buen desarrollo del sistema radicular produciendo vainas de gran tamaño; es muy sensible a la falta de calcio y su déficit inhibe completamente la formación de frutos.

El maní contiene pocos carbohidratos; mucho más grasa que otras leguminosas; su proteína es mayor que en las demás legumbres y que la de la carne de los animales; y está considerado como un alimento excepcionalmente nutritivo. Además posee ácidos omega, vitaminas B y E, calcio, hierro, cobre, potasio, manganeso, selenio, y  zinc.

Los principales países productores son China e India que producen cerca de las dos terceras partes de la cosecha mundial; USA, Nigeria, Indonesia, Myanmar y Argentina.

Sus múltiples usos

Se cultiva básicamente para ser consumido como fruto seco, salado, dulce, asado, cocido y en la preparación de platos dulces y salados; el follaje se utiliza como forraje para aves y tiene también usos industriales.

Del maní se extrae un aceite de alta calidad para cocinar, y el residuo se emplea como alimento para animales; a partir de los granos de maní tostados, triturados y mezclados se produce manteca.

En Estados Unidos elaboran mantequilla de maní, la cual se consume masivamente. Se dice que fue inventada en 1890 por un médico de ese país como alimento de alto valor nutritivo para los ancianos.

Su consumo regular y moderado ayuda a prevenir enfermedades cardíacas debido a su alto contenido en grasas monoinsaturadas que reducen el colesterol malo. Proporciona sensación de saciedad y altas dosis de energía por lo cual es recomendado para las personas que hacen dieta de adelgazamiento. En algunos países de África consumen las hojas y los tallos tiernos de la planta en ensaladas. En India las semillas se utilizan para aliviar problemas respiratorios y hemorrágicos; además hierven las cáscaras de las vainas y con el líquido tratan la hipertensión.

La pasta formada por la mezcla de dos cucharadas de maní molido, una de miel y otra de aceite de oliva sirva como mascarilla para la piel seca.

El aceite de maní de uso corporal es usado para masajes a personas con dolores en las articulaciones y reumatismo; así como para el cuidado del cabello, e hidratación de los labios. También la industria lo tiene como materia prima en gran cantidad de otros productos dermatológicos y cosméticos.

Por su contenido calórico no es recomendable consumir mucho, pues no siempre se digiere bien; y por su riqueza en potasio se desaconseja para los hipertensos.


Receta.
Pollo con maní
Ingredientes. 500 gr. de pollo deshuesado; 1 cucharadita de vino blanco; salsa de soya; maicena; sal; pimienta; azúcar; jengibre; 1 ramo de apio; 2 cebollines; 2 dientes de ajo; aceite vegetal; 100 gr. de maní natural; 200 ml de caldo de pollo; el jugo de 1/2 limón.

Preparación. Las pechugas se cortan en cuadraditos y se ponen a marinar con la salsa que resulta de mezclar el vino, la soya y la maicena con un poco de sal; luego se envuelve en papel film y se deja al menos media hora en la nevera.
Se cortan el jengibre, el cebollín, el apio y los ajos en tiritas finas (al estilo chino). En una sartén parecida se doran los maníes y se reservan en papel absorbente.
En el mismo aceite se fríen hasta dorar los cuadraditos de pollo a fuego fuerte. En el aceite caliente y a fuego más bajo se fríen, el apio, el jengibre, el cebollín, el ajo, evitando que se quemen. Después se añades de nuevo el pollo y se mezcla.
Aparte se unen el caldo de pollo con una cucharada de soya, azúcar, el jugo de limón y una cucharada de maicena, y esta salsa se le agrega a la sartén con el pollo y las verduras, y se calienta a fuego medio. Cuando la salsa empiece a espesar se le añade el maní y se retira del fuego.

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