Comida inadecuada
El 50% de lo que consume el venezolano es lo menos aconsejable
RAFAEL RANGEL ALDAO | EL UNIVERSAL
sábado 12 de julio de 2014 12:00 AM
¿Qué comemos los venezolanos como para liderar la obesidad en América del Sur? Allí sí estamos casi como Estados Unidos, y la respuesta nos la ofrece, en parte, las estadísticas de 2012 (con el retraso oficial de años). Para comenzar, el 50% de lo que consume el venezolano es lo menos aconsejable, cereales y bebidas pletóricas de carbohidratos refinados y azúcar. El mes pasado, la revista British Medical Journal (27/06/2014), publicó un reporte del Comité Asesor de Nutrición del Reino Unido, que recomienda como medida para bajar la obesidad reducir el consumo de azúcar hasta un 5% de la ingesta diaria de calorías. La obesidad predispone a las enfermedades cardiovasculares, cánceres y diabetes.
La cosa no termina allí, pues esa cifra exigua del 5% fue lo que realmente consumimos en el año 2012, pero en lo que más necesitamos, como son las legumbres y las hortalizas. En frutas estuvimos algo mejor con un 12% de la ingesta total global (que considera todos los estratos sociales, hombres y mujeres). Otro renglón importante como los tubérculos y los plátanos, apenas llegó al 2% del consumo diario, y las proteínas animales (tales como carnes, pescado, leche, lácteos y huevos), alcanzaron casi el 18,80%. En los estratos más pobres la cosa fue y será todavía peor con la inflación y el desabastecimiento de 2014.
El problema con la comida, es que más que la cantidad de calorías, lo que realmente importa es la fuente energética y las combinaciones de alimentos que hacemos al comer. Igualmente determinante es la hora y el ritmo de cada consumo para estar en saludable sincronía con nuestro ritmo diario de vida. Si seguimos como vamos, comiendo mal y sin orientación sanitaria, no hay que ser adivino para hacer un pronóstico a corto plazo todavía peor al que se ve. Los males mayores, sumergidos como están al igual que muchos otros, sí nos sorprenderán cuando salgan de todas partes, como el tipo aquél del submarino que se creía seguro y se fue.
@rrangelaldao
rafael.rangelaldao@gmail.com
La cosa no termina allí, pues esa cifra exigua del 5% fue lo que realmente consumimos en el año 2012, pero en lo que más necesitamos, como son las legumbres y las hortalizas. En frutas estuvimos algo mejor con un 12% de la ingesta total global (que considera todos los estratos sociales, hombres y mujeres). Otro renglón importante como los tubérculos y los plátanos, apenas llegó al 2% del consumo diario, y las proteínas animales (tales como carnes, pescado, leche, lácteos y huevos), alcanzaron casi el 18,80%. En los estratos más pobres la cosa fue y será todavía peor con la inflación y el desabastecimiento de 2014.
El problema con la comida, es que más que la cantidad de calorías, lo que realmente importa es la fuente energética y las combinaciones de alimentos que hacemos al comer. Igualmente determinante es la hora y el ritmo de cada consumo para estar en saludable sincronía con nuestro ritmo diario de vida. Si seguimos como vamos, comiendo mal y sin orientación sanitaria, no hay que ser adivino para hacer un pronóstico a corto plazo todavía peor al que se ve. Los males mayores, sumergidos como están al igual que muchos otros, sí nos sorprenderán cuando salgan de todas partes, como el tipo aquél del submarino que se creía seguro y se fue.
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