El tomate es un antioxidante natural
Se produce y consume en el mundo entero
El tomate ocupa un lugar destacado en la preparación de productos contra el envejecimiento CORTESÍA
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EDÉN VALERA | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
sábado 27 de julio de 2013
Originaria de México y cultivada en todo el mundo por su fruto comestible, el tomate, jitomate o tomatera (Solanum lycopersicumde la familia solanáceas) es una planta que produce un alimento bajo en calorías.
Su nombre procede del náhuatl y su cultivo se remonta a 700 años a.C. en México, y en el antiguo Perú, antes de la formación del Imperio Inca. Después de la conquista, los españoles lo llevaron a sus colonias en América y a Europa en 1540, donde creció con facilidad en los climas mediterráneos.
Los primeros que se cultivaron en Italia eran de color amarillo y fueron descritos por el botánico Piero Mattioli como "pomo d'oro" (manzana dorada); en Nápoles se descubrió un libro de cocina con recetas a base de tomate publicado en 1692, aunque aparentemente el autor obtuvo sus recetas de fuentes españolas.
Existen evidencias arqueológicas que demuestran que el tomatillo, una variedad del tomate, ácida y de color verde que aún se consume en México, fue usado como alimento desde épocas prehispánicas. Esto hace pensar que también fue cultivado y usado por los pueblos originarios mesoamericanos antes de la llegada de los españoles.
En Gran Bretaña se comenzó a cultivar en 1590 y John Gerard, uno de sus cultivadores, aseguraba que era tóxico y por años el tomate se consideró no apto para ser consumido. En el siglo XVIII volvió a ser de uso diario en esa región.
El tomate es una planta herbácea perenne, sensible al frío, que en estado adulto necesita de otra planta o alguna estructura para sostenerse porque su tallo no es lo suficientemente rígido como para soportar el peso de las hojas, ramas secundarias y frutos. Sus flores son de un amarillo brillante.
El fruto es una baya jugosa en colores que van del amarillo al rojo por la presencia de los pigmentos licopeno y caroteno; posee un sabor ligeramente ácido, mide de 1 a 2 cm de diámetro en las especies silvestres, y es más grande en las variedades cultivadas; que se debe consumir preferentemente maduro.
La mayor parte de su peso es agua y contiene hidratos de carbono, potasio, magnesio, fósforo, hierro, calcio, manganeso, zinc, cobre, sodio, vitaminas C, A, B1, B2, y B5, y otros antioxidantes como el licopeno.
La salsa de tomate es un elaborada con la pulpa de los tomates, a la que se le añade, dependiendo del tipo de salsa y del país, chiles rojos, cilantro, cebolla, vinagre o jugo de limón y sal o frituras de cebollas, albahaca, sal, aceite, ajo y varias especias; Pero en algunos países el término se refiere al kétchup, que es una salsa de tomate condimentada con vinagre, azúcar, sal, y diversas especias.
Los principales países productores de tomate son: China, Estados Unidos, India, Turquía, Egipto, Italia, España, Brasil, Irán y México.
Otros usos
El tomate se cultiva para fines alimenticios y culinarios, es un ingrediente básico en ensaladas y permite mejorar el sabor de las pastas, los pescados, el arroz blanco y otros platos. Se produce y consume en todo el mundo fresco y procesado en forma de salsa, puré, zumo, deshidratado y enlatado.
Su contenido de vitamina C lo convierte en un antioxidante natural que actúa contra el cáncer que causan los radicales libres; el potasio juega un papel vital en la salud de los nervios; el hierro es esencial para la sangre; mientras que su vitamina K es esencial en la coagulación de la sangre.
Debido a la presencia de vitamina A ayuda a mejorar la visión, a prevenir la ceguera nocturna y la degeneración macular.
Se asegura que su consumo regular disminuye los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre; y que ejerce un efecto protector contra las enfermedades cardiovasculares.
Además, mantiene el sistema digestivo saludable, previene el estreñimiento, la diarrea, la ictericia y elimina eficazmente las toxinas del cuerpo. Posee un efecto reductor de la tensión y su consumo diario reduce el riesgo de desarrollar hipertensión.
Un estudio realizado por la Asociación Médica de Estados Unidos muestra que el consumo diario de tomate reduce el estrés oxidativo en la diabetes tipo 2.
La ingesta de tomate también reduce la incidencia de infecciones del tracto urinario, y ayuda a disolver los cálculos biliares. También es excelente en el mantenimiento de dientes sanos, huesos, pelo y piel; y la aplicación tópica de jugo de tomate sirve para curar quemaduras. Su consumo diario protege la piel contra los rayos UV.
Su nombre procede del náhuatl y su cultivo se remonta a 700 años a.C. en México, y en el antiguo Perú, antes de la formación del Imperio Inca. Después de la conquista, los españoles lo llevaron a sus colonias en América y a Europa en 1540, donde creció con facilidad en los climas mediterráneos.
Los primeros que se cultivaron en Italia eran de color amarillo y fueron descritos por el botánico Piero Mattioli como "pomo d'oro" (manzana dorada); en Nápoles se descubrió un libro de cocina con recetas a base de tomate publicado en 1692, aunque aparentemente el autor obtuvo sus recetas de fuentes españolas.
Existen evidencias arqueológicas que demuestran que el tomatillo, una variedad del tomate, ácida y de color verde que aún se consume en México, fue usado como alimento desde épocas prehispánicas. Esto hace pensar que también fue cultivado y usado por los pueblos originarios mesoamericanos antes de la llegada de los españoles.
En Gran Bretaña se comenzó a cultivar en 1590 y John Gerard, uno de sus cultivadores, aseguraba que era tóxico y por años el tomate se consideró no apto para ser consumido. En el siglo XVIII volvió a ser de uso diario en esa región.
El tomate es una planta herbácea perenne, sensible al frío, que en estado adulto necesita de otra planta o alguna estructura para sostenerse porque su tallo no es lo suficientemente rígido como para soportar el peso de las hojas, ramas secundarias y frutos. Sus flores son de un amarillo brillante.
El fruto es una baya jugosa en colores que van del amarillo al rojo por la presencia de los pigmentos licopeno y caroteno; posee un sabor ligeramente ácido, mide de 1 a 2 cm de diámetro en las especies silvestres, y es más grande en las variedades cultivadas; que se debe consumir preferentemente maduro.
La mayor parte de su peso es agua y contiene hidratos de carbono, potasio, magnesio, fósforo, hierro, calcio, manganeso, zinc, cobre, sodio, vitaminas C, A, B1, B2, y B5, y otros antioxidantes como el licopeno.
La salsa de tomate es un elaborada con la pulpa de los tomates, a la que se le añade, dependiendo del tipo de salsa y del país, chiles rojos, cilantro, cebolla, vinagre o jugo de limón y sal o frituras de cebollas, albahaca, sal, aceite, ajo y varias especias; Pero en algunos países el término se refiere al kétchup, que es una salsa de tomate condimentada con vinagre, azúcar, sal, y diversas especias.
Los principales países productores de tomate son: China, Estados Unidos, India, Turquía, Egipto, Italia, España, Brasil, Irán y México.
Otros usos
El tomate se cultiva para fines alimenticios y culinarios, es un ingrediente básico en ensaladas y permite mejorar el sabor de las pastas, los pescados, el arroz blanco y otros platos. Se produce y consume en todo el mundo fresco y procesado en forma de salsa, puré, zumo, deshidratado y enlatado.
Su contenido de vitamina C lo convierte en un antioxidante natural que actúa contra el cáncer que causan los radicales libres; el potasio juega un papel vital en la salud de los nervios; el hierro es esencial para la sangre; mientras que su vitamina K es esencial en la coagulación de la sangre.
Debido a la presencia de vitamina A ayuda a mejorar la visión, a prevenir la ceguera nocturna y la degeneración macular.
Se asegura que su consumo regular disminuye los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre; y que ejerce un efecto protector contra las enfermedades cardiovasculares.
Además, mantiene el sistema digestivo saludable, previene el estreñimiento, la diarrea, la ictericia y elimina eficazmente las toxinas del cuerpo. Posee un efecto reductor de la tensión y su consumo diario reduce el riesgo de desarrollar hipertensión.
Un estudio realizado por la Asociación Médica de Estados Unidos muestra que el consumo diario de tomate reduce el estrés oxidativo en la diabetes tipo 2.
La ingesta de tomate también reduce la incidencia de infecciones del tracto urinario, y ayuda a disolver los cálculos biliares. También es excelente en el mantenimiento de dientes sanos, huesos, pelo y piel; y la aplicación tópica de jugo de tomate sirve para curar quemaduras. Su consumo diario protege la piel contra los rayos UV.
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