El ajo es un saborizante natural
Supera en proteínas y carbohidratos a otras hortalizas y verduras
Las virtudes desinfectantes de los ajos están reconocidas
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EDÉN VALERA ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
| EL UNIVERSAL
sábado 5 de abril de 2014
De Asia pasó a la zona mediterránea y los españoles lo introdujeron en América en el siglo XVI; los egipcios, desde hace 3.000 años, lo han utilizado para fines medicinales y culinarios; en la Edad Media y el Renacimiento se usaba como un medicamento protector frente a las plagas que azotaban a la población.
Sus cualidades diuréticas fueron descubiertas por el doctor danés Thomas Bartholin quien también lo recomendó para el tratamiento del paludismo, mientras que el médico inglés Thomas Sydenham lo usó para tratar la hidropesía.
Como el escritor irlandés Bram Stoker cuando creó el personaje de Drácula se inspiró en un príncipe de Valaquia del siglo XV, quien padecía una enfermedad llamada porfiria que se agrava con el consumo o contacto con el ajo, y lo dotó de todos los síntomas de esta patología, se deduce que los vampiros se ahuyentan con una ristra de ajos.
Es una planta perenne con hojas planas y delgadas, flores blancas, con raíz comestible que tiene entre seis y 12 bulbillos, conocidos como dientes, recubiertos por una membrana semitransparente, unidos por la base formando un cuerpo redondeado llamado "cabeza de ajo"; de su parte superior salen unas fibras que enraízan la mata a la tierra.
En algunas especies el tallo también produce pequeños bulbos o hijuelos.
Una característica particular del bulbo es el fuerte olor que emana debido a que contiene dos sustancias altamente volátiles: la aliina y el disulfuro de alilo. La planta, además, produce una delicia gastronómica llamada porrino que es una especie de vástago o tallo que brota y se enrosca en la planta un par de semanas antes de que el ajo esté listo para ser cosechado.
La planta necesita de mucho sol pero puede tolerar la sombra parcial, siempre y cuando no sea por mucho tiempo; prefiere los suelos con buen drenaje, ricos en materia orgánica.
Aunque los diferentes tipos de ajo cuentan con características nutricionales similares hay sutiles diferencias entre ellos.
Por ejemplo, el blanco es el más tradicional y común, la cabeza tiene más dientes que el de otros tipos, es más carnoso y se conserva por más tiempo.
El morado madura antes que los blancos, suele ser más grande, se conserva por menos tiempo y es algo más picante.
El ajete es la versión ligera del ajo porque es pequeño y con sabor y olor menos pronunciado; no es más que un ajo que se ha cogido antes de que el bulbo crezca.
El sabor y el aroma característico del ajo cambian según la variedad y por las formas de preparación.
El ajo en polvo tiene un sabor diferente al ajo fresco, y 1/8 de cucharadita en polvo es equivalente a un diente de ajo.
Posee una riqueza en proteínas y carbohidratos superior a otras hortalizas y verduras por lo cual las supera en aporte energético; contiene también vitaminas B3, B5, B6 y C; calcio, hierro, magnesio, fósforo, sodio y zinc.
Los principales países productores son China, India, Egipto, Corea del Sur, Rusia, Birmania, Bangladés, Estados Unidos de América, Argentina y Ucrania.
Otros usos
El ajo se cultiva en casi todo el mundo básicamente para ser utilizado como un saborizante natural en muchas recetas, aunque también tiene un amplio uso farmacológico y medicinal. Está considerado como uno de los alimentos más sanos.
Es un ingrediente esencial en el gazpacho andaluz, los platos al ajillo, y el alioli, entre otras recetas.
De acuerdo a los efectos medicinales buscados varía la forma en que debe ser ingerido, ya que sus propiedades varían si se consume crudo o cocido.
Debido a la presencia de la alicina es un alimento vasodilatador que ayuda a que la sangre llegue a todo el cuerpo; a controlar la hipertensión; a evitar la formación de trombos sanguíneos, y a prevenir enfermedades cardíacas.
Ayuda a reducir el colesterol malo; disminuye los triglicéridos y otros tipos de grasa en la sangre y aumenta el colesterol bueno.
Se utiliza como descongestionante y expectorante para el resfriado común y para la bronquitis crónica.
Aplicado en la piel ayuda a combatir las verrugas.
Es eficaz como antibiótico, atacando numerosos hongos, bacterias y virus, y aumenta los poderes de las células del sistema inmunológico.
Según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte, USA, es uno de los alimentos cuyo consumo reduce en 50% el riesgo de padecer cáncer de estómago.
El aliento que deja el ajo se puede combatir tomando leche, miel, o yogur, o masticando perejil.
No se ha demostrado científicamente que las personas que ingieren ajo no son picadas por los mosquitos.
Consumido en exceso puede irritar el sistema digestivo.
Es un repelente natural no tóxico para el control y erradicación del caracol africano.
eden.valera@gmail.com
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