Roscos y torrijas de Semana Santa
Los Roscos de Semana Santa son una preparación de repostería típicos
de la cocina andaluza, habituales en la época de cuaresma.1 Los ingredientes más típicos
son la harina,
localidades es costumbre eleborar los roscos simultáneamente con el
potaje de Semana Santa.
potaje de Semana Santa.
Características y variantes
Depende de los roscos de Semana Santa se aromatizan de formas diferentes,
por ejemplo
por ejemplo
los de San Fernando se caracterizan porque la especia predominante que
se utiliza el clavo
se utiliza el clavo
INGREDIENTES
- 1 barra de pan del día anterior o una barra específica para torrijas (de venta en casi todas las pastelerías). La de esta receta tenía la escandalera de 55 cm.
- 1 l y medio de leche entera.
- 5 huevos medianos.
- 1 palo de canela-rama, 1 vaina de vainilla, la cáscara de medio limón
- 100 ml de vino de Oporto
- 300 g de azúcar blanca y 1 cucharada de canela molida.
- 1/2 l de aceite de oliva virgen extra suave
Torrijas: el dulce de Semana Santa
Tomado de Via Michelin
Galería
Marisa Casado-06-04-2009
Llega la Cuaresma y con ella las famosas torrijas, un postre de gran tradición, sencillo de elaborar y muy rico,
que estos días es protagonista en bares, pastelerías y también en los hogares. Se dice que su origen se
remonta a la Edad Media.
Las torrijas son el dulce más típico de la Semana Santa en nuestro país. Un plato muy fácil de
elaborar que consiste básicamente en rebanadas de pan empapadas en leche, rebozadas en huevo,
fritas en aceite y endulzadas con azúcar, canela, almíbar o miel. Una receta sencilla que ofrece
como resultado un postre suave, tierno y cremoso, ideal para desayunar o tomar como postre
después de comer.
En la antigüedad, el consumo de torrijas se realizaba sobre todo para compensar con un toque
de dulzor las restricciones en época de Cuaresma a la hora de comer carne y también para aprovechar
las sobras del pan. Hoy día las torrijas son, sencillamente, un postre rico y nutritivo, destinado
al disfrute de toda la familia, que puede degustarse en cualquier momento.
A pesar de ser las protagonistas en bares y pastelerías de toda España durante la Semana
Santa, las torrijas tienen una gran tradición hogareña, que todavía sigue presente. En su momento
se hicieron muy populares, sobre todo porque los ingredientes estaban al alcance incluso de las
economías domésticas más humildes. Y todavía son muchos los hogares que las elaboran de
forma casera y a su gusto: con canela, con limón, con naranja, con miel, con leche, con vino…
Existen muchas variantes de este postre y cada forma de preparar torrijas es única y especial.
Por eso no hay dos iguales.
Torrijas en la Edad Media
Nos se sabe con exactitud en qué momento comenzaron a elaborarse las torrijas tal y como hoy
las conocemos, pero se cree que este postre se remonta al siglo XV. Fue en varios conventos
durante la Edad Media, donde las monjas decidieron aprovechar el pan sobrante y preparar un
dulce que aliviara un poco el duro ayuno de la Cuaresma. Poco a poco se extendió la receta
entre el resto de la población, primero a los palacios y las familias ricas, y después al resto de
los hogares, convirtiéndose en el postre casero por excelencia para conmemorar la Semana Santa.
En aquella época, la elaboración de las torrijas variaba bastante en función del lugar donde se
realizaran y del poder adquisitivo del “cocinero”. Las familias más ricas, por ejemplo, solían
realizarlas con la mejor leche, las rebozaban en huevo, las doraban en aceite y después
espolvoreaban azúcar y también canela. En los hogares más modestos a veces las torrijas se
realizaban sin huevo, y la canela era sustituida por almíbar. Fuera de las casas también se
consumían torrijas. En las tabernas era un postre que se servía a los clientes durante la Cuaresma,
pero en este caso en lugar de utilizar leche, el cocinero bañaba el pan en vino y una vez frito, le
espolvoreaba azúcar en polvo.
Actualmente existen muchas variedades de torrijas, en función de la región, la calidad de los
ingredientes, las cantidades que se utilicen, etc. Uno de los aspectos básicos es el pan, que
puede ser casero o un pan especial para torrijas que ya se vende en cualquier supermercado o
pastelería. Del pan depende en buena parte la consistencia final del postre, y también el sabor.
A partir de ahí, los hay quienes prefieren bañar la torrija en vino en lugar de leche, los que aderezan
la torrija con miel, los que utilizan almíbar con limón o naranja, los que prefieren simplemente la
canela y el azúcar…
Una receta
A continuación le propongo una sencilla receta al estilo casero, de torrijas de leche bañadas en almíbar:
Ingredientes
Una barra de pan (preferiblemente duro, de dos días)
Azúcar
Leche
Canela en rama
Corteza de limón y/o naranja (también puede usarse el zumo)
Huevos
Aceite
Preparación
Cortar el pan en rebanadas con un grosor de unos 2 cm. cada una.
Calentar la leche con una rama de canela y una corteza de limón. Dejar enfriar.
Mojar las rebanadas de pan en la leche, hasta que se ablanden.
Rebozar las rebanadas en los huevos batidos, y después freírlas en aceite hasta que se doren por ambos lados.
Según salgan las torrijas de la sartén, echarles canela y azúcar al gusto por los dos lados, para que cojan el sabor.
Colocar las torrijas en una fuente y verter el almíbar por encima. Servir frías.
Preparación del almíbar: En un cazo poner 3 tazas de agua, ¼ de azúcar, una ramita de canela y cortezas
o zumo de limón y/o naranja. Dejar cocer unos 15 minutos.
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