ADRIANA GIBBS
Mesa para 5 en El Cine
Cinco comensales van a un restaurante, pagan y evalúan.
REvista Estampas de "El Universal" por ADRIANA GIBBS | imagen: WWW.SHUTTERSTOCK.COM |
DOMINGO 21 DE SEPTIEMBRE DE 2014
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Amplio, integrado por varios ambientes modernamente decorados. Agradable y con adecuada iluminación. Podría decirse que es un lugar de carácter femenino por su atmósfera, su carta de cocteles junto a un menú de bocados de ligereza.
Al sentarse a la mesa llega el menú en una tablet amable de manejar. Hay variedad de opciones (servidas en platos pequeños) que invitan a los comensales a probar un poco de todo.
Bajo el concepto de comida para compartir, traído de otros países, ofrecen tartares, cebiches, tex-mex, makis, temakis y nigiris, entre otros. Gustaron los dátiles rellenos y el sushi. Los platos llegaron en los tiempos correctos y bien presentados.
El servicio, a cargo de jóvenes sin formación en el oficio, es marcadamente impersonal. Poco atento y distante (nadie, por ejemplo, se acercó a preguntar qué nos había parecido la comida). Para el agua, el vino y el pago de la cuenta, entre otras necesidades, el cliente tiene que estar detrás del personal y sus encargados. Parecieran acostumbrados a la clientela que se conforma con "comer ambiente".
La carta de vinos es escasa y no se corresponde con el menú. A esto se suma el hecho de no tener algunos de los vinos que proponen en la carta (otro detalle: enfrían las copas de espumoso en la nevera y así llegan a la mesa). No ofrecen servicio de descorche.
Se advierte: precios muy altos. Su relación calidad-precio deja mucho que desear.
Fortalezas: Su decoración, algunos de sus platos y su variada coctelería. Que tengan valet parking se agradece en El Hatillo.
Debilidades: El servicio y la atención al comensal requieren afinarse. La carta de vinos y destilados debería ofrecer más opciones.
Coordenadas: El Hatillo, Calle Comercio, entre Sucre y Bella Vista (frente a la Plaza Sucre).
Consumo promedio por persona: Bs 3.000.
Puntuación (del 1 al 10):
Al sentarse a la mesa llega el menú en una tablet amable de manejar. Hay variedad de opciones (servidas en platos pequeños) que invitan a los comensales a probar un poco de todo.
Bajo el concepto de comida para compartir, traído de otros países, ofrecen tartares, cebiches, tex-mex, makis, temakis y nigiris, entre otros. Gustaron los dátiles rellenos y el sushi. Los platos llegaron en los tiempos correctos y bien presentados.
El servicio, a cargo de jóvenes sin formación en el oficio, es marcadamente impersonal. Poco atento y distante (nadie, por ejemplo, se acercó a preguntar qué nos había parecido la comida). Para el agua, el vino y el pago de la cuenta, entre otras necesidades, el cliente tiene que estar detrás del personal y sus encargados. Parecieran acostumbrados a la clientela que se conforma con "comer ambiente".
La carta de vinos es escasa y no se corresponde con el menú. A esto se suma el hecho de no tener algunos de los vinos que proponen en la carta (otro detalle: enfrían las copas de espumoso en la nevera y así llegan a la mesa). No ofrecen servicio de descorche.
Se advierte: precios muy altos. Su relación calidad-precio deja mucho que desear.
Fortalezas: Su decoración, algunos de sus platos y su variada coctelería. Que tengan valet parking se agradece en El Hatillo.
Debilidades: El servicio y la atención al comensal requieren afinarse. La carta de vinos y destilados debería ofrecer más opciones.
Coordenadas: El Hatillo, Calle Comercio, entre Sucre y Bella Vista (frente a la Plaza Sucre).
Consumo promedio por persona: Bs 3.000.
Puntuación (del 1 al 10):
Evaluación de 1 a 10
De 1 a 2: Con carencias
De 3 a 5: Aceptable, pero irregular
De 6 a 7: Bueno, recomendable
De 8 a 10: Muy bueno
De 3 a 5: Aceptable, pero irregular
De 6 a 7: Bueno, recomendable
De 8 a 10: Muy bueno
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