El inmigrante que llegó para quedarse
"Diablitos", como se bautizó a la venezolana, fue creado en Boston en 1868 y llegó a las mesas venezolanas en 1896 para quedarse
Llegó a Puerto Cabello en febrero de 1896 para instalarse en las mesas venezolanas desde entonces. Se llamaba Underwood Deviled Ham, pero aquí, desde el primer aviso, se le adoptó a la venezolana como Diablitos.
Superar un siglo en los anaqueles de un país y llegar a los 118 años es un logro que merece honrarse. Por ello, en General Mills decidieron conmemorarlo con un libro -El inmigrante que transformó la mesa del venezolano-- donde comparten cómo este producto se alió a la arepa y se quedó en el gusto y los hábitos locales.
Lo crearon en Boston en 1868, "basado en una receta secreta que lo ha hecho famoso y que incluye, entre otros, los siguientes ingredientes: carne deshuesada de cerdo, diferentes especias, salsa picante, pimienta de cayena, mostaza de Dijon y pedacitos de pimentones picantes", recuerdan en esta publicación y mencionan que, según se cree, fue Joaquín Crespo quien luego de probarlo en Nueva York, donde renegociaba la deuda externa de Venezuela, quiso que se exportara.
Aquí, inicialmente, fue adoptado entre los productos más encumbrados al lado del caviar ruso, el salmón de Noruega y las trufas, pero pronto se desprendería de esa imagen y se popularizó en las mesas. En los años sesenta se comenzó a elaborar en Venezuela, en Cagua para ser precisos, asumiendo su bautismo criollo: Diablitos Underwood. Ahora estrenan campaña y esta publicación que ofrecerán a la venta a partir de octubre.
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