Vinos de alto vuelo
Las aerolíneas eligen sus etiquetas de lujo para servir en clase ejecutiva
Desde Dom Pérignon hasta un grand cru de Saint-Emilion, las cartas de vino de las clases ejecutivas ofrecen algunos de los más prestigiosos y onerosos vinos y espumantes, con el objetivo de atraer a los pasajeros de más alto poder adquisitivo.
Emirates, por ejemplo, lleva invertidos más de 500 millones de dólares en vinos de lujo; en su cava privada situada en la Borgoña, Francia, guarda más de 1,2 millones de botellas, muchas de las cuales recién serán puestas a bordo a partir de 2020. El año pasado, algunas de sus rutas ofrecían icónicas etiquetas, como Château Lafite o Château Mouton-Rothschild.
Esa búsqueda por destacarse a través de las cartas de vinos de lujo se verifica en la existencia de certámenes en los que se evalúan los vinos que las aerolíneas ofrecen a bordo. En la última edición de Cellars in the Sky, organizado por la revista Business Traveller, British Airways resultó ser la principal ganadora, al obtener cuatro medallas doradas: Mejor Vino Tinto en Primera Clase; Mejor Vino Blanco en Business; Mejor Bodega en Business y, el más destacado de todos, Mejor Bodega a Bordo.
La revista de turismo de lujo inglesa Condé Nast Traveller, por su parte, dio a conocer su propio ranking. Para ello recurrió a un panel de expertos que otorgó a Emirates el primer puesto en virtud de la curaduría de sus cartas de vinos. El segundo lugar lo obtuvo Singapore Airlines –conocida por ofrecer en Primera una selección de champagne que incluye Dom Pérignon y Krug Grand Cuveé–, seguido por American Airlines, Qatar Airways y Etihad Airways, con una mención para KLM por su buen gusto en la selección de vinos jóvenes.
La elección de las etiquetas que cada aerolínea sube a sus aviones no sólo implica un trabajo arduo –para la última carta de vinos de American, por ejemplo, se evaluaron casi 5000 muestras–, sino que debe tener en cuenta factores que no entran en juego cuando se piensa en vinos que serán descorchados en tierra firme.
En vuelo, la altura y la presurización de la cabina dan lugar a un microclima que modifica la forma en que percibimos los aromas y los sabores. “La cabina presurizada y la baja humedad pueden producir deshidratación y reducen el sentido del gusto. Por eso hay ciertos componentes en el vino que cumplen un rol importante a la hora de seleccionar los más adecuados para las alturas”, explica Héctor Vergara, primer Master Sommelier de América latina, que participa de las catas que se realizan todos los años para seleccionar los vinos que se descorcharán en las clases ejecutivas de LAN y TAM.
“En general, los taninos se potencian y la astringencia aumenta, e incluso aparecen sabores amargos y se resaltan las durezas. Por el contrario, la acidez del vino, el frescor y la vivacidad, junto al aspecto frutal, realzan una percepción positiva –explica Vergara–. El alto grado alcohólico no ayuda mucho en estas circunstancias, pero sí que las temperaturas de los tintos sean bajas en los vuelos”.
Aun así, agrega el sommelier chileno, “yo diría que un buen vino, equilibrado y armonioso en tierra firme, también debería serlo en las alturas. En cuanto a los espumantes, son ideales por su vivacidad y por su baja graduación alcohólica”.
Cuenta Vergara que “a partir de abril, en nuestras cartas de vinos de LAN y TAM sólo tendremos vinos chilenos y argentinos”. La presencia de vinos argentinos en las aerolíneas del mundo es cada vez más visible, lo que colabora con su difusión a nivel global. “Tener nuestros vinos a bordo en las clases ejecutivas nos ofrece una vidriera importante para una bodega como Norton, que tiene presencia en 65 países, pero también para la Argentina”, afirma Diego Surazsky, gerente de exportaciones de Norton, que recientemente confirmó la presencia de su malbec Norton Privada en Business de todos los vuelos de LAN y TAM, así como también en sus lounges en aeropuertos.
Norton Privada ya se bebe en Business de Turkish Airlines, mientras que Luftansa ofrece el Reserva Malbec de esta bodega que incluso desarrolló una línea especial para servirse en las clases ejecutivas de KLM: el chardonnay Van Gogh 125 Years Inspiration.
¿Qué otros vinos argentinos de alta gama surcan hoy los cielos del mundo? Catena Alta Chardonnay, de Catena Zapata, está a bordo de Delta Airlines, TAM, LAN y American Airlines; también habrá vinos de la bodega en British Airways y Swiss Airlines. Zuccardi, por su parte, pondrá a volar su Santa Julia Reserva Cabernet Sauvignon y su Serie A Malbec en United y su Santa Julia Magna en Delta.
Este año, Qatar subirá a bordo los vinos de alta gama Finca Las Palmas, de Trapiche, mientras que en British se bebe el salteño Don David Reserva Malbec. “En un mundo cada vez más globalizado, estar presente en aerolíneas nos da una oportunidad de internacionalidad y visibilidad”, concluyó Javier Brea, Corporate Regional Manager de Bodega El Esteco.
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