El nacional 6 DE MARZO 2016 - 12:01 AM
En la columna de la semana pasada hablamos del factor clima, enfocado en el efecto de las lluvias, como factor limitante en la selección de una zona de viñedos para vino; entendiéndose que para el desarrollo sano de la vid en condiciones tropicales es imprescindible seleccionar zonas áridas, donde se presentan temperaturas adecuadas para el desarrollo de la vid todo el año.
Dentro del factor clima, desarrollaremos el efecto de las temperaturas diurnas y nocturnas sobre la calidad de las uvas producidas. En condiciones tropicales, donde no existen las cuatro estaciones climáticas, las temperaturas del ambiente dependen casi exclusivamente de la altitud sobre el nivel del mar; sin embargo en Venezuela por encontrarse entre 10 y 11 ° de Latitud Norte, ocurre además un pequeño efecto de los inviernos y veranos del norte, produciéndose temperaturas más frescas entre los meses de Octubre a Febrero y ligeramente más altas entre los meses de Marzo a Septiembre.
Si deseamos uvas de alta calidad para la elaboración de vino, debemos seleccionar para el viñedo, zonas áridas donde ocurran días cálidos (no excesivos) y noches frescas. Durante el día, con temperaturas no mayores de 32 °C, el proceso de fotosíntesis ocurre eficientemente, produciéndose alta cantidad de azúcares como glucosa y fructosa, compuestos aromáticos, polifenoles y compuestos tánicos y estructurales; luego durante la noche, con temperaturas por debajo de 26 °C, la planta mantiene un proceso de respiración a una tasa baja, reduciéndose el consumos de dichos compuestos, lo que permite su mayor almacenamiento de en las uvas. La riqueza de las uvas en estos elementos de bondad es fundamental para la elaboración de vinos con características relevantes de calidad.
Es así que en Venezuela, para cultivar la vid para vino, se prefieren zonas áridas relativamente altas, las cuales son fácilmente ubicables en el estado Lara, por encontrarse entre 450 y 1.100 metros de altitud sobre el nivel del mar, donde las temperaturas máximas del día se mantienen entre 26 y 34 °C, y las mínimas que ocurren en la madrugada, entre 18 y 20 °C respectivamente.
En estas zonas, las cantidades de luz y radiación solar son suficientes y adecuadas para la vid, favoreciéndose el desarrollo de dos ciclos vegetativos con un excelente proceso de maduración, lo que incide favorablemente en la calidad de las uvas y de sus vinos.
En la columna de la semana pasada hablamos del factor clima, enfocado en el efecto de las lluvias, como factor limitante en la selección de una zona de viñedos para vino; entendiéndose que para el desarrollo sano de la vid en condiciones tropicales es imprescindible seleccionar zonas áridas, donde se presentan temperaturas adecuadas para el desarrollo de la vid todo el año.
Dentro del factor clima, desarrollaremos el efecto de las temperaturas diurnas y nocturnas sobre la calidad de las uvas producidas. En condiciones tropicales, donde no existen las cuatro estaciones climáticas, las temperaturas del ambiente dependen casi exclusivamente de la altitud sobre el nivel del mar; sin embargo en Venezuela por encontrarse entre 10 y 11 ° de Latitud Norte, ocurre además un pequeño efecto de los inviernos y veranos del norte, produciéndose temperaturas más frescas entre los meses de Octubre a Febrero y ligeramente más altas entre los meses de Marzo a Septiembre.
Si deseamos uvas de alta calidad para la elaboración de vino, debemos seleccionar para el viñedo, zonas áridas donde ocurran días cálidos (no excesivos) y noches frescas. Durante el día, con temperaturas no mayores de 32 °C, el proceso de fotosíntesis ocurre eficientemente, produciéndose alta cantidad de azúcares como glucosa y fructosa, compuestos aromáticos, polifenoles y compuestos tánicos y estructurales; luego durante la noche, con temperaturas por debajo de 26 °C, la planta mantiene un proceso de respiración a una tasa baja, reduciéndose el consumos de dichos compuestos, lo que permite su mayor almacenamiento de en las uvas. La riqueza de las uvas en estos elementos de bondad es fundamental para la elaboración de vinos con características relevantes de calidad.
Es así que en Venezuela, para cultivar la vid para vino, se prefieren zonas áridas relativamente altas, las cuales son fácilmente ubicables en el estado Lara, por encontrarse entre 450 y 1.100 metros de altitud sobre el nivel del mar, donde las temperaturas máximas del día se mantienen entre 26 y 34 °C, y las mínimas que ocurren en la madrugada, entre 18 y 20 °C respectivamente.
En estas zonas, las cantidades de luz y radiación solar son suficientes y adecuadas para la vid, favoreciéndose el desarrollo de dos ciclos vegetativos con un excelente proceso de maduración, lo que incide favorablemente en la calidad de las uvas y de sus vinos.
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