Nutriterapia contra el cáncer
Contra el cáncer de mama ayudan las coles y el té verde, entre otros alimentos
Todas las crucíferas, como brócoli, coliflor, repollo y repollitos de Bruselas ayudan a prevenir tumores mamarios CORTESÍA
GIULIANA CHIAPPE | EL UNIVERSAL
lunes 3 de noviembre de 2014 12:00 AM
La alimentación es una gran aliada para prevenir el cáncer. Su importancia ha sido ampliamente difundida y estudiada por diferentes científicos y refrendada por diversos estudios.
Uno de estos investigadores es Richard Beliveau, médico y bioquímico de la Universidad de Québec, en Canadá, quien planteó su teoría en Los alimentos contra el cáncer que escribió con Denis Gringas, especialista en oncología del hospital Sainte Justine, de Montreal.
Beliveau considera que la importancia clave de la alimentación en el cáncer se debe a que ciertas frutas, verduras y especias aportan al organismo moléculas antiogénicas que impiden que las células malignas creen nuevos vasos sanguíneos y se diseminen. Por tanto, dice, que "el consumo regular de fruta y verdura equivale a una quimioterapia preventiva, que impide a los microtumores llegar a un estadio con consecuencias patológicas". A este proceso lo denomina nutriterapia.
Para combatir el cáncer de mama, de los más frecuentes en mujeres y cuya lucha se conmemoró durante todo octubre, Beliveau nombra, entre los alimentos poderosos para prevenirlo, las verduras crucíferas. Es decir, las coles como el brócoli, el repollo, la coliflor y los repollitos de Bruselas.
"Un estudio reveló que las mujeres chinas que consumen más crucíferas tienen la mitad de riesgo de contraer cáncer de mama que las que consumen poca o ninguna", escribió el médico canadiense. También añadió: "Otro estudio realizado en 5 mil suecas indica que el consumo de una o dos raciones de crucíferas al día se asocia a disminución de 40 % de sufrir cáncer de mama".
Según Beliveau, la soya (en tofu, leche, miso, salsa o habas) parece ser gran aliada de las postmenopáusicas. "Datos de un estudio en Singapur mostraron que las mujeres postmenopáusicas que consumían más de 55 gramos al día corrían dos veces menos riesgo de cáncer de mama que las que consumían menos de 20 gramos".
Sin embargo, la soya es un arma de doble filo porque, según este médico, si se padece cáncer de mama o se está en remisión, porque se sospecha que las isoflavonas de soya podrían interactuar con el receptor de estrógeno para favorecer el desarrollo de tumores.
Otras investigaciones a las que se refiere Beliveau han sugerido que el té verde, infusionado por lo menos durante cinco minutos en agua caliente para que libere suficientes polifenoles, inhibe el crecimiento de varias líneas celulares cancerosas, entre ellas la de mama. Se cree que tiene una acción extremadamente potente sobre el proceso de angiogénesis de los tumores, es decir, impide que formen nuevos vasos sanguíneos para poder crecer.
Uno de estos investigadores es Richard Beliveau, médico y bioquímico de la Universidad de Québec, en Canadá, quien planteó su teoría en Los alimentos contra el cáncer que escribió con Denis Gringas, especialista en oncología del hospital Sainte Justine, de Montreal.
Beliveau considera que la importancia clave de la alimentación en el cáncer se debe a que ciertas frutas, verduras y especias aportan al organismo moléculas antiogénicas que impiden que las células malignas creen nuevos vasos sanguíneos y se diseminen. Por tanto, dice, que "el consumo regular de fruta y verdura equivale a una quimioterapia preventiva, que impide a los microtumores llegar a un estadio con consecuencias patológicas". A este proceso lo denomina nutriterapia.
Para combatir el cáncer de mama, de los más frecuentes en mujeres y cuya lucha se conmemoró durante todo octubre, Beliveau nombra, entre los alimentos poderosos para prevenirlo, las verduras crucíferas. Es decir, las coles como el brócoli, el repollo, la coliflor y los repollitos de Bruselas.
"Un estudio reveló que las mujeres chinas que consumen más crucíferas tienen la mitad de riesgo de contraer cáncer de mama que las que consumen poca o ninguna", escribió el médico canadiense. También añadió: "Otro estudio realizado en 5 mil suecas indica que el consumo de una o dos raciones de crucíferas al día se asocia a disminución de 40 % de sufrir cáncer de mama".
Según Beliveau, la soya (en tofu, leche, miso, salsa o habas) parece ser gran aliada de las postmenopáusicas. "Datos de un estudio en Singapur mostraron que las mujeres postmenopáusicas que consumían más de 55 gramos al día corrían dos veces menos riesgo de cáncer de mama que las que consumían menos de 20 gramos".
Sin embargo, la soya es un arma de doble filo porque, según este médico, si se padece cáncer de mama o se está en remisión, porque se sospecha que las isoflavonas de soya podrían interactuar con el receptor de estrógeno para favorecer el desarrollo de tumores.
Otras investigaciones a las que se refiere Beliveau han sugerido que el té verde, infusionado por lo menos durante cinco minutos en agua caliente para que libere suficientes polifenoles, inhibe el crecimiento de varias líneas celulares cancerosas, entre ellas la de mama. Se cree que tiene una acción extremadamente potente sobre el proceso de angiogénesis de los tumores, es decir, impide que formen nuevos vasos sanguíneos para poder crecer.
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