Cinco datos poco conocidos de la leche
Tomarla en exceso puede traer problemas de salud, no tomarla hace que se te debiliten los huesos, entre otros
Un estudio publicado la semana pasada en el British Medical Journal sugirió que una alta ingesta de leche en mujeres y hombres no se acompaña con un menor riesgo de fractura.
Este dato reabrió el debate sobre el consumo de leche.
El hombre es la única especie que bebe leche en la edad adulta.
Según Jesús Román, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, el ser humano toma lácteos porque se ha acostumbrado a ello en una evolución de miles de años.
El hombre comenzó a tomar leche de vaca cuando abandonó su vida nómada y empezó a cultivar la tierra para alimentarse y alimentar a sus animales.
Como ser racional es la única especie que tiene un dominio sobre lo que come y elige comer de acuerdo con lo que necesita.
En el caso de la leche, el hombre eligió tomar leche de vaca porque encontró en ella un alimento completo.
El consumo de la leche produce caries
En opinión del experto español, esta afirmación es "absurda".
"Precisamente el interés del lácteo en la dieta del ser humano es la riqueza en calcio. Es uno de los elementos clave para la formación del hueso y del diente también".
De hecho, algunos lácteos como los quesos sabemos que si se mastican después de comer, como postre, disminuye la incidencia de caries", añadió.
"No sólo no es verdad este mito, sino que está equivocado", concluyó.
Además, la Organización Mundial de la Salud reconoce el papel específico de los lácteos en la prevención de caries.
Niños menores de un año deben evitar beber leche de vaca
Es verdad que los pediatras recomiendan que los niños menores de 1 año no tomen leche de vaca debido a que la proteína y la grasa de la leche de vaca son más difíciles de absorber para un niño.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la leche de vaca no contiene suficiente hierro y ácido fólico para satisfacer las necesidades de los infantes.
Según Jesús Román "la deseable, hasta los seis meses de edad es la materna y a partir de ahí una leche adaptada".
"En épocas de hambre, niños muy pequeños han tomado lo que había, leche de vaca, de cabra, de oveja o lo que había disponible, pero desde luego no está adaptada a su aparato digestivo y puede provocarles alteraciones digestivas", explicó.
La leche ayuda a combatir la osteoporosis
La osteoporosis es una enfermedad en la cual los huesos se hacen más frágiles y susceptibles a las fracturas.
Una dieta bien balanceada, incorporando minerales y vitaminas de diferentes grupos alimenticios es fundamental para tener unos huesos saludables.
"Alcanzar los niveles suficientes de calcio en nuestra dieta sigue siendo un elemento básico para reducir la incidencia de osteoporosis", dijo Román.
"No podemos decir a la gente que no tome una fuente de calcio tan buena como son los productos lácteos en general, no sólo la leche, porque estaríamos reduciendo la manera de enfrentar la osteoporosis que es un problema cada vez más grave porque las personas cada vez viven más".
Según el experto, el índice de mortalidad en las mujeres mayores por osteoporosis supera al de cáncer de mama, por lo que "no podemos recomendar que no se utilice una fuente como los lácteos que sabemos favorece la calcificación de los huesos".
La leche engorda
"En el mundo no engorda nada, salvo que se tome en exceso", afirmó rotundamente el experto español.
"Una persona necesita unas calorías diarias. Si se superan se almacenan como grasa. Da igual que se haga a través de la leche o de cualquier otro alimento", dijo.
Según Román, "una dieta normal, con las cantidades adecuadas de calorías, ni engorda ni adelgaza".
El que una persona engorde "dependerá de lo que una persona coma y se mueva. No se puede echar la culpa a la leche que en general tiene poco valor calórico", concluyó.
Según la FAO, la leche y los productos lácteos pueden ser importantes en la diversificación de la dieta.
Son ricos en nutrientes y proporcionan proteínas de alta calidad y micronutrientes en una forma de fácil absorción que puede beneficiar tanto a las personas vulnerables nutricionalmente y personas saludables cuando se consumen en cantidades adecuadas.
Este dato reabrió el debate sobre el consumo de leche.
El hombre es la única especie que bebe leche en la edad adulta.
Según Jesús Román, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, el ser humano toma lácteos porque se ha acostumbrado a ello en una evolución de miles de años.
El hombre comenzó a tomar leche de vaca cuando abandonó su vida nómada y empezó a cultivar la tierra para alimentarse y alimentar a sus animales.
Como ser racional es la única especie que tiene un dominio sobre lo que come y elige comer de acuerdo con lo que necesita.
En el caso de la leche, el hombre eligió tomar leche de vaca porque encontró en ella un alimento completo.
El consumo de la leche produce caries
En opinión del experto español, esta afirmación es "absurda".
"Precisamente el interés del lácteo en la dieta del ser humano es la riqueza en calcio. Es uno de los elementos clave para la formación del hueso y del diente también".
De hecho, algunos lácteos como los quesos sabemos que si se mastican después de comer, como postre, disminuye la incidencia de caries", añadió.
"No sólo no es verdad este mito, sino que está equivocado", concluyó.
Además, la Organización Mundial de la Salud reconoce el papel específico de los lácteos en la prevención de caries.
Niños menores de un año deben evitar beber leche de vaca
Es verdad que los pediatras recomiendan que los niños menores de 1 año no tomen leche de vaca debido a que la proteína y la grasa de la leche de vaca son más difíciles de absorber para un niño.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la leche de vaca no contiene suficiente hierro y ácido fólico para satisfacer las necesidades de los infantes.
Según Jesús Román "la deseable, hasta los seis meses de edad es la materna y a partir de ahí una leche adaptada".
"En épocas de hambre, niños muy pequeños han tomado lo que había, leche de vaca, de cabra, de oveja o lo que había disponible, pero desde luego no está adaptada a su aparato digestivo y puede provocarles alteraciones digestivas", explicó.
La leche ayuda a combatir la osteoporosis
La osteoporosis es una enfermedad en la cual los huesos se hacen más frágiles y susceptibles a las fracturas.
Una dieta bien balanceada, incorporando minerales y vitaminas de diferentes grupos alimenticios es fundamental para tener unos huesos saludables.
"Alcanzar los niveles suficientes de calcio en nuestra dieta sigue siendo un elemento básico para reducir la incidencia de osteoporosis", dijo Román.
"No podemos decir a la gente que no tome una fuente de calcio tan buena como son los productos lácteos en general, no sólo la leche, porque estaríamos reduciendo la manera de enfrentar la osteoporosis que es un problema cada vez más grave porque las personas cada vez viven más".
Según el experto, el índice de mortalidad en las mujeres mayores por osteoporosis supera al de cáncer de mama, por lo que "no podemos recomendar que no se utilice una fuente como los lácteos que sabemos favorece la calcificación de los huesos".
La leche engorda
"En el mundo no engorda nada, salvo que se tome en exceso", afirmó rotundamente el experto español.
"Una persona necesita unas calorías diarias. Si se superan se almacenan como grasa. Da igual que se haga a través de la leche o de cualquier otro alimento", dijo.
Según Román, "una dieta normal, con las cantidades adecuadas de calorías, ni engorda ni adelgaza".
El que una persona engorde "dependerá de lo que una persona coma y se mueva. No se puede echar la culpa a la leche que en general tiene poco valor calórico", concluyó.
Según la FAO, la leche y los productos lácteos pueden ser importantes en la diversificación de la dieta.
Son ricos en nutrientes y proporcionan proteínas de alta calidad y micronutrientes en una forma de fácil absorción que puede beneficiar tanto a las personas vulnerables nutricionalmente y personas saludables cuando se consumen en cantidades adecuadas.
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