Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

lunes, 17 de noviembre de 2014

Reabre el Bar Británico, donde escribió Sábato y filmó Coppola en Argentina...Bar literario ciento por ciento, se dice que Ernesto Sabato escribió partes esenciales de Sobre héroes y tumbas sentado en algún rincón y, a juzgar por los vagabundeos que sus personajes acometen por las entrañas del Parque, ha de ser cierto. El poeta Néstor Perlongher bautizó una obra suya Parque Lezama, implicando en el título al Parque y al cubano José Lezama Lima, padre del barroco latinoamericano. Por las mesas del Británico se suele ver al escritor y flamante subdirector de la BibliotecaNacional, Horacio González, y al bandoneonista Rodolfo Mederos. También, cuando era vecino de la zona, a Fito Páez. Se extraña el violín loco que el malogrado Jorge Pinchevsky solía desenvainar en medio del bar, para sorpresa y alegría de los parroquianos. En la gran mesa pegada al baño de hombres, unos habitúes históricos juegan al ajedrez con la concentración de los profesionales. El tiempo parece suspendido. Cambian los cuerpos, las ropas, los peinados, pero la boiserie continúa incólume. El mozo Manolo, un auténtico holograma ibérico, permanece firme como un centinela todas las madrugadas y a eso de las seis pone las sillas culo para arriba. Los manteles verdes y rojos siguen tendidos prolijamente en el reservado, y es allí donde un invisible querubín bendice el impulso de un pibe mientras toma por primera vez la mano de una rubiecita. Un 29 pasa a mil por Defensa, alborotando a las palomas.

Noticias24 Panama

(Buenos Aires, 10 de noviembre. AFP) – El bohemio Bar Británico de Buenos Aires revivió este lunes con los recuerdos de los soldados ingleses de la I Guerra Mundial que ocuparon sus mesas y rincones, donde escribió Ernesto Sábato y filmóFrancis Ford Coppola.
Nuevos dueños lograron reabrir en el legendario barrio de San Telmo este antiguo “cafetín”, como le dicen los argentinos al lugar de encuentro para charlas interminables, fiestas y soledades, alrededor de una taza de café o una simple copita de licor.
Coppola lo eligió entre las locaciones de su películaTetro, igual que el cineasta brasileño Walter Salles lo hizo para Diarios de motocicleta
“Abrimos a las 10 de la mañana y se llenó de gente del barrio que esperaba el regreso, con el mismo mobiliario y sus 30 históricas mesas”, dijo a la AFP uno de los encargados que prefirió mantenerse anónimo, como tantos de los parroquianos.
El bar está enclavado en una esquina frente al Parque Lezama, que fue uno de los jardines más lujosos de la urbe y hoy cobija al Museo Histórico Nacional y al monumento al colonizador Pedro de Mendoza.
Historiadores afirman que en estos terrenos que comparte el Bar Británico nació la primera Santa María de los Buenos Ayres en 1536 hasta que fue arrasada por los indios y refundada en 1580 por Juan de Garay.
El bar y su entorno parecen ser una metáfora de Argentina, destruida y reconstruida, cerrada y reabierta tantas veces, que se resiste a morir.
Bautizado La Cosechera a principios del siglo XX, se le dio su actual nombre en homenaje a excombatientes ingleses de la primera guerra que lo frecuentaban, mientras residían en Buenos Aires y trabajaban en los ferrocarriles.
En sus mesas, escribió el argentino Sábato, Premio Cervantes de Literatura, las páginas de “Sobre héroes y tumbas”, su novela más celebrada.
El norteamericano Coppola lo eligió entre las locaciones de su película Tetro(2009), igual que el cineasta brasileño Walter Salles lo hizo para Diarios de motocicleta (2004), la epopeya del primer viaje latinoamericano del revolucionario argentino Ernesto ‘Che’ Guevara, interpretado por el mexicano Gael García Bernal.
Durante la Guerra de Malvinas entre Argentina y el Reino Unido en 1982, la fiebre bélica forzó cambios de nombres y la histórica farmacia Franco-Inglesa se llamó La Franco a secas y la Torre de los Ingleses en el barrio de Retiro pasó a ser Fuerza Aérea Argentina.
Al cafetín de San Telmo le pusieron el cartel de Bar Tánico, para disimular, pero los fantasmas no dejaron de deambular y volvieron un lunes de primavera en noviembre de 2014.

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