En el restaurante Venezuela Nutritiva se cambia el azúcar por papelón
El local del gobierno ofrece platos bajos en sal y sin azúcar para promover la sana alimentación
En el restaurante Venezuela Nutritiva, que abrió el gobierno hace un mes frente a la Catedral de Caracas, no se come azúcar, ni grasa. Los chefs, formados en la Escuela Venezolana de Alimentación Nutritiva, preparan las comidas a la plancha, asadas, guisadas o sancochadas y el azúcar es sustituido por el papelón. Es el tercero de un grupo locales abiertos por el gobierno, para promover la buena alimentación. En dos restaurantes en Guárico y en el de Caracas se ofrece a los comensales desayunos y almuerzos criollos, sanos y económicos.
“La semana pasada mi hermano y yo desayunamos y no pagamos ni 100 bolívares. La comida aquí es muy buena, sin grasa”, aseguró Natacha Mujica.
En el desayuno criollo, por ejemplo, la carne mechada y las caraotas no son las protagonistas. El popular plato se ha hecho conocer por sus arepas elaboradas con harina de maíz que, al mezclarse con zanahorias ralladas, remolachas o espinacas, las pintan de color amarillo, morado o verde.
La carta de bebidas advierte al visitante que los jugos que allí se preparan aportan el 8% de las calorías que se requiere cada día. En ese menú hay infusiones y batidos, servidos a toda hora, pero también se hallan cócteles como mojitos, caipirinhas, piñas coladas y uno bautizado como 4F, cuya receta se reservan los encargados como si fuera un secreto de Estado.
Al mediodía, el local con capacidad para albergar a alrededor de 140 personas, se abarrota de gente ansiosa de asirse con uno de los platos cuyo costo máximo es de 150 bolívares. Casi siempre toca esperar que alguna mesa esté vacía. Cada día se ofrecen seis o siete platos principales como chupe, pizca, pabellón criollo, carnes en vara, a la parrilla y estofados, con contornos como arroz integral, ensalada, auyama rellena y bolitas de plátano.
“Los chef son cuidadosos de las proporciones al preparar las comidas, así se cuida el sistema nutricional”, afirma el coordinador de compras de las Areperas Venezuela, Rafael Méndez.
Los ingredientes usados en el restaurante son de las redes Mercal y Pdval.
La buena dieta es promovida por los rostros de Bolívar, el presidente Hugo Chávez, Alí Primera y el Che Guevara, que decoran el local. Los ojos de Chávez vigilan la ingesta de calorías de los comensales en los salones Plaza Catedral y el Alambique. En una Nutritienda, aparte de mermeladas y otros condumios, también se ofrecen libros sobre el presidente fallecido, bolsos y souvenirs alusivos al gobierno nacional.
El Dato
Próximamente los comedores de San Martín, Quinta Crespo y la avenida Fuerzas Armadas serán transformados en nuevas sedes del restaurante Venezuela Nutritiva. El local del centro de Caracas abre de lunes a sábado de 8:00 am a 6:00 pm. Cuando la Ruta Nocturna de la Alcaldía de Caracas pasa por el casco histórico permanece abierto durante las noches.
Simonovis, spaghetti con diablitos
El nacional 17 DE NOVIEMBRE 2014 - 00:01
El artículo de hoy por estar alejado de la política, la injusticia, la ignominia y de todo aquello que hace infeliz a los humanos, es raro. Los protagonistas: la bella Bony y el feo comisario Iván Simonovis.
Junto con Laureano Márquez y otros buenos amigos, tuve el privilegio de visitar al comisario Simonovis, quien después de diez años de inimaginables sufrimientos separado de su familia, por fin, aunque continúa siendo injusto por ser inocente, le han dado casa por cárcel.
Increíble la seguridad alrededor de su hogar, pareciera que allí viviera Bin Laden. En una de las esquinas un pelotón armado de la Guardia Nacional; en la otra, en medio de la calle, miembros del Sebin; y dentro de su casa, más hombres vigilando a tan peligroso sujeto
En la cena nadie preguntó nada; hablamos de filosofía, historia, justicia, chistes banales y de culinaria. Podría afirmar que ese día conocí a la verdadera Bony Simonovis; mujer con guáramo que confesó que por estar tanto tiempo sin su marido, se acostumbró a hacer cosas de hombres, como ser la dueña del control remoto del televisor. A veces, en la madrugada, se asusta cuando se da cuenta de que Iván está durmiendo con ella
La historia de cómo se conocieron es insólita: a Bony le robaron su auto y fue a la policía a poner la denuncia. Allí, Iván la vio por primera vez. Para ese momento, Bony estaba comprometida y él divorciado, en teoría, un amor difícil; pero como no hay nada más sabroso que lo prohibido y peligroso, estos dos intrépidos se empataron.
—No hemos dado con el vehículo, pero… si quieres cenar en mi casa… mañana es el día del censo y todo estará cerrado…
Ella, acostumbrada a levantar un dedo y ver a cientos de hombres guapísimos y millonarios cumplir sus caprichos, aceptó ir al apartamento de un policía pobre en el centro de Caracas. Iván no imaginó que aquella catirota cenaría con él.
En la nevera solo había un trozo de pizza fosilizada con champiñones disecados y una cerveza.
—¿Y la cena?
—No te preocupes… ¿quieres una cervecita?
Él solo tenía un paquete de pasta, una olvidada lata de diablitos y margarina Nelly. Según Bony, esa fue la cena más romántica que le han preparado. Por esas cosas raras de la psiquis de las mujeres, el gesto de aquel hombre enamorado la enterneció.
Cinco meses después, el policía y la abogada, mandaron todo al diablito y a la pasta y se casaron.
Me consta que son felices y que no dudarían en volver a comer spaghetti con diablitos.
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