El miche claro y el calentado, tradición de raíces andinas
El "Miche" un aguardiente fuerte acostumbrado a beber en la región andina se obtiene en alambiques artesanales, por la fermentación de la panela (papelón) y luego destilado.
Se trata de la bebida típica de los Andes venezolanos. Muchos hogares en los pueblos andinos aún fabrican de manera artesanal este licor. Tiene la particularidad de aclarar la garganta y calentar el cuerpo en los páramos andinos.
Texto: Thayz Jaimes
Fotos: Richard Sayago
El miche claro o cachicamo, se ha convertido con el paso de los años en una bebida típica de los andes venezolanos. Este fuerte licor suele tomarse en los páramos andinos y es extraído de alambiques artesanales que abundan, como parte de la tradición, en zonas templadas como el Zumbador, la Grita y Pregonero, en el estado Táchira.
Luzmila Ramos, habitante de la aldea Santo Domingo, en el municipio Jáuregui del estado Táchira, ubicada a dos horas y media de la ciudad de San Cristóbal, dice que esta bebida caliente es muy buscada por quienes van de paseo a los pueblos andinos y en medio del frío paramero “piden un buen palo pal frío”.
Una tradición andina
Esta popular bebida es el resultado de la caña o el papelón fermentado que se aliña con hierbas aromáticas de acuerdo a las preferencias del cliente y es elaborada de manera artesanal en muchos hogares andinos.
Segundo Guerrero, quien lleva más de 25 años haciendo “miche andino”, dice que él aprendió el oficio gracias a un legado familiar que se ha trasmitido de una generación a otra.
“Yo toda la vida he sabido de alambiques y fermentar el guarapo o bueno el papelón o la panela como la llaman para luego ofrecer el michecito aliñado. En vacaciones es cuando sale mucho, porque vienen a los pueblos numerosos turistas que les gusta esta bebida típica que les caliente el cuerpo y el alma”, comenta Guerrero, en medio de su picardía andina.
Preparación
El proceso de preparación del aguardiente andino lleva su tiempo, pues es necesario que se logre la fermentación del papelón o la panela dure al menos una semana.
Luego de ese proceso la mezcla fermentada pasa a un alambique donde es aliñado con diversas hierbas aromáticas (clavitos, hinojo, guayabita) que se dejan cocinar a altas temperaturas y es lo que se le conoce como destilación, porque de allí es que sale finalmente el miche claro, también conocido en los andes venezolanos como Cachicamo.
Luis Mendoza, quien se dedica a vender esta bebida, específicamente en Peribeca, pintoresco pueblo del Táchira con sus bellas calles empedradas, narra que la elaboración de esta bebida se convirtió un negocio familiar que ha pasado de generación en generación, ya que saca entre 15 y 30 barriles diarios que no sólo vende a los turistas, sino que distribuye a otras partes del país, a través de pedidos y encargos que le hacen los clientes conocedores de esta bebida, que también es utilizada para hacer los famosos “miaitos”(cóctel de frutas a base de miche claro) que ofrecen en las casas para celebrar la llegada de un bebé.
Tips
De este licor se han creado con el tiempo derivaciones que terminaron siendo tan famosas como su ingrediente principal, pues con el miche claro se prepara el ponche crema, la mistela, los aguardientes aliñados, y el ya celebre calentadito andino.
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