Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

viernes, 11 de septiembre de 2015

Aunque muchas personas pasan horas en el gimnasio intentando quemar todas las calorías posibles, el sistema nervioso es "increíblemente hábil" para cambiar la forma en que nos movemos y gastar así la menor cantidad de energía, según un estudio publicado hoy en Cell Press Current Biology.

El sistema nervioso optimiza los movimientos para consumir pocas calorías

Aunque muchas personas pasan horas en el gimnasio intentando quemar todas las calorías posibles, el sistema nervioso es "increíblemente hábil" para cambiar la forma en que nos movemos y gastar así la menor cantidad de energía, según un estudio publicado

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El sistema nervioso es muy hábil (Archivo)
EL UNIVERSAL
jueves 10 de septiembre de 2015  05:21 PM
Madrid.- Aunque muchas personas pasan horas en el gimnasio intentando quemar todas las calorías posibles, el sistema nervioso es "increíblemente hábil" para cambiar la forma en que nos movemos y gastar así la menor cantidad de energía, según un estudio publicado hoy en Cell Press Current Biology.

"Descubrimos que la gente cambia con facilidad la manera de caminar -incluso algunas características de su marcha que han sido establecidas a lo largo de millones de pasos durante toda su vida- para ahorrar pequeñas cantidades de energía", señaló Max Donelan de la Universidad Simon Fraser de Canadá.

Esta idea es "totalmente coherente con el sentido de que la mayoría de nosotros prefiere hacer las cosas de la manera que cueste un menor esfuerzo, como cuando elegimos el camino más corto o preferimos estar sentados antes que de pie".

Con este estudio se proporciona, indico Donelan, "una base fisiológica para esta pereza, al demostrar que incluso con un movimiento tan bien ensayado como es caminar, el sistema nervioso supervisa de manera inconsciente el uso de energía y optimiza continuamente las pautas de movimiento buscando constante la forma más barata posible de moverse", reseñó Efe.

Sin embargo, la directora del estudio, Jessica Selinger, matizó que también hay un lado positivo y es que "detectar y optimizar, con tanta rapidez y precisión, la energía que se usa es una proeza impresionante del sistema nervioso. ¡Tienes que ser muy listo para ser perezoso!"

Los expertos querían entender por qué la gente se mueve de la manera que lo hace, teniendo en cuenta que hay numerosa maneras de ir desde un punto A a otro B y comprobar, hasta qué punto, el cuerpo puede adaptar sus movimientos basándose en datos fisiológicos que le llegan en tiempo real.

Para ello pidieron a un grupo de personas que caminasen mientras llevaban puesto un exoesqueleto robótico, lo que hacía más difícil que anduvieran de la manera en que solían hacerlo frente a adoptar otros movimientos.

Esta estrategia permitió a los investigadores comprobar si la gente puede detectar y optimizar, en tiempo real, el "coste" asociado a sus movimientos, y de hecho así era.

El experimento demostró que las personas adaptan, en cuestión de minutos, la frecuencia del paso para optimizar la energía, incluso aunque ese ahorro energético pueda ser menor del 5 %

Los investigadores planean ahora estudiar cuestiones relacionadas con cómo el cuerpo humano mide el coste energético asociado a formas particulares del movimiento.

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