En el vaso, con espuma y no taaan fría
La cerveza artesanal está hecha para saborearla con deleite, poco a poco, sin apuro. Así como hay bebidas que refrescan y alivian el calor y se toman en unos cuantos tragos, hay otras que satisfacen el paladar, son perfectas para conversar, comer e ideales para degustar.
por HERCILIA GARNICA | imagen: SHUTTERSTOCK | VIERNES 18 DE SEPTIEMBRE DE 2015
Algunos prefieren tomarla en la botella, incluso con trozos de hielo que la recubran, y los que la sirven en vaso lo inclinan un poco para evitar la espuma. No saben que de esa manera, según los maestros cerveceros, pierden una gran parte de la esencia de la birra, sobre todo de aquella que se prepara de forma artesanal.
Esa cerveza, que muchos la definen como el resultado de un proceso artístico, de una motivación más pasional que otra cosa, no puede tomarse muy fría, entre los 6 y 10 grados está bien, aunque la industrial esté perfecta en 3 grados. Debe servirse en vaso porque es importante apreciar el color, el aroma y la espuma. "La densidad de la espuma, dos dedos de grosor, aproximadamente, habla de la calidad de la cerveza y es importante dejarla porque protege los aromas y evita la oxidación", señala Alexander Jiménez, presidente de la Asociación de Cerveceros Artesanales de Venezuela.
"Cuando la cerveza se sirve muy fría se opaca toda la experiencia", insiste Jiménez, también productor de la marca artesanal y gourmet Norte del Sur.
En realidad tomar cerveza artesanal es una experiencia completamente diferente. La cerveza comercial, la que se consigue en las licorerías y en cualquier otro expendio de bebidas, se toma profusamente y cuando hace calor se toma más. La gente dice que los refresca y bajo esa excusa pueden "vaciarse" en poco tiempo muchas cajas de cerveza. La artesanal, en cambio, tiene otra función. Es una buena acompañante de la comida y los maestros cerveceros recomiendan degustarla, apreciarla, tomarla lentamente.
"La diferencia está en la función. La industrial refresca porque es ligera y con poco amargor. La artesanal, en cambio, tiene mucho más cuerpo, más aroma, es más amarga. Tiene tantos aromas que con una sola copa quedas satisfecho", refiere Harold Pérez, director de la Cerveza Cacri, acrónimo de Cerveza Artesanal Criolla.
Tomadores desinformados
Aunque Venezuela se ubica entre los 10 países con mayor consumo de cerveza, de acuerdo con un sondeo de la consultora Bonial, en el país hay muy poca cultura cervecera; es decir, se maneja muy poca información, afirma Pérez.
Acá se consumen 85,5 litros de la bebida cada año por persona y se ocupa el octavo lugar entre las 50 naciones que integran el estudio. A la cabeza de este ranking cervecero se ubica República Checa con 148,6 litros por persona al año, seguido de Austria con 107,8 litros anuales por persona y Alemania con 106,1 litros. Luego vienen Estonia (102,4), Polonia (98,5), Irlanda (98,3), Croacia (85,9), Venezuela (85,5), Finlandia (84,2) y Rumanía (83,2).
En efecto, se estima que 2% del consumo mundial de cerveza es artesanal y el resto lo acapara la producción industrial. Aún así, los que disfrutan de las bebidas a más baja escala aprecian la versatilidad, el aroma, el color y la apariencia de una bebida que cada día tiene más seguidores en Venezuela. Los que la disfrutan la combinan con mariscos, con arroces o postres.
Harold Pérez lo explica de esta manera: "Cuando te tomas una cerveza artesanal aprecias el color y la turbidez, característica que es muy importante porque los sedimentos que se ven son muy alimenticios, muy nutritivos, lo que la hace mucho más amigable para el estómago. Los grados de alcohol varían entre 3, 4 y 10".
Los interesados en conocer las bebidas que se están haciendo en el país pueden adquirirlas en algunos bodegones de Las Mercedes, El Hatillo, Alto Prado, Altamira y Bello Monte o comprarlas en tiendas virtuales especializadas comoCraft Beer Venezuela (@CraftbeerVe). También hay bares y restaurantes donde ya las ofrecen.
En este momento hay 109 productores en Venezuela que hacen cerveza artesanal. En la Asociación de Cerveceros Artesanales de Venezuela (Acav) incorporan a dos tipos de miembros: las personas naturales y entusiastas que estén trabajando en una propuesta de marca y los miembros asociados con una empresa ya constituida.
Alexander Jiménez refiere que la cerveza artesanal es un negocio de escala en el que hay que producir mucho. "Llega a ser rentable a ciertos niveles de producción. Creo que este es un negocio de pura pasión, solo te da para cubrir los costos".
La asociación está por cumplir dos años de creada, hay representación de casi todos los estados del país y dictan talleres a gente interesada en iniciarse en el mundo de la cerveza artesanal, que hace poco tuvo la primera ruta en el Teatro Teresa Carreño. En el evento, que se celebró el 7 y 8 de agosto, los visitantes tuvieron la oportunidad de degustar 100 tipos de cerveza ofrecidas por 31 productores participantes.
La gente respondió muy bien a la convocatoria y durante los dos días hubo enormes colas para comprar las birras que se hacen a menor escala. Alexander Jiménez agradeció el evento y aclaró que participaron como productores y que en ningún momento había la segunda intención de perjudicar a los empresarios de cervezas comerciales o de aliarse con el Gobierno.
Los estilos
En Venezuela se consiguen, básicamente, cervezas industriales rubias tipo Larger, como la Pilsen, que son refrescantes y ligeras, mientras que en el mundo artesanal predominan las Ale (Pale, Brown, Red, Amber, Pumpkin, Golden, Blond, Stout, IPA, ESB, Hefeweizen, Porter) y, en menor medida, las Larger.
Harold Pérez, director de la Cerveza Cacri, recuerda que tienen tres años en la producción de cerveza artesanal. Lo hacía por vocación, porque le gusta, y sus amigos y familiares la disfrutaban tanto que lo animaron a masificar la elaboración de birras en las que se nota el mestizaje, la mezcla. Él reconoce su enorme influencia americana, belga e inglesa.
"Yo me dedico a hacer cerveza para gente que disfruta de tomar cerveza, que la degusta, la aprecia. Esto es un arte", señala.
Hacen 12 estilos, entre las que hay cerveza de producción continua y de temporada: rubias, doradas, negras. La "No tan santa" la hacen en diciembre y lleva los mismos ingredientes de la torta negra. "No hay límite en el proceso creativo y eso hace la diferencia en la cerveza artesanal".
En este momento tienen tres formatos de presentación: sifón para eventos, botella espumante de 750 mililitros y el tercio de 333 mililitros.
Esa cerveza, que muchos la definen como el resultado de un proceso artístico, de una motivación más pasional que otra cosa, no puede tomarse muy fría, entre los 6 y 10 grados está bien, aunque la industrial esté perfecta en 3 grados. Debe servirse en vaso porque es importante apreciar el color, el aroma y la espuma. "La densidad de la espuma, dos dedos de grosor, aproximadamente, habla de la calidad de la cerveza y es importante dejarla porque protege los aromas y evita la oxidación", señala Alexander Jiménez, presidente de la Asociación de Cerveceros Artesanales de Venezuela.
"Cuando la cerveza se sirve muy fría se opaca toda la experiencia", insiste Jiménez, también productor de la marca artesanal y gourmet Norte del Sur.
En realidad tomar cerveza artesanal es una experiencia completamente diferente. La cerveza comercial, la que se consigue en las licorerías y en cualquier otro expendio de bebidas, se toma profusamente y cuando hace calor se toma más. La gente dice que los refresca y bajo esa excusa pueden "vaciarse" en poco tiempo muchas cajas de cerveza. La artesanal, en cambio, tiene otra función. Es una buena acompañante de la comida y los maestros cerveceros recomiendan degustarla, apreciarla, tomarla lentamente.
"La diferencia está en la función. La industrial refresca porque es ligera y con poco amargor. La artesanal, en cambio, tiene mucho más cuerpo, más aroma, es más amarga. Tiene tantos aromas que con una sola copa quedas satisfecho", refiere Harold Pérez, director de la Cerveza Cacri, acrónimo de Cerveza Artesanal Criolla.
Tomadores desinformados
Aunque Venezuela se ubica entre los 10 países con mayor consumo de cerveza, de acuerdo con un sondeo de la consultora Bonial, en el país hay muy poca cultura cervecera; es decir, se maneja muy poca información, afirma Pérez.
Acá se consumen 85,5 litros de la bebida cada año por persona y se ocupa el octavo lugar entre las 50 naciones que integran el estudio. A la cabeza de este ranking cervecero se ubica República Checa con 148,6 litros por persona al año, seguido de Austria con 107,8 litros anuales por persona y Alemania con 106,1 litros. Luego vienen Estonia (102,4), Polonia (98,5), Irlanda (98,3), Croacia (85,9), Venezuela (85,5), Finlandia (84,2) y Rumanía (83,2).
En efecto, se estima que 2% del consumo mundial de cerveza es artesanal y el resto lo acapara la producción industrial. Aún así, los que disfrutan de las bebidas a más baja escala aprecian la versatilidad, el aroma, el color y la apariencia de una bebida que cada día tiene más seguidores en Venezuela. Los que la disfrutan la combinan con mariscos, con arroces o postres.
Harold Pérez lo explica de esta manera: "Cuando te tomas una cerveza artesanal aprecias el color y la turbidez, característica que es muy importante porque los sedimentos que se ven son muy alimenticios, muy nutritivos, lo que la hace mucho más amigable para el estómago. Los grados de alcohol varían entre 3, 4 y 10".
Los interesados en conocer las bebidas que se están haciendo en el país pueden adquirirlas en algunos bodegones de Las Mercedes, El Hatillo, Alto Prado, Altamira y Bello Monte o comprarlas en tiendas virtuales especializadas comoCraft Beer Venezuela (@CraftbeerVe). También hay bares y restaurantes donde ya las ofrecen.
En este momento hay 109 productores en Venezuela que hacen cerveza artesanal. En la Asociación de Cerveceros Artesanales de Venezuela (Acav) incorporan a dos tipos de miembros: las personas naturales y entusiastas que estén trabajando en una propuesta de marca y los miembros asociados con una empresa ya constituida.
Alexander Jiménez refiere que la cerveza artesanal es un negocio de escala en el que hay que producir mucho. "Llega a ser rentable a ciertos niveles de producción. Creo que este es un negocio de pura pasión, solo te da para cubrir los costos".
La asociación está por cumplir dos años de creada, hay representación de casi todos los estados del país y dictan talleres a gente interesada en iniciarse en el mundo de la cerveza artesanal, que hace poco tuvo la primera ruta en el Teatro Teresa Carreño. En el evento, que se celebró el 7 y 8 de agosto, los visitantes tuvieron la oportunidad de degustar 100 tipos de cerveza ofrecidas por 31 productores participantes.
La gente respondió muy bien a la convocatoria y durante los dos días hubo enormes colas para comprar las birras que se hacen a menor escala. Alexander Jiménez agradeció el evento y aclaró que participaron como productores y que en ningún momento había la segunda intención de perjudicar a los empresarios de cervezas comerciales o de aliarse con el Gobierno.
Los estilos
En Venezuela se consiguen, básicamente, cervezas industriales rubias tipo Larger, como la Pilsen, que son refrescantes y ligeras, mientras que en el mundo artesanal predominan las Ale (Pale, Brown, Red, Amber, Pumpkin, Golden, Blond, Stout, IPA, ESB, Hefeweizen, Porter) y, en menor medida, las Larger.
Harold Pérez, director de la Cerveza Cacri, recuerda que tienen tres años en la producción de cerveza artesanal. Lo hacía por vocación, porque le gusta, y sus amigos y familiares la disfrutaban tanto que lo animaron a masificar la elaboración de birras en las que se nota el mestizaje, la mezcla. Él reconoce su enorme influencia americana, belga e inglesa.
"Yo me dedico a hacer cerveza para gente que disfruta de tomar cerveza, que la degusta, la aprecia. Esto es un arte", señala.
Hacen 12 estilos, entre las que hay cerveza de producción continua y de temporada: rubias, doradas, negras. La "No tan santa" la hacen en diciembre y lleva los mismos ingredientes de la torta negra. "No hay límite en el proceso creativo y eso hace la diferencia en la cerveza artesanal".
En este momento tienen tres formatos de presentación: sifón para eventos, botella espumante de 750 mililitros y el tercio de 333 mililitros.
En torno a la cerveza artesanal
• Para convertirse en cervecero hay que ser apasionado, entusiasta y paciente, expresan todos los entrevistados. Si se desea formar parte de la Asociación Cerveceros Artesanales de Venezuela -@ACAVzla- se debe tener experiencia y se debe ser persona natural, propuesta por dos miembros activos.
• Las marcas están sujetas a las condiciones de producción de licores artesanales que estipula la "Ley de Impuesto sobre Alcoholes y bebidas alcohólicas", que establece el límite de producción anual de 20 mil litros por productor, además de otras implicaciones como que no se pueden vender en el mismo lugar donde se elaboran.
• Los cerveceros afirman que el proceso de legalización es largo, engorroso, al igual que la obtención de los permisos sanitarios. Por otra parte, la ley no hace distinciones entre bebidas fermentadas y destiladas para los volúmenes de producción, y al momento de pagar impuestos las condiciones son las mismas para productores artesanales e industriales. "Por una parte, el Estado tiene razón al imponer controles porque se están elaborando licores y hay que proteger al consumidor. Pero, en contraparte, la ley dificulta el surgimiento de nuevos cerveceros. Esto de productores artesanales de cerveza es nuevo y la ley está hecha para regular la fabricación industrial", dice Kilian De Fries.
• Algunos cerveceros elaboran versiones con productos autóctonos como café, cacao, ají, sarrapia y parchita. Por ejemplo, Pisse des Gottes elabora una cerveza con cacao y Norte del Sur una de café en alianza con Carbone Espresso.
• Algunos países se llevan la fama por la variedad y calidad de su producción de cerveza: Bélgica, Inglaterra y Alemania, aunque el primer lugar lo ocupa Estados Unidos. Sin embargo, el líder en mayor consumo per cápita es República Checa. Venezuela se ubica entre los diez primeros peldaños, con un consumo anual de 90 litros.
• Las marcas están sujetas a las condiciones de producción de licores artesanales que estipula la "Ley de Impuesto sobre Alcoholes y bebidas alcohólicas", que establece el límite de producción anual de 20 mil litros por productor, además de otras implicaciones como que no se pueden vender en el mismo lugar donde se elaboran.
• Los cerveceros afirman que el proceso de legalización es largo, engorroso, al igual que la obtención de los permisos sanitarios. Por otra parte, la ley no hace distinciones entre bebidas fermentadas y destiladas para los volúmenes de producción, y al momento de pagar impuestos las condiciones son las mismas para productores artesanales e industriales. "Por una parte, el Estado tiene razón al imponer controles porque se están elaborando licores y hay que proteger al consumidor. Pero, en contraparte, la ley dificulta el surgimiento de nuevos cerveceros. Esto de productores artesanales de cerveza es nuevo y la ley está hecha para regular la fabricación industrial", dice Kilian De Fries.
• Algunos cerveceros elaboran versiones con productos autóctonos como café, cacao, ají, sarrapia y parchita. Por ejemplo, Pisse des Gottes elabora una cerveza con cacao y Norte del Sur una de café en alianza con Carbone Espresso.
• Algunos países se llevan la fama por la variedad y calidad de su producción de cerveza: Bélgica, Inglaterra y Alemania, aunque el primer lugar lo ocupa Estados Unidos. Sin embargo, el líder en mayor consumo per cápita es República Checa. Venezuela se ubica entre los diez primeros peldaños, con un consumo anual de 90 litros.
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