Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

domingo, 27 de septiembre de 2015

Con creaciones como virutas de champán o helados de bambú con sabor a leña, los chefs del Extremo Oriente rivalizan en imaginación para satisfacer los deseos de unos comensales cada vez más aventureros.

Postres que son más que la "guinda" de la comida

 
|El Universal  27/09/15 (12:00 AM)
Con creaciones como virutas de champán o helados de bambú con sabor a leña, los chefs del Extremo Oriente rivalizan en imaginación para satisfacer los deseos de unos comensales cada vez más aventureros. 

"Un postre puede ser muy exquisito", dice Bong Kwok, propietario de Atum, restaurante de Hong Kong consagrado al postre. 

Locales con estrellas Michelín seducen desde hace tiempo a aficionados a la gastronomía dulce en Tokio, Seúl y Hong Kong pues mientras en los países occidentales los clientes pasan la velada en el mismo lugar, en Asia una nueva tendencia ha favorecido la apertura de restaurantes dedicados por completo a los postres. 

En ocasiones, su preparación es todo un espectáculo. Por ejemplo, la del postre "Improvisación" que cuesta unos 45 dólares. Tras cubrir su mesa con un tapete negro, el jefe de cocina la decora con dulces, salsas y sorbetes antes de verterlos en un cuenco con humeante nitrógeno líquido, que se hace crema en segundos. 

En Oriente son flexibles al comer, contrario a la rígida tradición occidental. "Podemos comer 'dim sum' a medianoche y fideos ramen en la mañana, en lo que para Occidente sería el desayuno", dice Matthew Ip, asiduo comensal de Atum. 

En Corea del Sur, por su parte, se encuentran interesantes variantes de "bingsu", bol de hielo rallado con guarnición dulce que solía ser pasta fría de judías rojas pero que, actualmente, puede ir desde virutas de leche aromatizada hasta palomitas, frutas tropicales o helado de té verde.

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