Postres que son más que la "guinda" de la comida
|El Universal 27/09/15 (12:00 AM)
Con creaciones como virutas de champán o helados de bambú con sabor a leña, los chefs del Extremo Oriente rivalizan en imaginación para satisfacer los deseos de unos comensales cada vez más aventureros.
"Un postre puede ser muy exquisito", dice Bong Kwok, propietario de Atum, restaurante de Hong Kong consagrado al postre.
Locales con estrellas Michelín seducen desde hace tiempo a aficionados a la gastronomía dulce en Tokio, Seúl y Hong Kong pues mientras en los países occidentales los clientes pasan la velada en el mismo lugar, en Asia una nueva tendencia ha favorecido la apertura de restaurantes dedicados por completo a los postres.
En ocasiones, su preparación es todo un espectáculo. Por ejemplo, la del postre "Improvisación" que cuesta unos 45 dólares. Tras cubrir su mesa con un tapete negro, el jefe de cocina la decora con dulces, salsas y sorbetes antes de verterlos en un cuenco con humeante nitrógeno líquido, que se hace crema en segundos.
En Oriente son flexibles al comer, contrario a la rígida tradición occidental. "Podemos comer 'dim sum' a medianoche y fideos ramen en la mañana, en lo que para Occidente sería el desayuno", dice Matthew Ip, asiduo comensal de Atum.
En Corea del Sur, por su parte, se encuentran interesantes variantes de "bingsu", bol de hielo rallado con guarnición dulce que solía ser pasta fría de judías rojas pero que, actualmente, puede ir desde virutas de leche aromatizada hasta palomitas, frutas tropicales o helado de té verde.
"Un postre puede ser muy exquisito", dice Bong Kwok, propietario de Atum, restaurante de Hong Kong consagrado al postre.
Locales con estrellas Michelín seducen desde hace tiempo a aficionados a la gastronomía dulce en Tokio, Seúl y Hong Kong pues mientras en los países occidentales los clientes pasan la velada en el mismo lugar, en Asia una nueva tendencia ha favorecido la apertura de restaurantes dedicados por completo a los postres.
En ocasiones, su preparación es todo un espectáculo. Por ejemplo, la del postre "Improvisación" que cuesta unos 45 dólares. Tras cubrir su mesa con un tapete negro, el jefe de cocina la decora con dulces, salsas y sorbetes antes de verterlos en un cuenco con humeante nitrógeno líquido, que se hace crema en segundos.
En Oriente son flexibles al comer, contrario a la rígida tradición occidental. "Podemos comer 'dim sum' a medianoche y fideos ramen en la mañana, en lo que para Occidente sería el desayuno", dice Matthew Ip, asiduo comensal de Atum.
En Corea del Sur, por su parte, se encuentran interesantes variantes de "bingsu", bol de hielo rallado con guarnición dulce que solía ser pasta fría de judías rojas pero que, actualmente, puede ir desde virutas de leche aromatizada hasta palomitas, frutas tropicales o helado de té verde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario