Un criollo en Astrid & Gastón
Carlos Flores forma parte del equipo del 14 mejor restaurante del mundo
El montaje de platos es uno de sus fuertes CORTESÍA
GIULIANA CHIAPPE | EL UNIVERSAL
sábado 27 de junio de 2015 12:00 AM
Carlos Flores pasó su juventud entre números y recetas, calculadoras científicas y condimentos. Cocinaba y sacaba cuentas. Estudiaba Administración en la Universidad Central y Gastronomía en el High Training Educational Institute.
Hoy suma un nuevo mérito. Es el único venezolano que forma parte del exigente staff de cocina de Astrid & Gastón de Casa Moreyra, en Lima, considerado el decimocuarto mejor restaurante del mundo y el tercero de Latinoamérica por la revista británica Restaurant.
En esa cocina ebulle el conocimiento pero también la perfección. Carlos lo dice: Allí no hay lugar para los errores.
"Acá trabajas con los mejores, con exigencia, compromiso y criterio al máximo. Se trabaja bajo la premisa de la perfección, muchas horas al día, para ofrecer al cliente una experiencia inolvidable. No hay lugar para los errores", comenta este caraqueño de 28 años que siempre lleva el tricolor nacional en su filipina.
Estudió administración y cocina profesional porque, a su decir, se complementan. "Trabajar en cocina no es sólo cocinar rico, hay que saber lo que se hace, cuánto vale hacerlo y si es rentable. Es necesario entender el negocio", expresa.
Hacer de todo
La cocina lo atrajo siempre. Sólo tenía ocho o nueve años cuando hizo su primer profiterol relleno con crema pastelera. "Me enseñó mi mamá", dice. Y desde pequeñito participó en la hechura de las hallacas, acontecimiento familiar que comandaba la abuela quien guardaba celosamente la receta del guiso. Cuando Carlos se graduó de cocinero, ella lo "ascendió" y le permitió conocer el récipe secreto y preparar el guiso.
Está acostumbrado a hacer de todo. Hizo muchas pasantías en restaurantes de diversas especialidades. "No me importaba si pagaban", asegura. En el hotel Hesperia de Margarita realizó su pasantía formal.
Antes de llegar a Astrid & Gastón y ya graduado con sus dos carreras, dirigió su empresa de catering, adquirió conocimientos en Japón e hizo estudios de alta pastelería en Colombia con el chef Hobany Velasco. También estudió con los master chefs Jurgen Werner y Ruben Giffuni.
Para Carlos, trabajar en Astrid & Gastón de Casa Moreyra, era una antigua aspiración. Pasó el estricto filtro de ingreso y ahora forma parte de este engranaje en el que hace de todo.
"Tenemos funciones asignadas, pero hacemos de todo. Somos una brigada de muchas personas, sacamos un servicio de 30 pasos. Yo estoy orgulloso de estar acá y de llevar mi bandera al costado de mi uniforme", concluye.
Entrevista completa en www.eluniversal.com/vida/gastronomia/
Hoy suma un nuevo mérito. Es el único venezolano que forma parte del exigente staff de cocina de Astrid & Gastón de Casa Moreyra, en Lima, considerado el decimocuarto mejor restaurante del mundo y el tercero de Latinoamérica por la revista británica Restaurant.
En esa cocina ebulle el conocimiento pero también la perfección. Carlos lo dice: Allí no hay lugar para los errores.
"Acá trabajas con los mejores, con exigencia, compromiso y criterio al máximo. Se trabaja bajo la premisa de la perfección, muchas horas al día, para ofrecer al cliente una experiencia inolvidable. No hay lugar para los errores", comenta este caraqueño de 28 años que siempre lleva el tricolor nacional en su filipina.
Estudió administración y cocina profesional porque, a su decir, se complementan. "Trabajar en cocina no es sólo cocinar rico, hay que saber lo que se hace, cuánto vale hacerlo y si es rentable. Es necesario entender el negocio", expresa.
Hacer de todo
La cocina lo atrajo siempre. Sólo tenía ocho o nueve años cuando hizo su primer profiterol relleno con crema pastelera. "Me enseñó mi mamá", dice. Y desde pequeñito participó en la hechura de las hallacas, acontecimiento familiar que comandaba la abuela quien guardaba celosamente la receta del guiso. Cuando Carlos se graduó de cocinero, ella lo "ascendió" y le permitió conocer el récipe secreto y preparar el guiso.
Está acostumbrado a hacer de todo. Hizo muchas pasantías en restaurantes de diversas especialidades. "No me importaba si pagaban", asegura. En el hotel Hesperia de Margarita realizó su pasantía formal.
Antes de llegar a Astrid & Gastón y ya graduado con sus dos carreras, dirigió su empresa de catering, adquirió conocimientos en Japón e hizo estudios de alta pastelería en Colombia con el chef Hobany Velasco. También estudió con los master chefs Jurgen Werner y Ruben Giffuni.
Para Carlos, trabajar en Astrid & Gastón de Casa Moreyra, era una antigua aspiración. Pasó el estricto filtro de ingreso y ahora forma parte de este engranaje en el que hace de todo.
"Tenemos funciones asignadas, pero hacemos de todo. Somos una brigada de muchas personas, sacamos un servicio de 30 pasos. Yo estoy orgulloso de estar acá y de llevar mi bandera al costado de mi uniforme", concluye.
Entrevista completa en www.eluniversal.com/vida/gastronomia/
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