Para graduarse de chef no basta saber cocinar
Para obtener un título de cocinero profesional se deben cubrir muchas y variadas exigencias. La protagonista del examen final de la Academia de Artes Culinarias de Caracas fue Ifigenia. Sí, la de la novela.
Quesillo relleno de Juan Sabroso con helado de mango (Fotos Giuliana Chiappe)
GIULIANA CHIAPPE | EL UNIVERSAL
sábado 13 de junio de 2015 08:40 AM
Para llegar a ser cocinero profesional hay que tener algo de artista. Y saber plasmar emociones, paisajes y recuerdos en sus preparaciones.
Toda esa capacidad deben saber mostrarla en el plato que preparen para su examen final, que debe cumplir las exigencias de manejo de técnicas, texturas y emplatado de la escuela y que es sometido a la vista, olfato y paladar del jurado seleccionador.
Así lo hicieron once aspirantes -hoy graduados- a cocineros profesionales de la Academia de Artes Culinarias de Caracas, que dirige Christian Meza. A ellos se les pidió, además, que el plato que crearan debía contar historias de Ifigenia, la novela de Teresa de la Parra ambientada en la Caracas de principios del siglo pasado.
Así, en uno de los once platos, Pancho, el querido tío de la protagonista María Eugenia, resultó transformado en un escabeche de sardina con infusión de whisky envuelto en una granita que simboliza la manera como el tío arropaba a su familia. En este plato, el manejo de temperaturas sorprendía porque la granita, helada, no enfriaba de más el escabeche.
El versátil funche simbolizó a Gabriela Olmedo, la amiga de María Eugenia capaz de adaptarse a todo. Se sirvió con mariscos y a todo color, combinado con ají dulce, cilantro y auyama para que sea amarillo.
Una chipolata decorada con crema de moca y coulis de mora representó la transformación de María Eugenia al vivir en París. La sencillez de la chica antes de irse la simbolizó una tibia chipolata, mientras que la sofisticada moca con mora era el baño de glamour que trajo de Francia.
De esta cohorte cuyo examen final se dedicó a Ifigenia formaron parte Jéssica Texeira, Daniela Cubillán, Dorisnel Trocone, Nathaly Rodríguez, Michelle Hidalgo, Oriana Pinto, Katherine Ponce, Randall Mc.Turck, Julian Parra y Aksony Rodríguez.
Para graduarse de cocinero profesional no basta presentar un buen plato. Hay que cumplir con las exigencias del servicio en mesa, tener facilidad de expresión para explicarlo y encontrar una buena armonía con bebidas.
Según explicaron Rubén Rojas y Luis Marcano, profesores de la AACC (@artesculinarias) , los estudiantes asisten a clases durante 18 meses, de lunes a jueves, y los viernes visitan lugares como mercados o restaurantes. En ese tiempo, obtienen profundos conocimientos de comida venezolana, historia y cultura culinaria, oratoria y presentación en público, entre otros temas.
gchiappe@eluniversal.com
Toda esa capacidad deben saber mostrarla en el plato que preparen para su examen final, que debe cumplir las exigencias de manejo de técnicas, texturas y emplatado de la escuela y que es sometido a la vista, olfato y paladar del jurado seleccionador.
Así lo hicieron once aspirantes -hoy graduados- a cocineros profesionales de la Academia de Artes Culinarias de Caracas, que dirige Christian Meza. A ellos se les pidió, además, que el plato que crearan debía contar historias de Ifigenia, la novela de Teresa de la Parra ambientada en la Caracas de principios del siglo pasado.
Así, en uno de los once platos, Pancho, el querido tío de la protagonista María Eugenia, resultó transformado en un escabeche de sardina con infusión de whisky envuelto en una granita que simboliza la manera como el tío arropaba a su familia. En este plato, el manejo de temperaturas sorprendía porque la granita, helada, no enfriaba de más el escabeche.
El versátil funche simbolizó a Gabriela Olmedo, la amiga de María Eugenia capaz de adaptarse a todo. Se sirvió con mariscos y a todo color, combinado con ají dulce, cilantro y auyama para que sea amarillo.
Una chipolata decorada con crema de moca y coulis de mora representó la transformación de María Eugenia al vivir en París. La sencillez de la chica antes de irse la simbolizó una tibia chipolata, mientras que la sofisticada moca con mora era el baño de glamour que trajo de Francia.
De esta cohorte cuyo examen final se dedicó a Ifigenia formaron parte Jéssica Texeira, Daniela Cubillán, Dorisnel Trocone, Nathaly Rodríguez, Michelle Hidalgo, Oriana Pinto, Katherine Ponce, Randall Mc.Turck, Julian Parra y Aksony Rodríguez.
Para graduarse de cocinero profesional no basta presentar un buen plato. Hay que cumplir con las exigencias del servicio en mesa, tener facilidad de expresión para explicarlo y encontrar una buena armonía con bebidas.
Según explicaron Rubén Rojas y Luis Marcano, profesores de la AACC (@artesculinarias) , los estudiantes asisten a clases durante 18 meses, de lunes a jueves, y los viernes visitan lugares como mercados o restaurantes. En ese tiempo, obtienen profundos conocimientos de comida venezolana, historia y cultura culinaria, oratoria y presentación en público, entre otros temas.
gchiappe@eluniversal.com
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