"¡Fuera de mi cocina!"
Cuatro cocineros cuentan lo que no toleran dentro de su campo de trabajo
Serenella Rosas dice que la salsa de ajo puede arruinar un guiso CORTESÍA
GIULIANA CHIAPPE | EL UNIVERSAL
sábado 20 de junio de 2015 12:00 AM
En la cocina manda quien cocina. Y como todo capitán, impone algunas normas que se deben cumplir. Entre esas está lo que bajo ninguna circunstancia puede entrar en su cocina. O lo que no usan jamás.
Cuatro cocineros -Serenella Rosas, Carlos Oropeza de Mantuano Bajo Cero, Vanessa Rolfini y la repostera Leonor Zambrano de Azucart- confiesan qué destierran de su amada cocina. Decida usted si coincide, o no, con ellos.
"La salsa de ajo, ¡guácatela!"
Esa fue la respuesta inmediata que dio Serenella Rosas /@SerenellaRosas), periodista y cocinera. "La salsa de ajo industrial tiene un sabor que dista mucho del ajo natural. Con sus ingredientes y conservantes cambia el sabor de cualquier guiso. Sucede que sus aditivos como vinagre, glutamato monosódico, el benzoato de sodio y azúcar modifican contundentemente su sabor. Marinadas, ensaladas o salsas pueden arruinarse".
"¡Ah! El pastillaje"
Del talento de Leonor Zambrano salen las maravillas que hace Azucart (@AzucartPostres). Y, como artífice de alta repostería, no soporta es el pastillaje, esa cubierta rígida de algunas tortas decoradas. Sin embargo, no es todo lo que no soporta en su cocina.
"Destierro de mi cocina a la gente sin pasión por la pastelería y por lo que hace. Cada día intento crear cosas nuevas pero sin gente interesada, no funciona. ¡Ah! me acordé de algo más: el pastillaje", dice.
Ni latas, ni cubitos, ni salsas
"Con los años he depurado mi cocina", dice Vanessa Rolfini (@VRolfini), periodista, cocinera y guía de rutas gastronómicas por Caracas. "Los enlatados, cubitos y salsas industriales están ausentes. Eso sí, se salvan el ketchup y la mostaza. Soy de pocos utensilios así que están desterrados los 'gastroperiquitos', cosas inútiles que se usan una vez y luego estorban. También están desterradas la mala vibra y las conversaciones ponzoñosas, de otro modo todo se pone agrio y no leuda el pan. Igual no falta un ajo macho para la contra".
Me importa un comino...
"No le tengo tolerancia al comino. Reconozco su valor como condimento pero no lo uso. Me parece agresivo y estridente", dice Carlos Oropeza quien con su Mantuano Bajo Cero (@comaencasa) ofrece comida caraqueña para llevar a casa.
Tampoco tolera un paño de cocina o esponjas malolientes. Y no acepta en la cocina, ni cerca, ambientadores, inciensos, cloro o detergentes de mucho olor que contamine el aroma de los alimentos. "Y sí, lo sé, a lo mejor me paso de maniático", admite.
Cuatro cocineros -Serenella Rosas, Carlos Oropeza de Mantuano Bajo Cero, Vanessa Rolfini y la repostera Leonor Zambrano de Azucart- confiesan qué destierran de su amada cocina. Decida usted si coincide, o no, con ellos.
"La salsa de ajo, ¡guácatela!"
Esa fue la respuesta inmediata que dio Serenella Rosas /@SerenellaRosas), periodista y cocinera. "La salsa de ajo industrial tiene un sabor que dista mucho del ajo natural. Con sus ingredientes y conservantes cambia el sabor de cualquier guiso. Sucede que sus aditivos como vinagre, glutamato monosódico, el benzoato de sodio y azúcar modifican contundentemente su sabor. Marinadas, ensaladas o salsas pueden arruinarse".
"¡Ah! El pastillaje"
Del talento de Leonor Zambrano salen las maravillas que hace Azucart (@AzucartPostres). Y, como artífice de alta repostería, no soporta es el pastillaje, esa cubierta rígida de algunas tortas decoradas. Sin embargo, no es todo lo que no soporta en su cocina.
"Destierro de mi cocina a la gente sin pasión por la pastelería y por lo que hace. Cada día intento crear cosas nuevas pero sin gente interesada, no funciona. ¡Ah! me acordé de algo más: el pastillaje", dice.
Ni latas, ni cubitos, ni salsas
"Con los años he depurado mi cocina", dice Vanessa Rolfini (@VRolfini), periodista, cocinera y guía de rutas gastronómicas por Caracas. "Los enlatados, cubitos y salsas industriales están ausentes. Eso sí, se salvan el ketchup y la mostaza. Soy de pocos utensilios así que están desterrados los 'gastroperiquitos', cosas inútiles que se usan una vez y luego estorban. También están desterradas la mala vibra y las conversaciones ponzoñosas, de otro modo todo se pone agrio y no leuda el pan. Igual no falta un ajo macho para la contra".
Me importa un comino...
"No le tengo tolerancia al comino. Reconozco su valor como condimento pero no lo uso. Me parece agresivo y estridente", dice Carlos Oropeza quien con su Mantuano Bajo Cero (@comaencasa) ofrece comida caraqueña para llevar a casa.
Tampoco tolera un paño de cocina o esponjas malolientes. Y no acepta en la cocina, ni cerca, ambientadores, inciensos, cloro o detergentes de mucho olor que contamine el aroma de los alimentos. "Y sí, lo sé, a lo mejor me paso de maniático", admite.
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