Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

sábado, 20 de junio de 2015

En la cocina manda quien cocina. Y como todo capitán, impone algunas normas que se deben cumplir. Entre esas está lo que bajo ninguna circunstancia puede entrar en su cocina. O lo que no usan jamás. Cuatro cocineros -Serenella Rosas, Carlos Oropeza de Mantuano Bajo Cero, Vanessa Rolfini y la repostera Leonor Zambrano de Azucart- confiesan qué destierran de su amada cocina. Decida usted si coincide, o no, con ellos.

"¡Fuera de mi cocina!"

Cuatro cocineros cuentan lo que no toleran dentro de su campo de trabajo

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Serenella Rosas dice que la salsa de ajo puede arruinar un guiso CORTESÍA
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GIULIANA CHIAPPE |  EL UNIVERSAL
sábado 20 de junio de 2015  12:00 AM
En la cocina manda quien cocina. Y como todo capitán, impone algunas normas que se deben cumplir. Entre esas está lo que bajo ninguna circunstancia puede entrar en su cocina. O lo que no usan jamás.

Cuatro cocineros -Serenella Rosas, Carlos Oropeza de Mantuano Bajo Cero, Vanessa Rolfini y la repostera Leonor Zambrano de Azucart- confiesan qué destierran de su amada cocina. Decida usted si coincide, o no, con ellos.

"La salsa de ajo, ¡guácatela!" 

Esa fue la respuesta inmediata que dio Serenella Rosas /@SerenellaRosas), periodista y cocinera. "La salsa de ajo industrial tiene un sabor que dista mucho del ajo natural. Con sus ingredientes y conservantes cambia el sabor de cualquier guiso. Sucede que sus aditivos como vinagre, glutamato monosódico, el benzoato de sodio y azúcar modifican contundentemente su sabor. Marinadas, ensaladas o salsas pueden arruinarse".

"¡Ah! El pastillaje"

Del talento de Leonor Zambrano salen las maravillas que hace Azucart (@AzucartPostres). Y, como artífice de alta repostería, no soporta es el pastillaje, esa cubierta rígida de algunas tortas decoradas. Sin embargo, no es todo lo que no soporta en su cocina.

"Destierro de mi cocina a la gente sin pasión por la pastelería y por lo que hace. Cada día intento crear cosas nuevas pero sin gente interesada, no funciona. ¡Ah! me acordé de algo más: el pastillaje", dice.

Ni latas, ni cubitos, ni salsas

"Con los años he depurado mi cocina", dice Vanessa Rolfini (@VRolfini), periodista, cocinera y guía de rutas gastronómicas por Caracas. "Los enlatados, cubitos y salsas industriales están ausentes. Eso sí, se salvan el ketchup y la mostaza. Soy de pocos utensilios así que están desterrados los 'gastroperiquitos', cosas inútiles que se usan una vez y luego estorban. También están desterradas la mala vibra y las conversaciones ponzoñosas, de otro modo todo se pone agrio y no leuda el pan. Igual no falta un ajo macho para la contra".

Me importa un comino...

"No le tengo tolerancia al comino. Reconozco su valor como condimento pero no lo uso. Me parece agresivo y estridente", dice Carlos Oropeza quien con su Mantuano Bajo Cero (@comaencasa) ofrece comida caraqueña para llevar a casa. 

Tampoco tolera un paño de cocina o esponjas malolientes. Y no acepta en la cocina, ni cerca, ambientadores, inciensos, cloro o detergentes de mucho olor que contamine el aroma de los alimentos. "Y sí, lo sé, a lo mejor me paso de maniático", admite.

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